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Asturias, la comunidad que más avanzó en financiación autonómica por habitante en 2020

La región se beneficia de una caída de recaudación inferior a la de otras y de su participación en los fondos en los que pesa su evolución demográfica

Asturias recuperó en 2020 una parte del terreno perdido y mejoró de forma ostensible su posición en el orden de reparto de la financiación autonómica. El Principado salió del año atípico de la pandemia, el último liquidado a las comunidades por el Ministerio de Hacienda, como la región que más avanza en términos relativos en cuanto al volumen de fondos que recibe del mecanismo de distribución de recursos. De acuerdo con el análisis efectuado por el economista asturiano Ángel de la Fuente, director de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), Asturias crece casi tres puntos, a un nivel que nadie iguala, y pasa de la novena posición de 2019 en la clasificación de las más beneficiadas del reparto a la séptima tras la liquidación de 2020, efectuada con los habituales dos años de retardo.

Se verá que puede que la mejora tenga algo de coyuntural, pero el caso es que de acuerdo con su metodología, que traduce los fondos recibidos por cada autonomía a un índice de financiación efectiva por habitante ajustado en el que el equilibrio absoluto sería el cien, Asturias pasa del 100,6 de 2019 –casi en una hipotética media estatal– al 103,5 de esta liquidación de 2020 y adelanta a Cataluña y Madrid.

Eso corta el descenso que el Principado había enfilado hacia la media estatal en los ejercicios anteriores y la resitúa entre las regiones favorecidas por el sistema actual, pero hay que tener en cuenta que el repunte viene de un ejercicio atípico y que se explica, avanza De la Fuente, por dos motivos. De un lado está la evolución de los ingresos tributarios en Asturias en ese año raro en el que la recaudación se redujo menos aquí que en otras economías, por ejemplo en las muy dependientes del turismo como la canaria o la balear. El Principado es, de hecho, la región donde mejor se comportó esta magnitud en relación a la media de las comunidades de régimen común, y de este modo lo que había sido el lastre que tiraba hacia debajo de la posición de la autonomía en ejercicios anteriores se ha vuelto ahora, puede que transitoriamente, a su favor. Asturias sale además notoriamente beneficiada del reparto del "fondo de cooperación", uno de los que el mecanismo vigente engrosa con recursos adicionales del Estado y utiliza para corregir posibles disfunciones en el reparto y tratar de aproximarlo a la convergencia entre comunidades.

Los criterios de reparto del segundo tramo de este fondo de cooperación tienen en cuenta la evolución demográfica, particularmente negativa en Asturias, pero la región se beneficia este año sobre todo de la mejora de otras, toda vez que tres regiones dejan de cumplir las condiciones y su "salida" del fondo, sobre todo la de Andalucía, que por su tamaño se adjudicaba una buena porción, hace que quede más para repartir entre las que siguen dentro, como Asturias. No cambia pues aquí la situación de Asturias, "pero sí la de otras, que nos afecta de rebote", resume De la Fuente. Es significativo que los avances más sustanciosos, atribuibles todos al reparto de este fondo sean, tras el de Asturias, los de comunidades de su nivel de retroceso demográfico, como Galicia y Castilla y León.

Hay que subrayar que el progreso es relativo. Que la región gana posiciones en buena medida respecto a otras que pierden más, siempre que no se cuenten las transferencias extraordinarias que el Gobierno introdujo en el sistema para cubrir las excepcionalidades de la pandemia y que son las que han conseguido elevar la dotación de Asturias en números absolutos. El Ministerio se comprometió a hacerse cargo con sus propios recursos de los saldos negativos que habría generado el desfase entre la recaudación real de 2020, reducida por la crisis, y las entregas a cuenta que fueron transferidas hace dos años a las autonomías y que habían sido calculadas conforme a un escenario económico normal. Con esas condiciones, el Principado recibió este año del sistema de financiación 2.924 millones de euros, un 1,58 por ciento más que en 2021.

El total llega a 3.143 si se añaden los 219 millones recibidos en este ejercicio de las transferencias ligadas a la crisis del covid para ayudar a sufragar los gastos generados por la pandemia y a mitigar la pérdida de ingresos tributarios autonómicos. El informe de Ángel de la Fuente constata cómo el peso de estas partidas ha ido reduciéndose con el paso del tiempo. En Asturias, donde aún supusieron el 9,7 por ciento de los ingresos totales procedentes del sistema de financiación autonómica en 2021, pasaron al siete en este 2022, una proporción que sin embargo está por encima de la media nacional del 5,3.

En el conjunto del Estado, el análisis de Fedea constata que el volumen total de la financiación definitiva de las comunidades de régimen común experimentó en 2020 una caída de un nueve por ciento respecto a 2019 "debido a la mala evolución de los ingresos tributarios autonómicos y estatales como resultado de la crisis del covid". El autor juzga por lo demás "excesivo, como ya sucedió en 2009", el nivel de protección del Gobierno central respecto a las comunidades autónomas. En su opinión, "se traslada la inevitable caída de ingresos a años posteriores y se reducen así los incentivos para iniciar los necesarios ajustes en su momento".

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