El balance de la revolucionaria terapia CAR-T contra el cáncer tras un año en Asturias: cinco pacientes y cómo intentar abaratar costes

El Instituto de Investigación Sanitaria y el área de Hematología trabajan en el desarrollo de sus propias fórmulas

Investigadores del grupo de Inmunología Traslacional del ISPA. Por la izquierda, Paula Díaz Bulnes; Faustino Blanco, director de la FINBA; Carlos López Larrea, catedrático de Inmunología y coordinador; Viviana Corte Iglesias; Beatriz
Suárez Álvarez, coordinadora; y María José Villanueva, directora del HUCA. | P. Á.

Investigadores del grupo de Inmunología Traslacional del ISPA. Por la izquierda, Paula Díaz Bulnes; Faustino Blanco, director de la FINBA; Carlos López Larrea, catedrático de Inmunología y coordinador; Viviana Corte Iglesias; Beatriz Suárez Álvarez, coordinadora; y María José Villanueva, directora del HUCA. | P. Á. / Pablo Álvarez

Pablo Álvarez

Pablo Álvarez

El primer año de aplicación en la región de las terapias CAR-T para casos de cáncer tendrá hoy un primer balance, en el marco de una jornada que esta tarde tiene como escenario el salón de actos del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).

Según ha podido saber este periódico, en estos doce meses iniciales han sido tratados con estas inmunoterapias cinco pacientes afectados por linfomas, leucemias o mielomas. Alguno de ellos ha fallecido pese a haber recibido el tratamiento, una circunstancia comprensible, puesto que sus procesos tumorales estaban muy avanzados y ya no resultó posible atajarlos. Uno de los requisitos exigidos para acceder a estas terapias es que los tratamientos convencionales ya hayan fracasado con anterioridad a someterse a los mismos.

Las terapias CAR-T son novedosas y, por consiguiente, muy caras. Hace ahora un año, el tratamiento de cada paciente suponía un coste de unos 320.000 euros. Según las condiciones pactadas entre el Ministerio de Sanidad y los laboratorios que proveen de estas terapias, los servicios públicos de salud –en este caso el Sespa– abonan el precio del tratamiento en dos mitades: una en el momento en el que se infunden en el paciente sus propias células T; y la otra mitad al cabo de 18 meses, siempre que el enfermo esté vivo y que la terapia esté dando un determinado nivel de respuesta. En esto consiste el denominado "pago por resultados".

Los CAR-T son los tratamientos más revolucionarios frente al cáncer. El procedimiento se basa en potenciar el sistema inmunitario del propio enfermo, en particular, los linfocitos T (un tipo de glóbulos blancos). Se lleva a cabo en varios pasos. El primero es una aféresis –extracción de sangre– del paciente. De la sangre se aíslan las células T y se envían a un laboratorio externo donde son modificadas. En ese laboratorio se producen grandes cantidades de esas células reforzadas, que después se administran al paciente mediante infusión. Esas nuevas células T están entonces preparadas para atacar con éxito a las células tumorales.

Perspectivas futuras

Antes de que el HUCA pusiera en marcha su programa de estas terapias, unos 30 pacientes asturianos –entre niños y adultos– afectados por linfomas, leucemias y mielomas las habían recibido en hospitales de otras regiones. El complejo sanitario de Oviedo ha obtenido la acreditación de algunos laboratorios que fabrican estos tratamientos para poder aplicarlos. Hasta la fecha, el peso de estos procesos recae en el servicio de Hematología, pero las terapias CAR-T están llamadas a ser empleadas también en diversos tipos de tumores sólidos.

En el momento actual, el Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA) –a través del grupo de Inmunología Traslacional– y el servicio de Hematología del HUCA están trabajando en el desarrollo de sus propias terapias CAR-T, las denominadas "académicas". En el caso de que estas investigaciones llegaran a buen puerto, los costes de los tratamientos se reducirían de manera muy sustancial.

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