"El vertedero ya no es una opción", advierte la Consejera ante el encarecimiento de tarifas de Cogersa

Nieves Roqueñí justifica el encarecimiento de la factura de la recogida de basuras a los ayuntamientos en los mayores gastos del consorcio con la nueva planta de tratamiento

MAQUINAS TRABAJANDO EN EL FRENTE DE VERTIDO DE COGERSA EN SERIN

MAQUINAS TRABAJANDO EN EL FRENTE DE VERTIDO DE COGERSA EN SERIN / Luisma Murias

Mariola Riera

Mariola Riera

La Consejera de Transición Ecológica, Industria y Desarrollo Económico, Nieves Roqueñí, defiende la subida de tarifas que Cogersa (Consorcio de Gestión de Residuos de Asturias) aplicará el próximo año a los ayuntamientos asturianos por la recogida y tratamiento de sus basuras en base a que a la entidad tiene que obtener recursos económicos para afrontar la subida de costes que ocasionará la puesta en funcionamiento de la nueva planta de clasificación y recuperación de basura bruta.

Roqueñí, que inauguró por la mañana la jornada "Cambio de modelo productivo" en Avilés, ha explicado que "Cogersa afronta una transformación muy importante en la forma de gestionar los residuos domésticos de todos los asturianos", algo que encarecerá los costes. Las explicaciones llegan después de que LA NUEVA ESPAÑA adelantara en exclusiva las tarifas previstas a aplicar el próximo año. La tarifa de los residuos domésticos mezclados –la llamada bolsa negra– por tonelada pasará de 67 a 96 euros. Un incremento considerable, más si se tiene en cuenta que en 2022 el coste era de 27 euros. En el caso de la recogida de muebles, subirá de 22,09 euros por tonelada a los 50, es decir, se incrementa más del doble.

La recogida y tratamiento de la denominada fracción orgánica –la bolsa marrón– era hasta ahora gratuita, al igual que los restos verdes de podas y limpiezas. En el primer caso, el consorcio cobrará a partir del año que viene 75 euros, mientras que en el segundo exigirá 8,31 euros. No obstante, en estos dos últimos epígrafes está prevista una bonificación en 2024 del coste íntegro que les supondrá a los ayuntamientos la recogida, por lo que acabará resultándoles gratuito. Esa bonificación está ligada a la aportación que recibe Cogersa por parte de la Consejería de Transición Ecológica.

La cuestión es que Cogersa no tiene otra que adaptarse a la nueva situación. "El vertedero no es una opción de futuro", advierte la Consejera, en relación a que el depósito de Serín está ya casi hasta arriba y a partir de ahora solo servirá "para albergar los restos residuales a los que no haya manera de sacar más recursos". Los planes de consorcio pasan por tratar en la nueva planta, que se prevé poner en funcionamiento antes de fin de año, la llamada bolsa negra (basura mezclada). En la misma se han invertido casi 62 millones de euros, y tendrá capacidad para tratar 340.000 toneladas de basura al año, más 75.000 de residuos voluminosos e industriales. La instalación permitirá obtener cerca de 150.000 toneladas de combustible sólido recuperado (CSR) –similar a los pellets– al año. Ante esta situación, Cogersa ha sacado a licitación un concurso por 16 millones de euros en busca de empresas que se ocupen de la recogida e incineración del CSR durante un año. Evidentemente, las adjudicatarias cobrarán por ello. El vertedero de Serín quedará para aquellos materiales que terminan fuera del proceso de fabricado del CSR (un 20%, unas 70.000 toneladas anuales).

Nieves Roqueñí insiste: "Eso hace crecer los costes. Y lógicamente en un consorcio que necesita tener las cuentas balanceadas esto solo se consigue a base de aumentar ingresos si suben los costes. Y solo podemos hacerlo con una subida de tarifas de tratamiento que pagan los ayuntamientos. Vamos a tener una planta en funcionamiento que va a permitir aprovechar todos los recursos de la bosa negra, porque hay plásticos y metales que queda ahí y todavía se pueden obtener, y luego esto generará un combustible que hay que tratar".

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