Funerarias del Occidente, una empresa familiar en constante evolución

Cuatro empresas familiares unidas con un objetivo común: ofrecer la más alta calidad en servicios funerarios. Con esta premisa inició su andadura Funerarias del Occidente en 1989 y desde entonces no ha dejado de crecer y evolucionar.

Con Jarrio (Coaña) como sede principal, la firma con capital 100% asturiano, realiza su actividad principalmente en los concejos del occidente, así como algunos del oriente de la provincia de Lugo.

Además, destaca por contar con una plantilla que aúna veteranía y juventud. Un grupo humano formado por 27 profesionales, 16 conductores funerarios, 6 recepcionistas, 3 oficiales de cementerio, responsable de administración y calidad y Daniel Iglesias como gerente, todos con una sensibilidad y respeto especiales ante las delicadas situaciones a las que se enfrentan en su día a día.

Una gran capacidad de trabajo que se ha visto reconocida en numerosas ocasiones a lo largo de sus más de tres décadas de historia. El último galardón lo han recibido este mismo año de manos del Ayuntamiento de Coaña, que ponía en valor "unos servicios de calidad, punteros y necesarios", según reconocía el consistorio y que hacían a la empresa merecedora del "Profetas en nuestra tierra".

Un premio que recogerán el próximo 24 de marzo, coincidiendo con la celebración de la feria Agroarte, y que su gerente, Daniel Iglesias, agradecía en nombre de su equipo. "Es para nosotros un orgullo que se nos reconozca la trayectoria y el trabajo que, desde el municipio de Coaña, prestamos para toda la comarca occidental", indicó Iglesias. Y es que 2024 es un año especial para la firma, ya que cumplen 35 años, una larga trayectoria que empezó a la par que su vecino hospital comarcal de Jarrio.

Diversificar, innovar y adaptarse conforman la hoja de ruta de la empresa

La apertura del tanatorio-crematorio de Jarrio, la primera instalación de estas características en la zona noroccidental asturiana y que daba cobertura a toda la población del occidente, fue otro de los logros de Funerarias del Occidente. Un espacio que empezó a funcionar en 2004 y al que le siguieron el Velatorio Vegadeo, ubicado en la propia localidad y que abrió sus puertas un año después, el Velatorio Oscos, el de Tapia de Casariego, el tanatorio de Luarca, a los que se sumarían tanatorio-crematorio de Barcia, el de Cudillero y el tanatorio-crematorio de Barres, situado en el polígono de Barres-Castropol.

Además de un compromiso con los clientes, la firma también puede presumir de su gestión de calidad, un modelo que la convirtió en la que a día de hoy es la única empresa funeraria de Asturias que cuenta con la certificación AENOR de la norma UNE-EN 15017 de Servicios Funerarios.

Diversificar, innovar y adaptarse a las necesidades y expectativas de los usuarios, así como procurar un empleo de calidad a sus trabajadores dignificando la profesión, son parte de la hoja de ruta de la firma. No en vano, dispone en su plantilla de doce tanatopractores acreditados a nivel nacional, una muestra que refleja las prioridades de esta empresa referente en servicios funerarios en el occidente asturiano.

Hace décadas, al igual que alguno de los socios fundadores, la familia de Daniel Iglesias empezó a hacer ataúdes. Fue uno de los principales negocios de sus padres, allá a mediados del siglo XX. Ahora, la empresa familiar sigue con sus orígenes presentes y con la mirada puesta en el futuro.