Cecilia Pérez (PSOE), alcaldesa de El Franco desde 2003 y presidenta de la Federación Asturiana de Concejos (FACC), desde 2019, se convirtió entonces en la primera mujer en alcanzar este puesto y también en la primera regidora de un municipio de menos de 5.000 habitantes al frente de este organismo.

Su experiencia al frente del ayuntamiento ha sido la de adaptarse a las necesidades que existían. El papel de los ayuntamientos fue cambiando y ahora se han convertido en un motor económico y social del territorio. "Si pensamos por ejemplo en los fondos europeos, fuimos los que logramos que llegaran al ciudadano de a pie", asegura la alcaldesa.

Su objetivo ha sido y es trabajar para poner el máximo de servicios al alcance de la ciudadanía. "Gobernamos a pie de calle y conocemos de primera mano los problemas de la ciudadanía y, lo más importante, los podemos trasladar a instancias superiores lo que lleva a cambios legislativos. De eso va la política, quien crea que podemos vivir del cuento de equivoca; trabajamos y mucho", señala.

"La administración local es la que más satisfacciones produce, pero también los mayores sinsabores. Es terrible ver que hay un problema que no tiene solución. Somos los que sufrimos las consecuencias de las decisiones tomadas por las administraciones superiores, léase una falta de presupuesto o de gobierno.", añade. El Franco es hoy un concejo que puede presumir de contar con un centro rural de atención a la tercera edad que fue pionero en su momento. El telecentro es otro de los orgullos del concejo, junto a la ludoteca, en principio ligada a los servicios sociales, pero que en la práctica es utilizada por todos los niños. La escuela infantil de 0 a 3 años fue otra iniciativa pionera de la que la alcaldesa se siente especialmente orgullosa.

La historia de Cecilia Pérez (nacida en Castropol y diplomada e n Empresariales), con el concejo fue al principio una relación de amor-odio, que claramente se ha ido decantando hasta el absoluto amor.

Ceciia Pérez, alcaldesa de El Franco.| | CAROLINA DÍAZ

"Yo odiaba La Caridad porque me traía recuerdos de cuando iba a Oviedo a estudiar. El autobús paraba aquí y daba la vuelta al parque; pero luego me enamoré de esta villa", recalca.

"Tengo una espinita clavada y es que vive poca gente en los pueblos. Tenemos que llevar a ellos actividades que les gusten. Las personas que mas actividades promueven son precisamente los son mayores. Tenemos una asociación de jubilados con mucha actividad durante todo el año; tienen un local espectacular", cuenta.

"La ludoteca ligada a servicios sociales para atención de menores con especiales dificultades fue otro de los aciertos; fue una de las primeras iniciativas apoyadas por la Consejería de Bienestar Social", señala la alcaldesa.

En la planta baja del Ayuntamiento existen dos cafeterías que dan mucha vida a la zona. "Es una especie de centro comercial que te permite tomarte un café mientras los niños juegan. En la primera planta están las oficinas generales y la planta sótano era una antigua plaza de abastos que nunca funcionó y que lo máximo que hizo fue permitirnos disfrutar de la Semana Cultural de San Miguel hasta 2007 que tuvimos el complejo cultural de As Quintas", explica con entusiasmo Cecilia Pérez.

Las reformas han dado sus frutos y hoy el Ayuntamiento es un gran centro de servicios. "Quedan cosas pendientes por hacer. Nos está costando poner en funcionamiento el saneamiento y dotar de una rotonda al polígono industrial de Novales; pero soy optimista, y tengo un gran equipo", recalca.