El nuevo mapa sanitario "no mermará" servicios ni derechos laborales, promete el Principado

"Es un escenario base que puede ser modificado antes de la aprobación", afirma el Gobierno regional ante las críticas de profesionales

Concepción Saavedra, Consejera de Salud del Principado de Asturias

Concepción Saavedra, Consejera de Salud del Principado de Asturias / Miki López

Pablo Álvarez

Pablo Álvarez

La propuesta de revisión del mapa sanitario de Asturias puesta sobre la mesa por la Consejería de Salud constituye "un escenario base que puede ser modificado antes de la aprobación del decreto si se considera que es lo más adecuado", subrayaron ayer a este periódico fuentes del Gobierno asturiano, que no supondrá "merma de servicios". El planteamiento del Ejecutivo autonómico –que ahora inicia un amplio proceso de debate y búsqueda de consensos con los concejos, sectores y agentes afectados– "es consecuente con los derechos consolidados de los trabajadores del Servicio de Salud del Principado (Sespa)", puntualizaron las mismas fuentes. Según la información adelantada ayer por LA NUEVA ESPAÑA, las ocho áreas sanitarias en las que el territorio asturiano está distribuido desde 1984 pasarán a ser tres, con Oviedo, Gijón y Avilés como cabeceras. Este planteamiento de partida implica que el Noroccidente asturiano se fusionará con el área de Avilés; el Suroccidente y el valle del Caudal se unifican con Oviedo y los concejos del centro de la región; y la cuenca del Nalón y el Oriente se suman al área de Gijón.

No se trata de una estrategia cerrada, sino sujeta a modificaciones adecuadamente razonadas. "Un posible criterio para este cambio son las distancias y los tiempos entre cada zona básica de salud y los hospitales cabecera de área", precisa el Gobierno. La propuesta deja abiertos ajustes y modificaciones en relación a estructuras directivas, sistemas de información, estructuras logísticas, gestión de profesionales y recursos humanos. La actual estructuración de la sanidad pública regional fue implantada hace justamente 40 años. Consta de ocho áreas cuyas cabeceras están emplazadas en Jarrio (Coaña), Cangas del Narcea, Avilés, Oviedo, Gijón, Arriondas, Mieres y Riaño (Langreo). Desde el diseño del mapa, las comunicaciones y las telecomunicaciones han experimentado fuertes transformaciones. Además, seis de esas ocho áreas sanitarias han perdido unos 145.000 habitantes, en total.

Tal y como había anticipado este periódico, la estructura de gestión sanitaria queda reducida a menos de la mitad de centros de gestión, con la consiguiente –al menos sobre el papel– simplificación burocrática y administrativa. Que Oviedo, Gijón y Avilés serían cabeceras de área nadie lo dudaba. La duda estribaba en si habría una cuarta circunscripción que englobase los valles del Nalón y el Caudal. Finalmente, el Gobierno regional propone que no sea así, sino que cada uno de ellos pase a depender de su "metrópoli" natural: el Nalón de Gijón y el Caudal de Oviedo.

Con este planteamiento que la Consejería sitúa sobre el tapete, las zonas sanitarias resultantes ganan demografía. Con el paso de los años y la correspondiente pérdida de población, el Suroccidente asturiano tenía toda una estructura de gestión para 24.373 habitantes. Lo mismo ocurría con la del Noroccidente para 43.072 usuarios potenciales.

El Ejecutivo de Barbón se abre a la participación ciudadana para rematar la reorganización de las áreas

Las nuevas áreas son mucho más densas en población. La que tiene Gijón como cabecera pasa a ser la más populosa de Asturias, con 410.093 ciudadanos. La que encabeza Oviedo está muy cerca, con 407.704 usuarios, pero ya no es la más poblada. Muy alejada queda la demografía de la fusión de las áreas de la comarca avilesina y el Noroccidente, que suma 186.889 habitantes.

Con esta primera propuesta de revisión, arranca de inmediato una etapa de negociaciones que es reclamada por los agentes afectados. Por ejemplo, el Sindicato Médico Profesional de Asturias (SIMPA) ha advertido que "algunos afiliados nos han trasladado inquietud" ante posibles modificaciones en sus condiciones laborales. La respuesta del Gobierno de Adrián Barbón quiere ser tranquilizadora: "La garantía de derechos de los profesionales y su capacidad de representación exigirán una adecuación que permita mejorar su presencia en el territorio y en los centros sanitarios".

De otro lado, el Ejecutivo asturiano lanza dos premisas en esta misma línea conciliadora. La primera se dirige a los habitantes de los territorios más alejados del centro de la región: "La modificación propuesta no supondrá el cierre ni la merma de la cartera de servicios de ninguno de los hospitales públicos actuales". Y la segunda va en la línea de ofrecer a los ciudadanos cauces de diálogo y participación en la toma de decisiones en el marco de los órganos previstos en el marco legal.

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