Adiós a los móviles en los coles e institutos de Asturias: la norma que llega ya este curso

Prohibición total en los colegios y restricciones en Secundaria, donde los alumnos solo podrán usar los dispositivos "supervisados" por docentes

"Habrá menos ciberacoso y distracciones", vaticinan los expertos

El Consejo Escolar, a favor de apagar los móviles en la ESO, incluido patio y comedor

Amor Domínguez

Mónica G. Salas

Mónica G. Salas

Móviles totalmente prohibidos en Infantil y Primaria, y apagados en Secundaria, Bachillerato y FP, salvo que el profesor pida encenderlos para fines pedagógicos, que deberán estar "programados y supervisados". Esas son las instrucciones que sacará "próximamente" el Principado y que "coinciden", según la consejera de Educación, Lydia Espina, con "el documento base" que el Ministerio de Pilar Alegría presentó ayer a las comunidades autónomas en Madrid para limitar el uso de los teléfonos en colegios e institutos de todo el país. "Ya tenemos un borrador, solo nos falta afinarlo", concretó Espina, que anunció que las medidas entrarán en vigor este mismo curso "para que los centros vayan adaptándose sin agobios". Los expertos ven "justificada" y "urgente" la regulación, pero advierten que la intervención no puede quedarse ahí: "Hay que educar. De lo contrario, estaremos minimizando ciertos comportamientos en los centros, pero trasladándolos a otras esferas".

Tanto el Ministerio como el Principado han accedido a regular el uso del móvil en el ámbito educativo por la presión de las familias. Los niños cada vez tienen primero un teléfono inteligente –un estudio del Consejo Escolar recoge que el 71,8% de los menores asturianos de 10 a 15 años poseen smartphone– y los problemas derivados de su mal uso se han disparado. Comunidades como Madrid, Galicia, Andalucía, Murcia y Castilla La Mancha, la mayoría gobernadas por el PP, ya vieron venir primero la amenaza y tienen regulaciones propias.

La reunión de la ministra Pilar Alegría con las comunidades autónomas para abordar el uso del móvil en los centros educativos; con Lydia Espina, tercera por la izquierda.

La reunión de la ministra Pilar Alegría con las comunidades autónomas para abordar el uso del móvil en los centros educativos; con Lydia Espina, tercera por la izquierda. / LNE

Asturias se sumará ahora a esta ola, como pedían equipos directivos y familias. A la espera de que el documento final salga a la luz, Lydia Espina avanzó ayer que los colegios de Infantil y Primaria "deberán ser espacios libres de móviles". Y "no porque en Asturias –explicó– hubiese debate, sino porque su uso en estas etapas es residual" y ahora pasará a ser nulo. A partir de Secundaria, y siguiendo lo que marca el Ministerio, los teléfonos solo podrán ser empleados "con una finalidad pedagógica" y, apunta la Consejera, "de manera programada y supervisada por un docente". En este sentido, apostilló, "el profesorado deberá incluir en sus programaciones estas actividades y los centros concretar las medidas en su reglamento de régimen interior y en su plan integral de convivencia". Todo lo anterior supone que los alumnos deberán tener por norma general los móviles apagados y guardados tanto en el aula como en los recreos y el comedor. La Consejería complementará estas medidas con la formación de docentes y familias. De hecho, ya ha anunciado proyectos, como el plan de alfabetización digital mediática para docentes o los espacios de participación para padres.

Para Joaquín González Cabrera, investigador principal del Grupo de Ciberpsicología de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), afincado en Oviedo, la respuesta del Ministerio y del Principado a los móviles está "justificada". Pero, añade, "si solo nos quedamos en la prohibición, sería terrible e iría contra los propios fundamentos de la escuela". Es decir, hay que educar para que el teléfono sea un elemento que "sume y no reste". Eso se debe hacer, insiste, desde los centros y desde las casas por medio de la mediación parental. "Las medidas legislativas pueden minimizar ciertos comportamientos que ocurren en los centros, pero entonces los estaremos trasladando a otras esferas", expresa.

En la misma línea se pronuncia Elena Cubero Briz, secretaria de la junta de gobierno del Colegio Oficial de Psicología del Principado de Asturias. Está "totalmente de acuerdo" con que se ponga coto a los móviles en las aulas. "Aunque ya hay normas en centros, los alumnos se las saltan, porque tienen el teléfono permanentemente cerca. Miran la hora, miran si tienen algún Whatsapp, chatean...". Así que "generar espacios libres de móviles –opina–será sin duda una medida beneficiosa". "Cumplirá una labor importante frente al ciberacoso y las adicciones, que en consulta vemos que están aumentado. Y también reducirán las distracciones e incrementará la interacción social de los jóvenes". Ahora bien, avisa, "no podemos perder la idea de que la escuela tiene la responsabilidad de educar en un uso responsable".

María Esther del Moral Pérez, catedrática de Tecnología Educativa de la Universidad de Oviedo, coincide con sus colegas. De entrada dice que "urge limitar el uso de los móviles en las escuelas para reducir los problemas asociados al abuso o mal uso". Sin embargo, "no es suficiente, se precisa proponer medidas más proactivas", subraya. Se refiere a la formación y el uso responsable de las TIC, "enfatizando en los aspectos éticos para eliminar prácticas como el ciberbullying o el sexting" y dotar a los alumnos de competencias digitales e informacionales básicas". Esto último "les ayudará a identificar fuentes fiables para buscar información veraz, proteger su privacidad, concienciarles de la huella digital, alertarles de los fraudes...". "La escuela se enfrenta a un gran reto, pero las familias deben contribuir también a minimizar los riesgos, asumiendo su incuestionable papel educador. No deberían proporcionar un móvil a menores de doce años y tendrían que activar el control parental", remata.

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