Dejar de fumar, el propósito de Año Nuevo que más se repite: "Hay mil motivos para dejarlo, busca el más poderoso"

Asturias cuenta con dos unidades especializadas para abandonar este mal hábito, una en Oviedo y otra en Avilés

La Unidad Antitabaco de Oviedo ayuda con uno de los propósitos de Año Nuevo más comunes, dejar de fumar

Julio Vivas

Julio Vivas

Julio Vivas

El tabaquismo es una de las principales causas prevenibles de enfermedad y muerte en todo el mundo. Por eso, cada vez que comienza un nuevo año, son muchos los que se marcan como proposito de Año Nuevo dejar de fumar. Pero, ¿es posible dejar de fumar? Pues sí, aunque no todos somos iguales y hay algunos que precisan de una ayuda extra. Afortunadamente, el Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa) cuenta con dos unidades especializadas que ayudan a aquellos pacientes más complicados. Una de ellas, la pionera, se encuentra en el centro de salud de Ventanielles (Oviedo), mientras que la segunda está en el centro de salud de El Quirinal (Avilés).

En Oviedo están al frente de la unidad antitabaco el médico José Manuel Iglesias y la enfermera Raquel García, que atienden a una media de trescientos pacientes al año. El tratamiento consiste en la combinación de varias terapias, tanto a nivel individual como colectivo, y, en caso de ser necesario, también incluye tratamientos farmacológicos. Aunque, como destaca Raquel García, "no hay ninguna pastilla mágica" para dejarlo. Eso sí, asegura que "hay mil motivos para dejarlo, solo tenemos que buscar el más poderoso de todos".

Pero hablemos del tabaquismo y sus consecuencias. El tabaquismo es una enfermedad crónica adictiva que, en más del 80% de los casos, se inicia antes de los 18 años. Además, causa muerte prematura a más de la mitad de aquellos que la padecen a través, fundamentalmente, de enfermedades cardiovasculares, pulmonares y tumorales. Tal y como explica el doctor José Manuel Iglesias, "el tabaquismo está asociado a más de 25 enfermedades, tanto para los fumadores activos como para los que están expuestos al humo de segunda mano". Entre estas enfermedades está el cáncer, siendo el tabaco el responsable del 30% de los tumores en hombres y el 10% en las mujeres; las enfermedades respiratorias, como la enfermedad pulmonar obstructua crónica, el enfisema y la bronquitis crónica; y enfermedades del corazón, como la enfermedad coronaria, el ataque al corazóno o el ictus.

Si nos acercamos a Asturias, según los datos que manejan en la unidad de tabaquismo de Oviedo, el tabaquismo provocó en 2021 un total de 3.011 muertes. Y si hacemos balance de los últimos veinte años, en el Principado se produjeron un total de 87.984 muertes atribuibles al tabaco, lo que representa un 29,7% sobre el total de fallecidos en ese periodo.

El Programa de Prevenció y Control del Tabaquismo 2019-2023 planeaba la existencia de unidades antitabaco en todas las áreas sanitarias, aunque la realidad es que solo hay dos en funcionamiento, Oviedo y Avilés, aunque también existen consultas de tabaco puntuales en los hospitales del resto de áreas sanitarias. Su objetivo es "atender a pacientes de alto riesgo, pacientes resistentes a la terapia en Atención Primaria o aquellos que precisan una intervención más especializada o intensa".

Una vez en la unidad antitabaco, el paciente tiene varias opciones. Está la consulta individual, pero también los talleres grupales. Raquel García destacó esto último, "porque quizá es menos habitual, pero se ayudan mucho entre los pacientes compartiendo sus historias". También se ofrece consulta telemática y, además, trabajan con las redes sociales, como Instagram o Youtube, medios con los que, como explican, "tratamos de llegar a los más jóvenes".

¿Y cómo funciona?

Pues una vez que se confirma la cita en la unidad antitabaco, el paciente es atendido por la enfermera o el médico, quienes le explican las diferentes opciones de atención que tienen, es decir, las citas individuales o en grupo. También se utiliza un medidor, parecido al de los controles de alcoholemia, que permite saber al sanitario sí el paciente ha fumado o no. "Si marca más de cinco, sabemos que el paciente ha fumado", explica García. En la primera consulta, el paciente comprobará con este método cómo le afecta el tabaco y, en las consultas siguientes, comprobará cómo va mejorando, con lo que también es una motivación.

Tampoco se deja de fumar de golpe. "Se establece una fecha para dejar de fumar", explica el doctor. Y es que antes se tiene que llevar a cabo un registro de los cigarrillos que fumamos para comprobar el por qué de cada cigarrillo o a qué se asocia. Por ejemplo, al café de la mañana. De este modo tomamos conciencia del por qué de nuestros cigarrillos y de que muchos de ellos se fuman sin razón.

Una vez que hemos dejado de fumar, podemos hacerlo "a pelo", es decir, sin ningún tipo de ayuda farmacológica. Aunque en el caso de que desde la unidad lo consideren necesario, sí se podría optar por diferentes ayudas. Aquí están los chicles, los parches de nicotina o el inhalador de nicotina. Asimismo, están las tan conocidas pastillas para dejar de fumar. Medicamentos eso sí, que no son milagrosos, sino que precisan de que el paciente quiera realmente dejar de fumar.