Tres detenidos por introducir la enfermedad hemorrágica en la cabaña ganadera del Norte

La Guardia Civil señala que, solo en Cantabria, el perjuicio económico generado por la enfermedad supera los tres millones

Turistas tomando fotografías de las vacas junto al lago La Ercina, en una imagen de archivo. | LNE

Turistas tomando fotografías de las vacas junto al lago La Ercina, en una imagen de archivo. | LNE / Ramón Díaz

Agencias

La Guardia Civil ha detenido a dos ganaderos y un transportista cántabros como presuntos responsables de introducir la enfermedad hemorrágica epizoótica en la cabaña ganadera del norte peninsular, con un perjuicio económico estimado en más de 3 millones de euros sólo en Cantabria. El epicentro de la enfermedad, según la investigación de la Guardia Civil, que ha informado en un comunicado de sus avances, estaría en una explotación ganadera de la zona del Valle de Miera, en Cantabria, desde donde llegó a sobrepasar la frontera con Francia.

En el mes de enero del pasado año, los responsables de esta explotación ganadera trasladaron un importante número de vacas a dos zonas de pastos en Cáceres. En julio, ya declarada la enfermedad, llevaron de vuelta a Cantabria unas 200 vacas, sin contar con las preceptivas documentaciones para el movimiento de este ganado y las comunicaciones de entrada en la comunidad autónoma.

En los pastos de Cáceres, ya en el marco de la investigación, denominada "Operación Rumia", se localizaron restos cadavéricos de ganado vacuno.

Un salto de 350 kilómetros

El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil comenzó la investigación al declararse la citada enfermedad animal en Cantabria, tras comprobar que se había roto el patrón de propagación. En concreto, se observó un salto de la enfermedad superior a 350 kilómetros, circunstancia que "no era acorde con la forma de propagación", según los investigadores.

Se constató que el vector de propagación (el mosquito Culicoides) coincidía en la enfermedad hemorrágica y la lengua azul, esta última detectada en la explotación ganadera bajo sospecha en Cantabria, en fechas en las que pudo haber retornado el ganado desde Cáceres, donde estaban declaradas ambas enfermedades. En esas fechas, se comprobó la existencia de ganado medicado en la explotación, con informaciones que apuntan a "una alta incidencia" de ambas enfermedades en esa estabulación.

Nuevas actuaciones

Tras lo sucedido no se descartan que se produzcan en el futuro más actuaciones tras las mencionadas detenciones de los dos responsables de la explotación ganadera y del transportista que habría realizado los movimientos ilegales del ganado a Cantabria, acusados de pertenencia a grupo criminal y delito de daños. A dos de ellos, además, se les considera presuntos responsables de delitos contra la salud pública y falsedad documental.

La investigación está dirigida por el Juzgado de Instrucción número 1 de Medio Cudeyo e impulsada a su vez por la Fiscal de Medio Ambiente de Cantabria, y se está compartiendo información de lo investigado con Europol por haber pasado la enfermedad a Francia, sin descartarse nuevas actuaciones. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación declaró a la comunidad de Cantabria, el pasado 1 de diciembre de 2023, libre del mosquito que contagia la enfermedad hemorrágica epizoótica a las reses de la comunidad, que registró sus primeros casos a mediados del mes de septiembre.

Se calcula que el perjuicio económico generado en Cantabria por la enfermedad supera los 3 millones de euros, derivados de indemnizaciones por muerte y tratamientos del ganado.

¿Cómo se produce la enfermedad?

La enfermedad hemorrágica epizoótica conocida como "la fiebre de las vacas" o "fiebre hemorrágica" es una enfermedad vírica infecciosa no contagiosa ni entre animales ni a personas, que se produce por la picadura del mosquito Culicoides, y que afecta a rumiantes domésticos y salvajes. En Asturias, en que se detectó el año pasado por primera vez, afectó a un importante número de ganaderías de vacuno, empezando en el Oriente y extendiéndose luego a diferentes puntos del Principado. La muerte de animales y los costos del tratamiento para su cura, pues otros se recuperaron, fueron un duro golpe para la cabaña ganadera asturiana. No existe aún vacuna.

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