¿Por qué este enero ha sido el mes con más muertes en Asturias tras el pico de covid de otoño de 2020?

Las infecciones respiratorias disparan las muertes: 200 más

Los nacimientos caen un punto más que la media en el año del mínimo histórico en España

¿Por qué este enero ha sido el mes con más muertes en Asturias tras el pico de covid de otoño de 2020?

¿Por qué este enero ha sido el mes con más muertes en Asturias tras el pico de covid de otoño de 2020? / LNE

La eclosión de infecciones respiratorias del comienzo de este invierno ha disparado la mortalidad en Asturias y neutraliza, de momento, el descenso y retorno a niveles propios de antes de la pandemia que la cifra de fallecimientos había registrado al cierre de 2023. El repunte del recuento de defunciones ha hecho de este enero el mes con más defunciones desde el pico de covid del otoño de 2020. La cifra, confluente la que ayer actualizó el Instituto Nacional de Estadística (INE) con la estimación del Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria, el MoMo del Instituto de Salud Carlos III, cuenta algo más de 1.500 fallecimientos que no encuentran parangón en un solo mes desde las 1.677 de noviembre de 2020.

Aislando los eneros, no hay registros más voluminosos desde el de 2017 y en total, con datos todavía provisionales, el pasado sería el tercer mes de toda la serie histórica con más defunciones. La comparación da doscientas muertes por encima de las del mes inicial de 2023 para un incremento que se aproxima al quince por ciento y confirma que la curva de mortalidad, que había enfilado el año pasado un camino descendente, se da la vuelta a la espera de que los meses siguientes corroboren o desactiven esta tendencia.

En la hinchazón de este enero tiene mucho que ver el súbito rebrote de las infecciones respiratorias, de la oleada de gripe y covid que volvió a poner a prueba las costuras del sistema sanitario asturiano en torno a las fiestas navideñas y a las primeras semanas de este año. De ahí el exceso de 249 defunciones por encima de las "estimadas" como normales por el MoMo en atención a las medias de los últimos años. El desfase entre las defunciones esperadas y las reales se concentra, según el modelo, entre la última semana de diciembre y la cuarta de enero, fundamentalmente en la primera del año –77 defunciones por encima del promedio– y sobre todo en la tercera, con 96 decesos más de los esperables sólo en siete días.

La actualización de ayer del INE pone al día también la natalidad y la mortalidad del año recién cerrado, confirmando que España ha tocado su suelo de nacimientos (322.075) desde el arranque de la serie histórica, en 1941, y que Asturias le ha vuelto a pasar lo mismo, con la cifra más baja en su caso de una secuencia que empieza a contar en 1975. Los apenas 4.600 del recuento de 2023 encuentran un nuevo suelo para la curva persistentemente descendente de la natalidad asturiana y sólo maquillan la pérdida de población atribuible a motivos vegetativos –por la simple resta entre nacimientos y muertes, sin contar el efecto corrector de los intercambios migratorios– gracias a la mentada contracción de la mortalidad y a su regreso a niveles propios de las fechas anteriores a la pandemia. La cuenta divulgada ayer confirma una cifra de defunciones en el entorno de las 13.000 que se parece más a la de 2019 que a la de los años álgidos del covid y rebaja el recuento del año anterior en un 6,5 por ciento, más que la media nacional del 5,8.

La diferencia entre los valores de partos y muertes ofrece una estimación, todavía provisional, que resta a la población asturiana unos 8.400 habitantes antes de introducir el factor de las migraciones, que en los últimos recuentos ha sido positivo en cantidad suficiente para hacer crecer levemente la cifra total de residentes en el Principado. Lo voluminoso de la resta caracteriza, no obstante, el gran defecto de la crisis demográfica asturiana, que pierde sobre todo por la vía de agua de su enquistada escasez de nacimientos. Los 4.607 que atribuye a Asturias la cuenta provisional del INE, similares a los 4.587 que hace unas semanas actualizó la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei), suponen respecto al año anterior un descenso del tres por ciento, un punto por encima de la media nacional del dos. Quiere esto decir que el Principado resta más que España en el año en el que el conjunto del país registra su peor dato desde 1941. Sólo la Comunidad de Madrid y Extremadura –otra región en aguda crisis demográfica– se apuntan incrementos; el crecimiento vegetativo (nacimientos menos defunciones) únicamente es positivo en Madrid, Murcia y Baleares.

Suscríbete para seguir leyendo