Hubo vida rosa antes de "Barbie"

La película "Barbie" (Greta Gerwig, 2023), protagonizada por Margot Robbie y Ryan Gosling, ha logrado récords de taquilla y disparado la popularidad del rosa entre su legión de seguidoras. Este inesperado boom sirve de pretexto para rememorar el uso de este color en todas sus tonalidades (desde el pastel al fucsia) en la moda occidental, a través de algunos de los trajes más icónicos de los últimos tiempos.

Merece la pena comenzar subrayando la relevancia de la exposición "La Vie en Rose" (Museo del Traje de Madrid, 2018), que demostraba cómo el rosa aparecía ya en las artes durante la Antigüedad y la Edad Media, tanto en el atuendo de las imágenes figurativas como coloreando su tez, y dominaba en el estilo francés del siglo XVIII que Felipe V instalará en España. En el siglo XIX, al suprimir los hombres el color de sus ropas, es cuando el rosa empieza a vincularse con lo femenino, otorgándole un carácter cercano a lo "delicado". Esta tendencia permanecerá en el siglo XX, ampliando su significado a otros conceptos ligados con lo provocativo y lo subversivo.

Esta mixtura de simbologías fue rentabilizada, por ejemplo, en el cine: ¿quién no recuerda el seductor vestido fucsia con un gran lazo en la parte trasera que William Travilla le creó a Marilyn Monroe para cantar "Diamonds are a girl’s best friend" en "Los caballeros las prefieren rubias" (Howard Hawks, 1953) y que luego inspiró a Madonna para su videoclip "Material Girl", en 1985? Inolvidables resultan también los elegantes modelos que Hubert de Givenchy confeccionó para Audrey Hepburn: desde el de satén blanco con capa rosa que lució en "Una cara con ángel" (Stanley Donen, 1957) y el traje de cóctel con aplicaciones en forma de abanicos y abrigo a juego para "Desayuno con diamantes" (Blake Edwards, 1961) a su minivestido de novia de manga larga, cuello chimenea y pañuelo cubriendo la cabeza para su enlace con Andrea Dotti en 1969. No podemos olvidarnos del vestido de chiffon de seda con un falso escote decorado con una flor que Cecil Beaton le diseñó para "My Fair Lady" (George Cukor, 1964). Otras actrices que vistieron de rosa en sus películas fueron: Grace Kelly en "Atrapa a un ladrón" (Alfred Hitchcock, 1955), Sara Montiel en "El último cuplé" (Juan de Orduña, 1957), Sophia Loren en "Arabesco" (Stanley Donen, 1966) y Meryl Streep en "Vida y amores de una diablesa" (Susan Seidelman, 1989), entre otras muchas. Y ya en la alfombra roja de los "Oscar", cómo no vamos a citar el vestido de tafetán con escote en V y tirantes de Ralph Lauren con el que Gwyneth Paltrow recogió en 1999 el "Oscar" a Mejor Actriz, el rosa pálido con falda de plumas de Versace que Penélope Cruz llevó en 2007 y el original palabra de honor con una sensacional cola que surgía de un gran lazo de Calvin Klein by Appointment con el que triunfó Saoirse Ronan en 2018.

Muchas prendas de color rosa permanecerán para la posteridad al estar asociadas a momentos históricos claves, como el dos piezas con sombrero que Jackie Kennedy llevó ese fatídico 22 de noviembre de 1963, día en que su esposo fue asesinado. Realizado en lana bouclé con doble abotonadura y con el cuello en azul marino, se trataba de una versión autorizada de un traje de Chanel elaborado en el taller neoyorquino Chez Ninon. Más próximos tenemos el abrigo y el vestido inspirados en el capote de un torero que las hermanas Molinero cosieron para que la reina Sofía acudiese el 2 de noviembre de 1975 a la proclamación de Juan Carlos como rey de España.

Cálido, enérgico y muy favorecedor, son muchas las mujeres que les fascina ir de rosa. De la sempiterna Diana de Gales sobresalen el vestido fucsia con estampado de lunares blancos de Donald Campbell que lució en 1983 y en 1985, el sastre de Versace que utilizó en 1995 en la visita al cuartel de Howe en Kent y el de Catherine Walker para asistir a los Daily Star Gold Awards en Londres en 1997. Un traje que dejó huella fue el de plumas que enseñó Nicole Kidman en el anuncio de Chanel N.º 5 y con el que acaba de posar en la Met Gala, veinte años después.

La Reina Letizia también siente pasión por este color, destacando el Felipe Varela bordado con motivos de mariposas y dibujos geométricos con el que deslumbró el Día de la Hispanidad de 2019; el diseño de cuerpo entallado y bordados florales de Carolina Herrera para la cena de gala de la entronización de Naruhito en 2019; el conjunto de dos piezas, también de Carolina Herrera, para la ceremonia de coronación del rey Carlos III de Inglaterra en 2023, compuesto por una chaqueta de cuello redondo y péplum en la cintura y una falda lápiz de largo midi, y hace escasos días, el vestido de escote en pico y tela plisada de Adolfo Domínguez en su visita a los Jardines de Alfabia.

Finalizo con el de inspiración goyesca que Lorenzo Caprile diseñó para la infanta Elena para la boda de Victoria de Suecia en 2010, así como sus Christian Lacroix, con los que rozaría la perfección en otras bodas reales, y con el modelo de manga larga con solapas de Isabel Díaz Ayuso en la entrega de las medallas de San Isidro en el Palacio de Cibeles en 2023 de la firma española Colour Nude.

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