OCCIDENTE DE ASTURIAS, PARAÍSO INDUSTRIAL

"Resistir en el sector de la construcción es un reto diario"

"Muchos jóvenes ignoran que contamos con un buen convenio; además, tenemos puestos de trabajo en los que no hay paro y no lo habrá nunca por la especialización que requieren"

Joel García. | Pablo Solares

Joel García. | Pablo Solares / L. L.

L. L.

En la pequeña localidad valdesana de Muñás de Arriba a principios de la década de los años 2000, inició su actividad CGS, asfaltos y obra civil, una empresa liderada por Joel García y que empezó con la ejecución de pequeños trabajos de construcción y servicios a nivel local, principalmente para promotores privados. En la actualidad, esta empresa nacida en el occidente asturiano cuenta con cerca de un centenar de trabajadores y participa tanto en la ejecución de proyectos de referencia en las principales infraestructuras a nivel regional como en el mantenimiento y conservación de infraestructuras en las principales ciudades del Principado de Asturias.

–Tienen su raíz en Valdés. ¿Qué ventajas tiene este concejo del Occidente para su empresa?

–Es un lugar que favorece la cercanía con los clientes. Son concejos con poca población y por ello es fácil que te conozcan, llegar al futuro cliente, y eso siempre ayuda. Además, en nuestro caso, nos ha ayudado a ser más resilientes, a esforzarnos más, estar más alerta, y eso en Valdés siempre es bueno.

–¿Cuál es el principal reto al que han tenido que hacer frente a lo largo de su trayectoria?

–Por el sector al que pertenecemos y por los años que llevamos en él, todos los días afrontamos un reto diferente. Aunque sin duda el mayor desafío al que se enfrenta una empresa de construcción es que a diario hay que empezar casi de cero. Cada vez que inicias una obra empiezas de cero, cada vez que licitas una obra empiezas de cero... Acostumbrarte a estar siempre en la brecha, en alerta, es un reto complejo al que te tienes que adaptar. Es algo que genera mucho estrés y para lo que hay que estar preparado.

–Usted además es presidente de la Confederación Asturiana de la Construcción (Asprocon) y el año pasado hablaba de los problemas de la mano de obra en el sector. ¿Observa cambios en este campo?

–El problema de la mano de obra sigue. Es cierto que ha mejorado algo porque hemos llamado la atención de la gente joven, de aquellos que querían un cambio de sector, y por ello se nota alguna mejoría. Ahora tenemos más gente, la Fundación Laboral de la Construcción ofrece cursos de encofrado, albañilería, fachadas... pero para ser un buen profesional hay que dedicar años a formarse y por más que incorporemos gente, si no son profesionales, hay que pulirlos y para eso se necesita tiempo. Por ello, es necesario que los gobiernos se den cuenta de que la inversión en obra tiene que mantenerse en el tiempo.

–¿Cómo se puede conseguir eso?

–La inversión tiene que mantenerse sin altibajos para hacer un sector más manejable y controlable desde el punto de vista profesional y así sabremos a qué atenernos. Si todos los años tenemos un tanto por ciento sabemos que hay tantos millones de inversión y podremos planificar el crecimiento de las empresas.

–¿Qué papel juegan los fondos europeos en este escenario?

–Gran parte de los fondos europeos se están gastando en obra, pero cuando no estén, ¿qué va a pasar?, ¿vamos a seguir invirtiendo? Para dar estabilidad a este sector tenemos que mantener unos números de inversión constante y a partir de ahí se podrá mejorar y que el crecimiento sea sostenido, con tiempo, manejable... Para ello vamos a formar gente y así tendremos profesionales en el futuro.

–¿Cómo se puede despertar en los jóvenes el interés por la construcción?

–La primera pata para atraer a los jóvenes debe ser la innovación, la tecnología, el manejo de maquinaria desde dispositivos como tablets y ordenadores. El camino va por ahí porque pronto el manejo de la maquinaria será desde dispositivos más parecidos a una videoconsola que a manejar una máquina metido en el fango. Además, algo importante y que igual los jóvenes no saben es que hay un buen convenio y contamos con puestos de trabajo en los que no hay paro y no lo habrá nunca, como los especialistas en manejo de plantas de hormigón, extendido de aglomerado, conductores de grúa... son categorías en las que no va a faltar el trabajo.

–Con la responsabilidad ambiental como uno de los objetivos de las empresas, ¿qué está haciendo CGS para adaptarse a estas nuevas demandas?

–CGS apuesta por la economía circular desde antes de que se empezara a hablar de ello. Contamos desde hace seis años con un sistema de reciclaje de fresado en el que lo que se quita de las carreteras se introduce en la mezcla vituminosa y también hemos hecho varios proyectos de I+D+i para intentar a través del hidrógeno y placas solares mantener los hidrocarburos a temperatura constante. Es la ruta a seguir para reducir la dependencia de los hidrocarburos, la electricidad y el reciclaje de áridos.