Occidente de asturias, paraíso empresarial

Industria, campo y turismo: la perfecta alianza

El Occidente afronta el futuro con una sólida base empresarial asentada en el territorio y buenas expectativas de desarrollo

El puente sobre el río Navia, con la factoría de Ence al fondo.

El puente sobre el río Navia, con la factoría de Ence al fondo. / MARA VILLAMUZA

María José Iglesias

María José Iglesias

El desarrollo económico del occidente de Asturias viene marcado por varios factores clave entre los que destacan la confluencia de un firme tejido empresarial de calado industrial, un sector primario fuerte basado en la ganadería de leche y la viticultura, con incipientes experiencias en sectores como el caprino y el ovino, y la implantación de la actividad turística afianzada tanto en la costa como en las zonas de montaña.

El área comprende cuatro comarcas principales: Oscos-Eo, Parque Histórico del Navia, Comarca Vaqueira y Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias. En riesgo de despoblamiento durante los años ochenta, el occidente asturiano apostó decididamente por el turismo rural, a sabiendas de los altos valores naturales y etnográficos que atesora la zona. Por un lado, los inmensos bosques caducifolios de robles, hayas y abedules dan cobijo a una fauna diversa liderada por el lobo y el oso pardo.

Los sectores agroalimentario, energético y metalúrgico desempeñan un papel fundamental en la estrategia empresarial de la zona. Desde ellos se impulsan proyectos que contribuyen a despejar el futuro económico del Occidente, enmarcado en el conjunto de Asturias, y también como área más próxima a Galicia. El polo de innovación de Navia se ampliará a todo el occidente de la región, con Luarca como otro de los principales focos de actividad.

No es menos cierto que actividades como la agricultura y la minería han perdido protagonismo, pero otros sectores estratégicos y proyectos de innovación están contribuyendo al crecimiento económico de la zona occidental de Asturias.

Os Teixois, en Taramundi. |

Os Teixois, en Taramundi. | / LNE

Sin duda, existen múltiples razones para considerar a esta zona de la región como un destino idóneo al que dirigir inversiones empresariales. Una de ellas es su profundo arraigo industrial, la cualificación de su mano de obra especializada y la capacidad para competir. En ese terreno, cobran especial relevancia la mejora de las comunicaciones y conexiones por carretera, que, a la vez, acercan más al Occidente a las conexiones aéreas, marítimas y ferroviarias. Otro de los factores importantes a la hora de plantear inversiones y proyectos es la disponibilidad de suelo industrial de calidad y la presencia de entidades que apoyan la evolución empresarial.

La oportunidad de vivir y trabajar en un entorno que combina naturaleza con historia, y que posee un inigualable ecosistema empresarial con compañías operando en sectores muy diversos y de primer nivel, es, sin duda, otro poderoso argumento para poner los ojos en el Occidente, donde a la arqueología industrial que conforman las antiguas ferrerías y fraguas de época romana le siguen los castros, que, gracias a su conservación, ilustran con nitidez la vida cotidiana de los antiguos pobladores.

Taramundi fue la cuna del desarrollo del turismo rural en España

El occidente de Asturias tiene a gala ser la cuna del turismo rural en España. Desde 1983, se gestó un proyecto liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para desarrollar el turismo en las zonas rurales más desfavorecidas. La finalidad era que se convirtiese en un instrumento dinamizador para dichos destinos. Taramundi fue uno de los primeros lugares donde se desarrolló el turismo rural. Desde entonces, se posicionó como uno de los destinos más importantes y atractivos en este ámbito.

El Plan de Desarrollo Turístico estableció una nueva figura turística denominada «Núcleo Rural», un conjunto de edificaciones que ponen a disposición de los turistas alojamiento, gastronomía local y actividades de animación sociocultural. Existieron tres fases fundamentales en el desarrollo del proyecto. Una de ellas consistió en el desarrollo y mejora de las carreteras, accesos y demás servicios, además de fomentar la implicación de los vecinos a través de reuniones con ellos y con los empresarios. Además, paralelamente se creó la sociedad anónima Desarrollo Integral de Taramundi S.A., con participación del Gobierno Regional, el Ayuntamiento y los vecinos. Como resultado de la evolución del Núcleo de Turismo, se crearon iniciativas privadas de oferta turística debido a la buena actitud de vecinos y empresarios (mejora de la oferta de restauración, creación de alojamiento dirigida a clientes de gama media, ampliación de servicios socioculturales, recuperación de actividades artesanales, creación de negocios de productos locales, organización de actividades al aire libre).

La experiencia de Taramundi animó a llevar a cabo nuevos proyectos. Se propuso un Plan de Desarrollo rural con 20 nuevos proyectos con 200 plazas. Surgieron así propuestas de animación, de acondicionamiento de rutas de senderismo, aumento de las áreas de recreo y centros deportivos, y la apertura de negocios.