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"Si sigue así, el tren se extinguirá en Asturias", alertan los expertos

"El gran problema ferroviario de este país es la elevada inversión en el AVE", dicen los ingenieros

Por la izquierda, Juan Antonio González y Javier Fernández, ayer. | M. León MARCOS LEON

Severa advertencia sobre la situación actual del ferrocarril en Asturias. "Si seguimos así, haciendo como que no pasa nada, se va a extinguir". En estos términos se pronunció ayer Javier Fernández, director del Museo del Ferrocarril de Asturias, durante una ponencia para abordar la raíz de varios de los problemas ferroviarios, tanto en la región como a nivel nacional. El encargado de ofrecer la conferencia, llamada "Tormenta perfecta sobre el ferrocarril en Asturias", fue Juan Antonio González, miembro de la junta directiva de la Demarcación en Asturias del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, quien agrupó en varios bloques algunas de las "deficiencias" palpables: desde las políticas ferroviarias hasta las tarifas, la falta de planificación o la gestión interna. "Está claro que a día de hoy el tren no cumple con las expectativas", apuntó.

Si bien el propio Javier Fernández aseguró durante su intervención que "lo fácil es enumerar los problemas" y que "lo difícil está en aportar soluciones", fue en ese punto cuando comenzó el turno del experto ferroviario Juan Antonio González, quien explicó y dio claves para ambos apartados a las decenas de asistentes. "Todos los factores que podían ir mal están yendo mal. En Asturias tenemos una tormenta perfecta sobre el ferrocarril y los sufridores saben bien cuál es la situación", comenzó González, agrupando en cinco grandes bloques los problemas a los que se enfrenta el tren en la región: problemas estructurales, gestión interna, política ferroviaria, política de transportes y un apartado genérico de factores competenciales, basado en la "correcta" coordinación entre las administraciones para la mejora de los servicios.

Respecto a los problemas estructurales, González matizó que el ferrocarril es "un medio de transporte dependiente", tanto de la economía como de las necesidades de movilidad. Unas necesidades que han ido evolucionando: "Las formas de moverse han ido cambiando y cada vez lo hacemos menos por las facilidades que nos dan las nuevas tecnologías; desde hacer la compra por internet, el teletrabajo o la administración electrónica". Se trata de un cambio, señaló, que "no afecta solo al ferrocarril, sino a todos los medios de transporte". En este apartado también aprovechó para incluir la descarbonización y los "análisis parciales, incompletos y de dudosa solvencia" que se realizan: "Todos estos factores tienen que tenerse en cuenta para las planificaciones que se realizan".

En cuanto a los problemas de gestión interna, incidió en la falta de personal, los recursos envejecidos, la integración "deficiente" de Feve, la normativa "rígida" y las "jubilaciones masivas". Para ello, propuso "una integración real", "recuperar las condiciones del personal", "la cualificación técnica de los proyectos" y "definir un escenario de futuro". En el apartado de política ferroviaria fue crítico con la llegada del AVE, definiéndolo como "el gran problema ferroviario de este país". "No podemos tener construcciones mil millonarias para llegar a sitios donde no se va a usar", apuntó el experto, subrayando que "un medio que usa el 5 por ciento de viajeros se lleva el 90 por ciento de inversión, al revés que las cercanías", usadas por muchos más viajeros, pero a las que apenas se destina gasto para el mantenimiento y mejora de las instalaciones. "Para implantar la red de alta velocidad se siguen criterios meramente políticos sin ver la relación entre el gasto y el beneficio. No existe una planificación, una programación ni una priorización", remató.

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