El Cetemas usa drones para detectar qué fincas necesitan riego

El centro tecnológico también localiza nidos de velutinas gracias a las aeronaves a distancia

Elena Canga y Juan Majada.

Elena Canga y Juan Majada. / Miki López

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Los drones –aeronaves tripuladas a distancia– del Centro Tecnológico Forestal y de la Madera (Cetemas), ubicado en Siero, están dotados de unos sensores que permiten fotografiar con altísima precisión varias hectáreas de terreno desde el aire, "hasta el punto de detectar qué parcelas necesitan más riego o fertilizante, cuáles tienen más potencial forestal o agrícola, dónde hay más madera o biomasa, qué plantas están más secas o cuáles son los límites catastrales entre una finca y la contigua", explicó ayer Elena Canga, investigadora del área de Geomática de la entidad, durante su intervención en la I Semana de la Ciencia organizada por LA NUEVA ESPAÑA.

Canga indicó que los escáneres incorporados en los aparatos voladores pueden incluso diferenciar cada árbol de un extenso bosque y calibrar el diámetro de su tronco, sabiendo así cuál es la manera más óptima para talarlo, o cuál es la mejor época del año para hacerlo. La técnica también ayuda a analizar la estructura arbórea del bosque, ya que ésta "influye en el tipo de fauna que lo habita", aseguró la científica.

Para conseguir esta precisión, el Cetemas se sirve de una tecnología llamada "lidar", un escáner que emplea luces de láser para determinar la distancia a una superficie determinada. "La tecnología de los drones es cada vez más barata y, por lo tanto, asequible para las empresas interesadas", destacó Canga. Según apuntó Juan Majada, director del Cetemas, el coste aproximado de este método es de unos 50 céntimos de euro por tonelada de madera detectada.

Además, según indicó Canga, el sistema goza de una precisión "más que suficiente, con un error medio de entre el 5% y el 8%". Ello permite identificar también pistas forestales, muros y cárcavas. Esto resulta especialmente importante en Asturias, donde el tamaño medio de las fincas es de media hectárea, una superficie pequeña en comparación con otros territorios del país.

Asimismo, la tecnología del Cetemas contribuye a detectar plagas, "algo particularmente difícil en los montes asturianos", afirmó la investigadora. De hecho, el sistema está combatiendo una de las plagas más molestas de los últimos años: las avispas velutinas. "Estamos trabajando con modelos de predicción, y se están haciendo vuelos en zonas arboladas para detectar los nidos", explicó la científica.

También se aplican estos conocimientos a la viticultura. Así, los drones del Cetemas fotografiaron recientemente un viñedo de Navarra –de 100 hectáreas de extensión– cuyos propietarios necesitaban conocer con detalle su potencial, y los sensores captaron qué viñas estaban siendo más productivas o qué zonas precisaban más riego. "Cada dos o tres meses, los drones sobrevolaban el terreno y capturaban de manera prácticamente automática datos sobre ese vigor, así como posibles fallos o plantas muertas", describió Canga.