¿Qué pasará con las terapias con electrochoque en la sanidad asturiana? Un tratamiento psiquiátrico en "evaluación"

Salud envía cada año a unos 35 pacientes a un centro privado y no utilizará su propia máquina "hasta que haya un acuerdo generalizado"

El uso de las terapias con electrochoque, en "evaluación" en la sanidad asturiana

El uso de las terapias con electrochoque, en "evaluación" en la sanidad asturiana / Pablo Álvarez

Pablo Álvarez

Pablo Álvarez

Unos 35 asturianos se someten cada año a terapia electroconvulsiva (TEC) –popularmente conocida como electrochoque– para tratar enfermedades psiquiátricas graves. Sin embargo, la Consejería de Salud, a la par que envía a esos pacientes a una clínica concertada de Oviedo para proporcionarles ese tratamiento, continúa viéndolo con algunas reticencias. Como consecuencia, ha abierto un proceso de "análisis y evaluación" del empleo de este procedimiento en el Principado: "Estamos en un momento de reflexión sobre esta técnica", explicó en la Junta la consejera de Salud, Conchita Saavedra.

Lo curioso del caso es que, debido a las mencionadas reticencias, el Servicio de Salud del Principado (Sespa) tiene sin desembalar un equipo de electrochoque adquirido hace cinco años, momento en el cual además formó a los profesionales para utilizarlo. Tal y como informó LA NUEVA ESPAÑA el pasado 13 de febrero, esa máquina aún no ha sido estrenada y el Sespa deriva a todos los pacientes a los que se pauta este tratamiento a un centro privado con el que tiene firmado un concierto.

Esa información alertó al diputado regional de Foro Adrián Pumares, quien anteayer, jueves, preguntó en la Junta a la consejera de Salud los motivos de esta actitud de apariencia contradictoria. Saavedra indicó que, a raíz de la adquisición de la máquina y el adiestramiento de profesionales, surgió "una inmensa polémica entre el movimiento asociativo, las sociedades científicas de profesionales e incluso dentro de la propia ciudadanía y los usuarios". Según la Consejera, se trata de "una controversia que es real, que existe y además no sólo en España". Y señaló la titular de Salud abundando en sus propias dudas: "En países como Reino Unido, ya han surgido iniciativas de profesionales, pacientes y familias que solicitan al Ministerio de Sanidad de ese país la suspensión de esas técnicas hasta que se investigue adecuadamente y de manera independiente sobre el uso y la eficacia de las mismas".

Ante los pronunciamientos en contra de la terapia electroconvulsiva (TEC) con medios propios del Sespa, la Consejería de Salud decidió "posponer el cambio a la espera de alcanzar un consenso sobre el mismo con todos los sectores afectados". Y, ahora, un lustro más tarde, las autoridades sanitarias buscan "retomar la reflexión con la confianza de que pueda haber un acuerdo generalizado sobre su uso y su eficacia".

Esta reflexión va acompañada de "un análisis y una evaluación de esta técnica en la comunidad autónoma, el detalle de los diagnósticos de indicación, la cumplimentación del consentimiento informado, el número de sesiones, los criterios de finalización, las opciones terapéuticas ensayadas previamente...", aseveró Conchita Saavedra. Y resumió: "Se está haciendo una valoración de cómo se ha utilizado hasta ahora y, asimismo, es necesario el trabajo de todos los actores implicados en la salud mental (profesionales, asociaciones, ciudadanía...) para obtener un consenso suficiente y elaborar una propuesta compartida de cómo se va a aplicar esta técnica en el Principado".

Pese a los recelos, Saavedra indicó que, al estar incluida la TEC en la cartera común de servicios del Sistema Nacional de Salud, en Asturias "el Servicio de Salud tiene que seguir garantizándola".

Conchita Saavedra señaló que, como pauta habitual, el electrochoque se indica "en situaciones muy restringidas, para trastornos psiquiátricos graves y resistentes al tratamiento con otras terapias". Síntomas graves de catatonia, episodios maníacos prolongados o depresiones severas son algunos de los cuadros a los que se aplica la TEC.