Domingo de frío y esquí en Asturias, antesala de una semana con temperaturas bajo cero

"Casi dos horas esperando el autobús lanzadera y nada", lamentan algunos esquiadores en San Isidro, donde hubo importantes colas

Desde consumados esquiadores a personas que vivieron su primera experiencia de manto blanco, muchos asturianos mostraron este pasado fin de semana una notable sed de nieve. Tras una semana de crudo invierno, con frío y lluvias intensas, este domingo la mejora del tiempo animó a madrugar y a lanzarse a la carretera. En las estaciones de esquí, en torno a cero grados. Para la primera mitad de la semana que comienza, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé en el Principado cielos pocos nubosos y heladas en el interior y la Cordillera. Las temperaturas mínimas tienden a bajar: llegarán a 5 bajo cero en Cangas del Narcea, a 1 bajo cero en Oviedo, y a 1 o 2 sobre cero en Gijón y Avilés. Entre tanto, las máximas tenderán a aumentar hasta el orden de los 11-13 grados.

Cola de esquiadores esperando a los buses lanzadera para acceder  a las pistas de  San Isidro. | I. M.

Un grupo de amigos avilesinos y corveranos: de izquierda a derecha, Silvia Carbajosa, Alberto González, Elsa Menéndez, María Domínguez, Norberto Pizarro, Paula Suárez, Xurde Carbajosa, Eduardo Martínez y David Martínez. / Pablo Álvarez Elena M. Chorén

Con un panorama nacional de nieve incluso en lugares tan poco habituales como Mallorca o Alicante, la jornada dominical de esquí en la estación leonesa de San Isidro –destino de muchos asturianos– empezó más tarde de lo previsto y con el enfado de muchos usuarios. Cientos de personas tuvieron que hacer cola para acceder a las pistas porque hasta media mañana fue imposible hacerlo por ningún medio. Mientras tanto, en territorio del Principado, las pistas de Fuentes de Invierno y de Pajares contaron también con gran afluencia de esquiadores y no registraron incidencias reseñables. No se reprodujeron los atascos de tráfico en los que numerosos vehículos se habían visto atrapados el sábado.

Las colas se trasladan de las carreteras a la estación de esquí

José Antonio Rodríguez con su hijo Asur Peláez y su sobrino Alexandro Fernández, mierenses. / Pablo Álvarez Elena M. Chorén

¿Qué sucedió este domingo en San Isidro? "Flipas. Hora y media, casi dos horas, esperando por uno de los autobuses lanzadera de la estación para subir a las pistas, y nada", explicó a LA NUEVA ESPAÑA Iván Mateos, quien acudió temprano a la estación con su hermano y ambos terminaron desistiendo ante la larga demora.

La versión oficial de lo sucedido en San Isidro la ofreció horas más tarde la Diputación de León: "El domingo ha sido el día de mayor afluencia con 3.855 usuarios, que han completado desde primera hora el aparcamiento a pie de pistas de Cebolledo, fluyendo con normalidad, aunque más ralentizado, por incidencias causada por algunos vehículos que bloquearon la carretera de acceso a la zona alta y por la elevada afluencia a los buses gratuitos que hacen de lanzadera entre Salencias y Cebolledo".

Hartos de hacer cola, los hermanos Mateos volvieron sobre sus pasos y se reunieron con el grupo de amigos y familiares –de Avilés y Corvera– que se había quedado en Cuevas (Aller) por problemas con las cadenas de los coches.

Las colas se trasladan de las carreteras a la estación de esquí

Daisy Laureano (dominicana) con los hermanos brasileños Guilherme y Sandro Borges, residentes en Gijón. / Pablo Álvarez Elena M. Chorén

Entre los vehículos que se dirigen a las zonas de esquí, los neumáticos de invierno ganan terreno de forma progresiva a las siempre engorrosas cadenas. Pero algunos no necesitan llegar a una estación de esquí para disfrutar:

–Estamos felices. Es nuestro primer día en la nieve. Venimos del norte de Brasil, en una zona donde suele hacer más de 35 grados –explicaban los hermanos Guilherme y Sandro Borges, ahora residentes en Gijón, quienes disfrutaron de este primer contacto con su perro Baxter. Les acompañaba Daisy Laureano, dominicana, quien lleva nueve años en Asturias y sí conocía la nieve.

En el bar de Cuevas –localidad a partir de la cual las cadenas o las ruedas especiales eran este domingo de uso obligatorio–, testimonian que los dos últimos fines de semana han sido de mucho movimiento camino de la nieve. Los clientes más frioleros piden un caldo; otros optan por hidratarse con una cerveza o un refresco. Avanza el día y el cielo va abriéndose. Alexandro Fernández y Asur Peláez, primos mierenses, juegan por la zona. Mientras tanto, en las pistas, los esquiadores cargan las pilas en una nieve que, para su gusto, este invierno se hizo esperar más de lo deseable.

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