El preocupante estado de las facultades de la Universidad de Oviedo: goteras, ventanas que se caen....

Los decanos urgen a actuar en los edificios universitarios: "Están de mírame y no me toques"

Lona que recubre la fachada de la facultad de Geologia.

Lona que recubre la fachada de la facultad de Geologia. / Luisma Murias

Mónica G. Salas

Mónica G. Salas

El grueso de los 58 edificios que tiene la Universidad de Oviedo está de "mírame y no me toques". Así lo aseguran los responsables de facultades y escuelas, que apoyan al rector, Ignacio Villaverde, en su petición al Principado de más fondos para rehabilitar todos los inmuebles. "Se van poniendo parches y se actúa de urgencia cuando ya el problema es grave. Hay que dedicar dinero a los edificios y ponerlos al día", claman los decanos y directores. La mayoría tienen más de 30 años y los hay incluso que superan los 60.

Con esa antigüedad, las deficiencias son un reguero: una ventana se cayó en Derecho en el último temporal, la fachada de Geología lleva años andamiada o tapada por una lona por riesgo de caída de cascotes, en Economía se va la luz constantemente, la humedad come a Educación y a Comercio, la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón se inunda con lluvias torrenciales... Arreglar todo esto y más costaría "un montón de millones" que la Universidad no tiene. Por eso, el Rectorado ha presentado al Principado un plan de rehabilitación, con el fin de obtener financiación extra e ir ejecutándolo por fases, como adelantó LA NUEVA ESPAÑA este lunes.

"Una lona cubre la fachada; cuando llueve mucho, tenemos goteras y el edificio es una nevera"

Carlos López

— Facultad de Geología

"La electricidad va fatal, saltan los plomos; los canalones están podridos y hay zonas sin cobertura móvil"

Carmen Benavides

— Facultad de Economía y Empresa

A continuación se recogen las principales necesidades de once facultades y escuelas, contadas por sus responsables (los que atendieron la consulta de este periódico).

En la Facultad de Geología, en Llamaquique, hay "muchísimo por hacer", afirma el decano, Carlos López. Empezando por su fachada principal, en la calle Antonio Suárez, que lleva más de un año (desde octubre de 2022) cubierta por una lona para evitar que un eventual desprendimiento de cascotes cause daños en peatones. Anteriormente, esta fachada estuvo andamiada. El edificio fue diseñado por Castelao en 1965 y recibió a sus primeros alumnos en el curso 1969/70. Los años van pesando. "Nuestro edificio, que es el más guapo, más noble y más espectacular de la Universidad, después del Histórico, tiene muchas necesidades", dice López, que señala algunas. "Cuando llueve mucho, tenemos goteras en la biblioteca, un aula de informática y un laboratorio. Puntualmente, también en el aulario", explica. Por si fuera poco, "no cumplimos en materia de accesibilidad en nada y el edificio es una nevera. Tiene cero envolvente térmica y entra el aire por todos sitios".

Pese a que "se ha mejorado mucho en los últimos dos o tres años", los edificios de la Facultad de Economía y Empresa, en el campus del Cristo, siguen acumulando deficiencias. "Tienen más de 40 años. Se van poniendo parches, pero eso no es suficiente", asegura la decana, Carmen Benavides. "Tenemos muchas humedades, porque el agua filtra por la pizarra de las fachadas. En los paneles que protegen el techo hay agujeros. La electricidad va fatal: se va la luz constantemente, saltan los plomos. Los canalones están podridos y lo mismo las tuberías de agua. En algunas zonas no hay cobertura móvil y la wifi a veces va bien y otras mal...". En resumen, "está todo de mírame y no me toques".

"Hace una semana, se nos cayó la ventana de un aula por el fuerte viento; van a colocar más bisagras"

Javier Fernández Teruelo

— Facultad de Derecho

"Las bajantes de agua son interiores y se taponan y salen humedades en el edificio norte"

Celestino Rodríguez

— Facultad de Educación

En la Facultad de Derecho, también en el Cristo, tuvieron la semana pasada un gran susto. La ventana de un aula se vino abajo por el fuerte temporal. Aunque se trata de un caso excepcional, el decanato de Javier Fernández Teruelo ha pedido que se tomen medidas "para que no vuelva a ocurrir". "La ventana se cayó con vientos muy fuertes, probablemente de 100 kilómetros por hora. Son ventanas muy grandes, casi como una puerta, que pesan mucho y necesitarían unas bisagras más fuertes. Como solución, pondrán una tercera bisagra", detalla Teruelo.

Esta facultad, que es en realidad solo aulario, pues los despachos están ubicados en Economía, también sufre goteras en periodos de fuertes lluvias. "Las cubiertas tienen problemas de impermeabilización, que se van arreglando, pero vuelven a reproducirse debido al desgaste del material. Nuestro edificio tiene 30 años", agrega.

"La zona exterior está en bastante mal estado: parking, escaleras, patios, y no hay acceso para minusválidos"

José Manuel Noriega

— Facultad de Ciencias

"Habría que aislar la fachada, cambiar las ventanas y renovar los laboratorios, que se han quedado obsoletos"

Susana Fernández

— Facultad de Química

El principal enemigo de la Facultad de Formación del Profesorado y Educación es la humedad, que afecta sobre todo al edificio norte, el más antiguo, que fue construido en 1965. "Las bajantes son interiores, se taponan y salen las humedades. Se nota mucho en el sótano, pese a que tenemos deshumificadores", expresa el decano, Celestino Rodríguez. Aunque "se han hecho esfuerzos en los últimos años", reconoce, los agujeros continúan: "Se van poniendo parches, pero...". No es suficiente. Las necesidades son tantas que "casi es mejor tener un edificio nuevo", apostilla. Además, "los espacios no están diseñados para ser facultad. Tenemos unos pasillos muy estrechos, no hay halls ni zonas comunes para trabajar en equipo, las aulas se nos quedan pequeñas para el alumnado que tenemos, los techos son muy bajos...", enumera.

En la Facultad de Ciencias, su decano, José Manuel Noriega, no describe graves carencias, pese a tratarse de un edificio de 1958. Básicamente, los problemas están en la zona exterior. "Está en bastante mal estado: parking, escaleras, patios, no hay acceso adecuado para personas de movilidad reducida...". Dada la falta de espacio que sufre esta facultad por una matrícula que va en aumento, el equipo decanal ha solicitado al Rectorado acondicionar como aula un espacio vacío que antes ocupaba la vivienda del portero. "Resultaría sumamente útil y es poco costosa. Son unos 60 metros cuadrados", puntualiza.

"No hay más que problemas; tenemos muchísima humedad en el depósito de documentos"

José Carlos Núñez

— Facultad de Psicología

"Cuando cae mucha agua, las instalaciones se inundan, pero solucionarlo es cosa del Ayuntamiento"

Inés Suárez

— Escuela Politécnica de Gijón

La Escuela de Ingeniería Informática, ubicada en el campus de Los Catalanes, está "en buenas condiciones de mantenimiento", declara el director, Fernando Álvarez. "Se renovó completamente en el año 2004 o 2005 y la única parte que había quedado sin reparar, que era la cubierta de la antigua guardería, se hizo el año pasado, con la instalación adicional de paneles solares", aclara.

En la Facultad de Química, en el Cristo, acaban de finalizar, según comenta la decana, Susana Fernández, "las obras de mejora en las instalaciones de calefacción, fontanería, saneamiento y contraincendios, que era urgente". Pese a ello, apunta, el edificio "tiene más de 35 años y necesita más reformas". Por ejemplo, habría que actuar en aislar la fachada, incluyendo la sustitución de ventanas, y renovar los laboratorios, que "se han quedado obsoletos".

En la Facultad de Psicología "no hay más que problemas", dice su decano, José Carlos Núñez. Los más urgentes: mejorar las instalaciones del depósito de documentos, donde hay "muchísima humedad" y cambiar el ascensor, que "se estropea a menudo y, es tan estrecho, que no caben algunas sillas de alumnos con diversidad funcional".

"Hay filtraciones y las paredes se caen a cachos; tenemos que pintar año sí y año también"

Levi Pérez

— Facultad de Comercio y Turismo

"Teníamos un problema muy grave de goteras, pero está resuelto; habría que actuar en ventanas y aislamiento"

Rubén González

— Escuela de Marina Civil

Fuera de Oviedo, en la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón llevan años sufriendo inundaciones cada vez que hay lluvias torrenciales, sobre todo en el edificio polivalente. Sin ir más lejos, la semana pasada volvió a ocurrir. "Desde que llegué yo a la dirección (finales de 2022), se habrán inundado las instalaciones tres o cuatro veces. Siempre que cae mucha agua, el riesgo está ahí. Solucionarlo no es competencia de la Universidad, sino del Ayuntamiento. De momento, lo que hemos hecho es colocar en otro sitio los equipos más sensibles", comenta la directora, Inés Suárez. Al margen de ello, la escuela sufre goteras y necesitaría una gran actuación en calefacción y electricidad. "Los edificios no permiten encender y apagar por zonas en función, por ejemplo, de la ocupación. Ahí sería necesario actuar", opina.

La Facultad de Comercio, Turismo y Ciencias Sociales "Jovellanos" tiene su sede en la Laboral, que es propiedad del Principado y cuya gestión corresponde a Recrea. El decano, Levi Pérez, comenta que la principal pesadilla es la humedad: "Hay mucha filtración en paredes y por dentro se caen a cachos en varias zonas. Dada la peculiaridad del edificio, en el que no se puede intervenir en fachada, tenemos que pintar año sí y año también". A ello se suma "el excesivo calor que hay en las aulas", un defecto por el que la Facultad lleva años clamando y "sigue sin resolverse".

La Escuela de Marina Civil, también en Gijón, era probablemente hace unos años uno de los centros universitarios más dañados, según cree su director, Rubén González. "Teníamos un problema muy grave de goteras, pero hace tres años se cambió la cúpula. En la fachada, por la que entra agua, también se está actuando. El lateral más afectado ya está saneado y el resto se acometerá en los próximos meses. Así que lo más urgente ya está resuelto o se está atacando", dice. Aun así, queda más por hacer. "Tenemos ventanas y aislamientos de más de 35 años. Hay que intervenir en eficiencia energética", remata. 

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