Esta es la lista de los concejos asturianos (y son más de la mitad) que no registraron ni un nacimiento al mes en 2023

Ocho municipios cerraron el año sin partos, la cifra más alta de la serie histórica

Cuatro de ellos son vecinos en el occidente interior

Esta es la lista de los concejos asturianos (y son más de la mitad) que no registraron ni un nacimiento al mes en 2023

Esta es la lista de los concejos asturianos (y son más de la mitad) que no registraron ni un nacimiento al mes en 2023

El año con peores registros de la historia estadística de Asturias cuenta 4.587 nacimientos en 2023 y una media escasa y decreciente que no llega a dos partos cada hora, pero incluso en esta indigencia hay grados. Una lupa que se acerque mucho al mapa para descubrirlos encontrará una mancha grande, que ocupa más de la mitad de los 78 concejos y se extiende por el cuarenta por ciento del territorio, en la que las cifras totales de la contabilidad demográfica no dan ni para un promedio de un recién nacido al mes. Es lo peor de la Asturias menguante, 42 municipios que en un año añadieron entre todos 92 alumbramientos a la escasa cuenta global de Asturias y que localizan los síntomas más agudos de la crisis conforme a un patrón geográfico muy conocido de agrupamiento en torno al interior del oriente y el occidente, el cinturón de concejos que corre paralelo a la Cordillera y pequeños puntos espolvoreados por los concejos más minúsculos de las comarcas mineras y el eje central asturiano.

De acuerdo con los datos todavía provisionales recién divulgados por la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei), ocho de esos 42 cerraron el ejercicio sin un solo nacimiento, y eso es más de lo que nunca antes había registrado la historia estadística asturiana. Su lugar en el mapa es además significativo para la localización de los dolores de la demografía asturiana, habida cuenta de que la mitad de ellos son vecinos en el occidente, y más concretamente en el entorno de la cuenca alta del Navia y los Oscos: Grandas de Salime, Illano, Pesoz y San Martín de Oscos. El resto incluye a Peñamellera Alta y Caravia como la cuota del oriente, a Yernes y Tameza en su condición de concejo menos poblado de Asturias y a Sariego como el caso curioso del municipio que por primera vez desde que hay datos ha cubierto un año completo sin alumbramientos. No es de ahora. Según la misma fuente estadística, el último nacimiento registrado en Pesoz es de 2018, Illano no los cuenta desde 2019 y Yernes y Tameza lleva seis en lo que va de siglo.

Sin salir de la penuria, otros trece municipios cerraron 2023 con un solo recién nacido, doce más no pasan de tres, y así sucesivamente hasta completar la configuración de un panorama que agudiza la crisis demográfica asturiana justo allí donde lleva más tiempo enquistada.

Recapitulando, entre los 42 municipios de la Asturias menos fecunda sumaron 92 nacimientos en 2023; los otros 36, 4.495. Se diría que este mapa identifica de un solo vistazo dos problemas, la contracción de la natalidad como ingrediente principal de la crisis demográfica asturiana y el poderoso y creciente desequilibrio espacial que la acompaña. Porque al otro lado de la escasez, y en una lista en la que por segundo año consecutivo Oviedo ha registrado más nacimientos que Gijón –1.518 frente a 1.234–, la contabilidad de Sadei también constata incrementos respecto al cierre de 2022 en dieciocho municipios, aunque en nueve de ellos con tan poca fuerza que el alza es de uno o dos partos más que el año anterior.

Los progresos significativos se observan, en términos interanuales, sobre todo en Oviedo, Gijón y Avilés –aquí con el acompañamiento de un descenso dentro de la comarca en Castrillón–, pero también curiosamente en demarcaciones poco pujantes en su demografía como Mieres, Coaña o concejos cabeceras de comarcas declinantes como Valdés o Cangas del Narcea. Eso es sólo, no obstante, la evolución muy reciente, sujeta a muchos factores coyunturales. Prácticamente ningún concejo resiste la comparación con la mitad de la pasada década.

Todo remite a las peculiaridades locales de un declive que en el total regional es de 3.600 partos menos en la comparación del pico máximo del siglo, registrado en 2008, con el último recuento cerrado. Mirando más atrás, y comparando los veinte primeros años de este siglo con los veinte últimos del pasado (de 1981 a 2000) la diferencia, apabullante, ronda los 33.500 nacimientos a favor de los ochenta y los noventa…

La sostenida pendiente descendente que la estadística de partos enfiló en 2008 apenas se ha detenido desde entonces, tampoco en la fase reciente de búsqueda de remedios a través de ayudas directas a la natalidad o deducciones fiscales. Aún es pronto, eso sí, para detectar tendencias en un universo como el de la demografía, de reacción lenta y plazos largos. De hecho, las actualizaciones más recientes han detectado incrementos de la cifra total de población al ritmo que marcan los récords en la llegada de población extranjera, pero los especialistas advierten sobre la necesidad de moderar los juicios. Felipe Fernández, catedrático de Geografía de la Universidad de Oviedo, lo dijo así este viernes en la Junta: "No se puede pasar del catastrofismo que se respiraba en el ambiente porque parecía que íbamos a bajar del millón a un triunfalismo no justificado porque estemos creciendo debido a una inmigración que habrá que ver si es coyuntural".

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