Un análisis diferente de la fiesta de la suerte: el Gordo, como un tren de Feve

Los premios recorrieron la región a lo largo de la costa en un lento viaje de más de tres horas con pequeñas paradas

renfe lotería

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El asturiano medio no tiene suerte, pero que no se queje. Al menos, cuenta con la Variante de Pajares desde el 29 de noviembre. Eso fue el verdadero Gordo antes de Navidad. ¿Qué son 4.000 millones comparados con 400.000 euros por décimo? Eso y no lo de ayer sí que supuso el premio íntegro. No hay duda: la Variante mola más que unos cuantos quintos premios y unas migajas de un Gordo que encima llegó tardísimo. Porque lo de ayer fue la pedrea, un sorbito, un pellizco, un pequeño brindis al sol de diciembre. Y es que la Lotería, vista con ojo clínico, viajó por la región subida en un Feve, arrampló lo poco que pudo y tiró para Jaén previa parada en Madrid, donde sí festejaron por todo lo alto.

El trayecto de la diosa fortuna por Asturias, decíamos, duró 3 horas y 23 minutos y el paseante pudo disfrutar de toda la costa asturiana de Oriente a Occidente mientras llovían los billetes. La alegría fue reducida, para qué mentir, y el viaje menguante, como el servicio de la Feve, que será la piedra de toque del próximo año para la región. Porque Asturias espera los nuevos cercanías con tantas ganas como ayer la Lotería. A ver si por ahí hay mejor suerte que ayer, que falta hace. Pero sigamos con el viaje. Subido a Llanes, el sorteo se sentó en un tren con destino Cudillero. Del pueblo del Oriente, que clama por unos buenos cercanías, salió cargado con más de un millón de euros. De ahí a Gijón. Un paseo por el Muro y pasando por caja. Otro millón y pico al bolsillo. Luego, a Oviedo. Con tiempo para el descanso y parada obligada para comprar Moscovitas y unos décimos en Jovellanos. Otro fajo de billetes: 902.000 euros en la capital.

Y sigue el viaje. Parada en Avilés y de ahí a Muros de Nalón con parada en San Esteban, dos localidades que piden a gritos un Cercanías en condiciones para Navidad. El viaje no se detiene, sigue la línea del Cantábrico y hace una parada en Luanco antes de llegar a Cudillero. Ahí se entretuvo bien la Lotería antes de acabar el viaje con unas ostras de Castropol. La fortuna acabó un poco más rica, pero hasta el moño de los pesados Cercanías.

La odisea fue larga, como lo que lleva esperando Asturias por mejoras importantes en la Feve, pero para los que no resultan premiados cada 22 de diciembre siempre hay un consuelo . A Asturias ya le tocó el Gordo de todos los Gordos con la llegada del AVE y la apertura de la Variante. No nos quejemos.

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