Así luchan contra la nieve en la autopista del Huerna: "Nunca se cierra por capricho"

Eduardo Arrojo, director general de la concesionaria de la AP-66, explica que es la DGT la que establece las restricciones que se aplican cuando aprieta la nieve: "Solo somos gestores"

Ramón Díaz

Ramón Díaz

"La autopista del Huerna nunca se cierra por capricho; es la Dirección General de Tráfico (DGT) la que establece las normas para toda España". A Eduardo Arrojo, director general de Aucalsa, concesionaria de la AP-66 (León-Campomanes), le duele cuando se culpa a la empresa de las restricciones que se imponen cuando aprieta la nieve. "Solo somos gestores" de una infraestructura en la que "todo está reglado. Nos interesa cerrar lo menos posible, pero la prioridad de la Guardia Civil es la seguridad... y hace bien", proclama.

La del Huerna es la autopista con peor vialidad de toda España. Se ubica en una zona con la temperatura mínima media más baja de la Península y con mas precipitaciones. Parte de 350 metros de altitud en Campomanes y alcanza 1.229 metros, en los túneles del Negrón, muy por encima, por ejemplo, de los Lagos de Covadonga. Solo hay otra autopista de alta montaña en España, la A-67 (Cantabria-Meseta), pero muy diferente: con una cota máxima mucho menor, mucha menos pendiente, radios de curva más amplios y un trazado más moderno (abrió en 2009 y el Huerna en 1983). Es así que en la AP-66 nieva mucho. Y eso obliga en ocasiones a adoptar medidas para salvaguardar la seguridad de los usuarios.

En todo caso, es la DGT la que establece lo que Víctor Llamazares, director de Explotación de Aucalsa, denomina "los colores de la nieve". Verde cuando hay fenómenos adversos (niebla o nieve). Se limita la velocidad a 100 kilómetros por hora, y los vehículos pesados no pueden adelantar.

El nivel amarillo se activa cuando hay nieve en la calzada. Entonces se cierra la vía a los vehículos pesados articulados. "Intentamos que estén el menor tiempo posible parados, pero la prioridad es la seguridad. Ocurre que la Guardia Civil para a los vehículos en lugares seguros (en el caso de Asturias siete kilómetros antes de la autopista), donde puede no estar nevando, y hay quien cree que toda la autopista está en condiciones para circular", explica Ángel Espina, director de Conservación y Vialidad. El nivel rojo implica que solo pueden circular turismos con cadenas o neumáticos de invierno, aunque en el Huerna, por el gran número de túneles (suman 17,4 kilómetros), la DGT prohibe las cadenas. También pueden circular autobuses, pero con un permiso especial de Tráfico y geolocalizador. El nivel negro implica el cierre de la autopista. La última vez que se activó fue en 2019, y solo por unas horas. En todo caso, el tiempo con restricciones en el Huerna es mínimo: "En el ámbito total de una campaña no tiene peso. Son unas pocas horas", señala Espina.

En el Huerna los camiones quitanieves trabajan día y noche cuando así lo requiere la situación. "A veces un usuario ve la carretera limpia porque acaba de pasar un quitanieves, pero no ve que a los treinta segundos vuelve estar cubierta y tenemos que volvemos a limpiar y vuelve a caer, y otra vez a limpiar... es agotador. A veces, de madrugada, hay más quitanieves que usuarios. Pero no podemos parar", indica Arrojo. El coste de todo ello es "elevadísimo. Si lleváramos a la gente en avión privado o helicóptero ahorraríamos dinero", ironiza.

"Tenemos procedimientos y protocolos para todo, pero desde un punto de vista lógico, no hacer papeles por hacer", indica Espina. Las 67 personas que llegan a trabajar en la autopista saben perfectamente qué hacer en cada momento. "De cada nevada elaboramos una estadística. De donde a donde nevó, cuanto, que espesor alcanzó, cuándo empezamos y terminamos, cuánta gente tuvimos, qué decía la Aemet y qué pasó realmente...", explica Espina. Se planifica todo a largo, medio y corto plazo, pero si el frío aprieta, como ocurrió hace unos días cuando la temperatura de la calzada bajó hasta 4,8 grados bajo cero, la cosa se complica. "La nieve de estos días es mala de solemnidad, muy fría", sentencia Arrojo. Tanto así que se llegaron a utilizar a la vez 19 de los 22 camiones quitanieves de los que dispone Aucalsa. Y eso que el Ministerio de Transportes considera que con 14 habría suficientes.

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