El único testigo visual de un incendio forestal en Cabrales se retracta en el juicio

La acusación se basaba en un tipo de vehículo que ahora el testigo dice que no pudo distinguir | El acusado asegura que a la hora del fuego dormía con su mujer | La vista se suspende por un fallo tecnológico en una videoconferencia

La vista oral de esta mañana, en el momento de la declaración del testigo, J. R. H.

La vista oral de esta mañana, en el momento de la declaración del testigo, J. R. H. / P. Á.

Pablo Álvarez

Pablo Álvarez

El juicio por un incendio forestal que se produjo el sábado 29 de febrero de 2020 en el concejo de Cabrales se ha quedado esta mañana sin el único testigo visual que aportaba la Guardia Civil.

En la vista oral celebrada en el Juzgado de lo Penal 1, de Oviedo, J. R. H. negó haber declarado lo que en el atestado policial figura que dijo, y que condujo a señalar como presunto culpable a R. B. I. Ambos se conocen y sus domicilios distan entre sí unos cinco kilómetros.

La vista quedó suspendida al fallar la conexión por videoconferencia con uno de los agentes de la Benemérita llamados a testificar.

Las pesquisas de la Benemérita cruzaron tres datos: las características de un vehículo todoterreno de color oscuro que supuestamente merodeaba por la zona; la dirección que tomó al marcharse del lugar (no hacia Cangas de Onís, sino hacia Cabrales); y la nómina de personas que tienen ganado y terrenos aptos para pastos en la zona quemada.

"Yo no dije eso"

Al serle leído el texto del atestado, el testigo señaló: “Yo no dije eso. A las seis y media o siete de la mañana vi un incendio desde una distancia de dos kilómetros, y que había allí camiones de bomberos y un vehículo. Desde esa distancia no pude distinguir si era un todoterreno, un coche normal o un camión. Y tampoco pude ver qué dirección tomaba el vehículo”.

El agente de la Guardia Civil que instruyó el atestado se reafirmó en el contenido del mismo. “¿Cómo voy a inventármelo, señoría?”, respondió al juez. El agente especificó que J. R. H. fue el único vecino de la zona que se prestó a colaborar con la investigación. “La mayor parte de la gente no quiere declarar”, lamentó.

Durmiendo en su casa

El acusado negó haber sido el autor del incendio y aseguró que el todoterreno que ha servido de pista “es de mi madre”, mientras que él tiene otro coche. A las horas en las que se declaró el fuego, “yo estaba con mi mujer y mi hijo en casa, en la cama”, subrayó .

El incendio tuvo lugar en el paraje denominado El Toyu-Cabeza Cidá, próximo a El Escobal (Cabrales), sobre las cuatro de la madrugada del 29 de febrero de 2020. En esa fecha estaba declarado riesgo extremo de incendio. El fuego, extinguido por los Bomberos de Cangas de Onís, quemó 15,5 hectáreas de matorral de tojo, brezo y helecho.

Sin daños medioambientales ni para el Ayuntamiento

En la vista de esta mañana han declarado también varios peritos. Un integrante de las Brigadas de Investigación de Incendios Forestales del Principado de Asturias (BRIPAS) indicó que en la zona afectada “suelen repetirse” incendios, y añadió que la fecha del suceso es la idónea “porque garantiza que el pasto surja para la época adecuada”.

El funcionario que firmó el coste económico de la extinción lo cifró en 1.974 euros. Un técnico municipal del Ayuntamiento de Cabrales realizó un informe que ha experimentado un cambio: en virtud de una modificación legal, no cabe señalar que el incendio ocasionó daños económicos al Consistorio. Y un técnico de la Consejería de Agricultura concluyó que el fuego “no produjo perjuicios medioambientales”.