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Mensajeros de la Paz celebra sus 60 años ante la Santina: "Hay que dar esperanza e ilusión"

El Padre Ángel realiza en Covadonga con el Arzobispo una acción de gracias por la efeméride de su entidad

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Mensajeros de la Paz celebra su 60 cumpleaños en Covadonga María Villoria

La presencia del Padre Ángel no pasa nunca desapercibida. Tampoco en Covadonga, donde ayer se celebró una jornada de agradecimiento a la Santina, como parte de los actos conmemorativos los 60 años de vida de Mensajeros de la Paz, la organización solidaria que lidera el sacerdote asturiano.

Ni un paso pudo dar en el Santuario sin que alguien le pidiera una foto, una bendición o quisiera saludarle. Él atendió a todas y cada una de esas personas, y fueron muchas, con una gran sonrisa. "Muchas veces venimos a pedirle cosas y hoy venimos a darle las gracias a la Santina", afirmó. Se recordó allí a muchas personas que acompañaron a la organización en estas seis décadas de andadura, pero muy especialmente al Arzobispo emérito recientemente fallecido, Gabino Díaz Merchán. Fue él quien hace justo ahora 25 años bendijo la imagen de la virgen de Covadonga de la iglesia de San Antón (Madrid) –centro neurálgico de Mensajeros– que ayer viajó hasta el real sitio, donde fue obsequiada por el abad, Adolfo Mariño, con un manto y bendecida por el actual Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes.

La Santina de San Antón fue vestida en la basílica por manos expertas, las que acostumbran a hacerlo con la imagen que preside la Cueva, las de las religiosas Carmelitas Mensajeras del Espíritu Santo, con la hermana Fabiola Aparecida Pereira al frente.

Sanz Montes coloca el pectoral y el anillo a la Santina de la iglesia de San Antón (Madrid) junto al Padre Ángel, en la basílica de Covadonga. | M. Villoria

Además de Sanz Montes y Adolfo Mariño, arroparon al Padre Ángel el párroco de San Juan El Real de Oviedo, Javier Suárez; el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli; el de Cangas de Onís, José Manuel González; el teniente de alcalde de Ribadesella, Luis Fuentes; o la periodista Teresa Viejo, entre muchas otras personas que se sumaron al emotivo acto.

La comitiva se trasladó a la Santa Cueva, donde el sacerdote tomó la palabra ante la Virgen y recordó cómo hacía 60 años que, junto a su compañero Ángel Silva, dieron "los primeros pasos de Mensajeros de la Paz". "Éramos jóvenes y teníamos ilusión en hacer que los niños tuvieran una madre, un hogar", dijo, recordando que en aquel momento el obispo Tarancón les dio su apoyo.

"Nos dijo: haced una obra social donde puedan estar todos, los que creen y los que no, los de un color y los de otro, con raíces cristianas. Hoy venimos, Santina, a darte las gracias", afirmó explicando en este tiempo han "acogido a todos" siguiendo el ejemplo de Jesús de Nazaret. Hizo balance de la "huella" de la organización en 65 países atendiendo a niños y mayores, mujeres maltratadas o marginados, con la puesta en marcha de proyectos como el teléfono dorado, centros de día o una iglesia abierta 24 horas, algo que es una realidad en varias ciudades españolas y del mundo. "Venimos a decirte que te queremos, que aquel grano de mostaza del inicio es hoy una gran familia. Gracias Santina de Covadonga", dijo emocionado ante la Virgen. Agradeció a las instituciones públicas y privadas la ayuda prestada en estos años. Todos entonaron la himno de Covadonga. "Somos unos privilegiados de poder seguir haciendo el bien", dijo el sacerdote.

Los turistas y seguidores de Mensajeros de la Paz esperan la salida del P adre Ángel fuera de la basílica. | M. Villoria

El Padre Ángel sigue viendo el mundo con esperanza, aunque haya adversidades. "Hay que poner esperanza e ilusión ante las situaciones adversas", afirmó.

Durante la eucaristía en la basílica, Jesús Sanz y el carismático sacerdote mierense colocaron en la imagen madrileña de la Virgen el pectoral y el anillo que Díaz Merchán le regaló al Padre Ángel. El Arzobispo indicó que en los 60 años de Mensajeros de la Paz, primero los niños y luego "no pocos ancianos", han tenido el "regalo de sentirse acompañados", mostrando admiración por la obra del cura, que definió como "un derroche de entrega, amor y cercanía".

Los voluntarios realizaron diversas ofrendas simbólicas. "Por Gabino Díaz Merchán, que tanto quiso al Padre Ángel", recogió una de las preces. Dedicaron la eucaristía a todos los fallecidos, y el Arzobispo trasladó la bendición del Papa Francisco y emplazó a los presentes a celebrar las "bodas de platino" del Mensajeros de la Paz.

"Que haya paz, que no riñáis, que nos tenemos que querer más", dijo el cura mierense, que animó a la Iglesia a que "prediquemos más el diálogo". Destacó que Asturias sabe mucho de compartir alegrías y penas. Fue una jornada emocionante para el fundador de Mensajeros de la Paz. "Como decía don Gabino, hay que seguir creyendo en Dios y en los hombres", proclamó. "También en los políticos, en los curas, en los periodistas, en la gente... Hay que creer", agregó con las gaitas de la banda "Conceyu de Siero" sonando de fondo.

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