La terapia revolucionaria que hoy estrena el HUCA para tratar linfomas, leucemias y mielomas

El procedimiento, que se inicia con una extracción de sangre para obtener células T, se aplica a pacientes en los que habían fracasado las terapias convencionales

Pablo Álvarez

Pablo Álvarez

Después de muchos meses de arduos preparativos, los especialistas del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) incician hoy, jueves, el procedimiento de aplicación de los tratamientos CAR-T, un tipo de terapia avanzada y personalizada que hasta la fecha han recibido fuera de la región más de 30 pacientes asturianos –entre niños y adultos– afectados por linfomas, leucemias y mielomas y en los que habían fracasado las terapias convencionales.

El proceso se lleva a cabo en varios pasos. Para hoy está programado el primero: la aféresis –extracción de sangre– del primer paciente. De la sangre se aíslan las células T y se envían a un laboratorio, fuera de España, donde son modificadas. En ese laboratorio se producen grandes cantidades de esas células reforzadas, que se administran al paciente mediante infusión, paso que se dará en las próximas semanas. Esas nuevas células T estarán entonces preparadas para atacar con éxito a las células tumorales.

Ya hace algunos meses que el HUCA logró la acreditación necesaria del Ministerio de Sanidad para realizar tratamientos CAR-T. Su mecanismo se basa en potenciar el sistema inmunitario del propio enfermo, en particular, los linfocitos T. Supone un coste de unos 300.000 euros por persona que la sanidad pública asume en casos seleccionados. El centro sanitario ovetense aplicará este tipo de inmunoterapia a pacientes mayores de 18 años con cánceres hematológicos, como son el linfoma B de células grandes, el linfoma de células de manto, el mieloma múltiple y la leucemia linfoblástica aguda.

Hasta hace unos meses, las inmunoterapias CAR-T se practicaban en varios hospitales españoles, entre los que no figuraba ninguno de la cornisa cantábrica. El HUCA llevaba largo tiempo buscando la preceptiva acreditación del Ministerio de Sanidad para poder llevarlas a cabo.

Según la Consejería de Salud, la disponibilidad de estos tratamientos redundará "en una mayor equidad, seguridad, calidad y eficiencia para la ciudadanía". Las mismas fuentes añaden que, si bien hasta la fecha cualquier enfermo que ha precisado este tipo de tratamiento lo ha recibido, "a partir de ahora no va a hacer falta desplazarse a otras comunidades con la comodidad que eso representa para los pacientes".

La aplicación de terapias CAR-T constituye el segundo avance relevante de la sanidad pública asturiana en las últimas semanas, tras el inicio –el pasado viernes– de las intervenciones quirúrgicas con robot en el HUCA (Oviedo) y en el Hospital de Cabueñes (Gijón).

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La base de las terapias CAR-T consiste en células T (un tipo de glóbulos blancos) del paciente. Estos linfocitos T se envían a un laboratorio ultraespecializado, en el que se les añade un gen con un receptor especial que se une a cierta proteína de las células cancerosas del paciente. Este receptor especial se llama receptor de antígeno quimérico (CAR), de ahí el nombre de la terapia. Esas nuevas células T –ya reforzadas con el CAR– son reinfundidas en el enfermo, pero ahora estarán capacitadas para atacar a las células tumorales.

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