Entrevista | María Jesús Álvarez Directora general de Igualdad del Principado

"El feminismo no adoctrina, adoctrinamiento es el del machista negacionista que quiere preservar sus privilegios"

"Si las mujeres queremos ocupar el 50% de los espacios, incluidos los de poder, debemos entregar el 50% de los cuidados a los varones"

María Jesús Álvarez, en las oficinas de la dirección de Igualdad.

María Jesús Álvarez, en las oficinas de la dirección de Igualdad. / Miki López

Elena Fernández-Pello

Elena Fernández-Pello

María Jesús Álvarez (Peñaullán, Pravia, 1962) es una veterana y una todoterreno de la política. Desde que se afilió al PSOE, en 1989, ha ido ascendiendo en el escalafón. De militante de base, a concejala de Pravia, diputada en la Junta General del Principado, presidenta de la institución parlamentaria durante tres legislaturas, consejera de Medio Rural, hasta llegar al Senado, donde presidió la Comisión Especial de Seguimiento del Pacto contra la Violencia de Género. Con el inicio de legislatura se puso al frente de la Dirección General de Igualdad del Principado. Este es su primer 8M.

–Asturias ha sido pionera al anunciar una estrategia para erradicar la prostitución de su territorio.

–Asturias ha ido por delante en políticas de igualdad en el conjunto del Estado y, posiblemente, en el conjunto de las regiones europeas, y también en la adopción de medidas para ayudar a las mujeres que sufren violencia de género, violencia sexual, prostitución y trata. Yo he heredado un patrimonio muy importante de mis antecesoras, de todas ellas, que estoy obligada a sostener, reforzar y actualizar, porque la violencia se reinventa y adquiere nuevas formas –las nuevas tecnologías, internet, el ciberacoso...–. Hay que sostener y mejorar la red de recursos: los centros asesores de la mujer, la Casa Malva y la red de casas de acogida, el centro de crisis a las víctimas de violencia sexual... El centro de crisis también es pionero en España, el primero en nuestro país; da atención los 365 días del año, las 24 horas del día, los siete días de la semana, está a disposición de cualquier mujer y cualquier menor desde los 12 años.

–Y el número de usuarias es elevado.

–Se abrió porque era necesario, pero sin saber la violencia que iba a aflorar y que se incrementa día en día, de semana en semana y de mes en mes. Se abrió en noviembre de 2020, por lo tanto, tiene tres años largos, y en este tiempo casi 900 personas se han dirigido a él; de ellas, 600 eran víctimas de violencia, y del tipo de violencia que aborda el centro 526, y de estas últimas 117 eran menores, una cifra realmente preocupante. Por eso, en septiembre de 2022 se mejoraron los recursos humanos, con un equipo especializado en menores. Quiero destacar el excelente trabajo de sus profesionales, dejando que sean las víctimas las que marquen los tiempos y acompañándolas, sin juzgarlas y evitando la revictimización.

–Muchos menores víctimas de violencia sexual y muchos menores con conductas muy machistas.

–La desigualdad es la fuente de la violencia, y tenemos que trabajar mucho en coeducación, educar en tolerancia, respeto, en superar estereotipos, con referentes femeninos en todos los ámbitos, para que las niñas y los niños sepan desde pequeños, y lo vivan, que son libres y que son iguales.

–Los expertos advierten de la facilidad con la que los niños acceden a la pornografía.

–Por eso la iniciativa estatal para evitarlo, y evitar que la pornografía sea una escuela de educación sexual. La nueva ley de educación incorpora la educación afectiva sexual como una asignatura importante. El objetivo es llegar a ser una sociedad intolerante ante la violencia contra las mujeres, ante cualquier tipo de violencia.

–Hay una corriente negacionista.

–La última encuesta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) refleja cómo ha calado la idea de que los avances en los derechos de las mujeres pueden suponer un retroceso en los derechos de los hombres. Eso es mentira y los negacionistas lo saben, pero les viene bien ese discurso.

–Los sectores reaccionarios denuncian una campaña de adoctrinamiento feminista.

–Es evidente que algo pasa en una sociedad en la que hay mujeres que sufren violencia en contextos de pareja y de expareja, con víctimas mortales, asesinadas en un número insoportable; algo pasa en una sociedad en la que las mujeres ganan menos que los hombres por desarrollar el mismo trabajo, acceden a peores empleos, en jornadas parciales; en la que siguen encontrando dificultades para acceder a los ámbitos de poder; algo pasa en una sociedad en la que con el mismo talento que los hombres, la misma capacidad, formadas, con los mejores expedientes universitarios, acceden en menor número a los doctorados y a las cátedras; algo pasa en una sociedad que sigue normalizando que los cuidados dependan casi exclusivamente de las mujeres, con lo que eso supone. Por todo esto, y para conseguir una sociedad en la que todos seamos realmente iguales, tenemos que trabajar en políticas públicas de igualdad. Si a esto alguien lo llama adoctrinamiento… A mí me parece que es trabajar por la igualdad, por una sociedad justa, de hombres y mujeres libres e iguales. Adoctrinamiento, a mi juicio, es el del machista negacionista que quiere preservar sus privilegios.

Confío mucho en las jóvenes, sé que no se van a rendir y van a enarbolar la bandera de la igualdad

–En el terreno laboral, ¿cómo se repara la brecha del sistema?

–Las mujeres ocupamos porcentualmente muchos más empleos vinculados al cuidado. Hay una economía de los cuidados que está por desarrollar, pero en este país los cuidados se valoran poco, y como no están valorados están peor retribuidos. Las mujeres ocupan muchos más empleos a tiempo parcial, y eso repercute en su sueldo, en sus pensiones y en su pobreza. Tenemos que repartir los cuidados: en Asturias, nueve de cada diez excedencias para cuidar hijos y mayores las piden mujeres. Cuando el Gobierno estatal adopta medidas como la reforma laboral o el incremento del salario mínimo interprofesional está incidiendo, mucho y positivamente, en las profesiones más femeninas. Si las mujeres queremos ocupar el 50% de todos los espacios, incluidos los ámbitos de poder, tenemos también que entregar el 50% de los cuidados a los varones, porque la división sexual del trabajo se acabó hace casi cien años.

–Este año hemos aprendido mucho sobre el consentimiento: el caso Rubiales, el caso Alves, las denuncias a cineastas…

–La ley del solo sí es sí era y es una buena ley, un avance sin precedentes para las mujeres, puso el consentimiento en el centro y evitaba situaciones tremendas en las que las víctimas tenían que explicar una y otra vez si se habían resistido lo suficiente o no. Tuvo un efecto indeseado, el partido al que pertenezco lo reconoció y trabajó para evitar que se produjera una reducción de las penas de los condenados por violencia sexual. Cuando se legisla, las víctimas tienen que estar en el en el centro. La sociedad y las mujeres identificamos cada vez mejor la violencia sexual. En el caso Alves la víctima insistía mucho en que nadie la iba a creer, y ese era su miedo a la hora de denunciar. Es tremendo que alguien que acaba de sufrir una agresión sexual no encuentre la suficiente empatía en el entorno para poder presentar una denuncia. Las víctimas tienen que saber que la ley está de su parte y que hay recursos para ayudarlas y apoyarlas.

–¿Cuáles son las cifras recientes de violencia de género en Asturias?

–En Asturias, en 2023, había 1.800 mujeres en el sistema VioGen, y en el último trimestre se dieron 504 nuevas órdenes de protección. En 2022, el último año del que tenemos datos cerrados, fueron 661. Estamos en la media nacional. Hay violencia de género en nuestra comunidad autónoma, las mujeres acuden al sistema y yo creo que hemos sido capaces de generar cierta confianza en él.

–El Principado festeja el 8M recordando el Tren de la Libertad, que salió de Asturias para parar la reforma de la ley del aborto hace diez años. El Senado francés acaba de aprobar la inclusión del derecho al aborto en su Constitución. ¿Imagina algo así en España?

–Queríamos que el 8 de Marzo fuera un día de reivindicación de los derechos de las mujeres y de reconocimiento al papel transformador del movimiento feminista. El Tren de la Libertad es un orgullo para Asturias, fueron dos asociaciones de mujeres asturianas, Mujeres por la Igualdad, de Barredos, y Les Comadres, de Gijón, las que dieron una respuesta sin precedentes a una amenaza de retroceso en los derechos fundamentales de las mujeres. La defensa de los derechos de las mujeres tiene que continuar y continuará, yo tengo mucha confianza en las mujeres jóvenes. Sé que no se van a rendir, que van a enarbolar la bandera de la igualdad y van a conquistar esos espacios masculinizados. Francia, probablemente, pueda ser un ejemplo, pero yo prefiero blindar las leyes que tengo a abrir procesos más complicados. El paquete legislativo español en materia de igualdad y de defensa de los derechos de las mujeres es muy importante.

–Trabajadoras de la Dirección General de Igualdad acusaron a su antecesora de acoso laboral. Tras su marcha, ¿se ha pasado capítulo?

–Aquí se pusieron en marcha las recomendaciones de Prevención de Riesgos Laborales, ya en la pasada legislatura. Una de ellas tenía que ver con el desdoble en dos jefaturas de servicio que está ya plasmada en la estructura. Eso no es pasar capítulo ni página, es seguir las instrucciones de las autoridades laborales y poner en marcha la hoja de ruta que se había diseñado. Estamos todavía en la fase de discusión de la nueva relación de puestos de trabajo. A partir de ahí, estoy segura de que vamos a establecer un buen sistema de trabajo. Aquí yo me he encontrado mucho talento y mucho compromiso por parte de las personas que trabajan aquí, casi todo mujeres, pero también hombres.

Suscríbete para seguir leyendo