La carta que ha encendido las alarmas en la Asturias rural por el temor a un catastrazo

Una comunicación que "mete miedo" revoluciona a los propietarios, aunque los sindicatos prevén "un impacto menor" en el IBI

Fincas de fabas en El Llano, en San Tirso de Abres, en primer término.

Fincas de fabas en El Llano, en San Tirso de Abres, en primer término. / LNE

Unas comunicaciones que la Gerencia del Catastro ha empezado a enviar a los propietarios de fincas rústicas, doblando y triplicando el valor de esos terrenos por estar incluidos en pagos de la Política Agraria Común (PAC), ya suponen una amenaza para ganaderos y agricultores. Organizaciones agroganaderas como COAG y ASAJA han comprobado el impacto negativo de esos avisos y, tras mantener una reunión con los responsables del Catastro, creen necesario transmitir un mensaje de "tranquilidad" a los propietarios del suelo porque esas revisiones "no supondrán encarecimientos significativos en el pago de impuestos como el IBI, el impacto será menor".

La alarma empezó a cundir hace unas cuatro semanas cuando el Catastro empezó a enviar cartas a propietarios de fincas de Pravia, Grado y Tineo, que estaban asociadas a pagos de la PAC. Muchos de esos propietarios ceden sus fincas a ganaderos para que sirvan de pastos a sus cabañas o también a agricultores, que cultivan faba o kiwis.

"La carta metía miedo", asegura Geli González, secretaria general de ASAJA. Las propuestas de resolución del Catastro reflejaban incrementos de hasta el 300% en la valoración, con repercusión directa en el aumento de la base liquidable que se utiliza para el calculo de tributos como el IBI. "La llegada de esa carta ha creado mucha alarma entre los propietarios de los terrenos", corrobora Mercedes Cruzado, coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) en Asturias. La respuesta inmediata de muchos dueños de terrenos y fincas fue retirar la cesión de esos terrenos a ganaderos y agricultores porque tenían miedo de que esa revisión del valor catastral se tradujera automáticamente en una gran subida de impuestos. Y el efecto colateral, un claro perjuicio el cuidado de los prados y la transformación de terrenos en barbecho y matorral, con el consiguiente riesgo de generar más combustible natural que facilite la proliferación de grandes incendios.

Las organizaciones agroganaderas estaban sobre aviso porque en otras autonomías, como la vecina Cantabria, ya habían recibido esa carta. COAG y ASAJA se reunieron con responsables del Catastro. "Nos admitieron que el texto de la carta no era el más adecuado y que lo cambiarían para el próximo año, pero el daño ya está hecho", comentó Geli González, quien criticó que no se hubiera avisado previamente a las organizaciones del sector para poner sobre aviso a propietarios, agricultores y ganaderos. "Se ha generado mucha más alarma de lo que en realidad supone", añade Mercedes Cruzado. Y es que el Catastro explicó a COAG y ASAJA que los pagos de impuestos derivados de esa revisión dependen de los ayuntamientos que, en muchas ocasiones tienen bonificaciones para fomentar el cuidado de los terrenos.

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