La Universidad de Oviedo se adentra en el pasado de los glaciares de la Antártida (y este es el objetivo)

La geóloga Laura Rodríguez participa en la extracción de muestras en Shetland del Sur para mejorar la predicción del cambio climático causado por la actividad humana

La geóloga Laura Rodríguez extrayendo muestras de una roca en la isla Rey Jorge. | L. R.

La geóloga Laura Rodríguez extrayendo muestras de una roca en la isla Rey Jorge. | L. R.

Los glaciares de la Antártida, el gigantesco continente sobre el polo sur del planeta, son motivo de investigación desde hace décadas. Las emisiones de dióxido de carbono por parte del ser humano llevan tiempo afectando a estas grandes masas de hielo, motivo por el cual cada vez se experimentan mayores desprendimientos que derivan, a futuro, a un más que posible aumento del nivel del mar. Sin embargo, analizar la actualidad no es el único motivo de investigación. Por ello, la castrillonense Laura Rodríguez, profesora de Geología en la Universidad de Oviedo, se embarcó recientemente en un proyecto que tiene como objetivo tomar muestras de yacimientos en el entorno de la Antártida y que datan de los últimos 20.000 años.

A la izquierda, Laura Rodríguez embarcando en el buque «BIO Hespérides» de la Armada española. Junto a estas líneas, uno de los glaciares en torno  a los que se desarrollaron los trabajos de extracción de muestras en las islas Shetland del Sur. |  L. R.

Laura Rodríguez embarcando en el buque "BIO Hespérides" de la Armada española. / L. R.

Jesús Ruiz Fernández, también del departamento de Geología de la Universidad de Oviedo, es el investigador principal del proyecto, que está financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y que cuenta con la participación de investigadores de otras universidades españolas e internacionales. El objetivo es conocer cuándo retrocedieron los glaciares de las islas Shetland del Sur, a unos 120 kilómetros de la costa del continente antártico. Según explicó Laura Rodríguez, los glaciares son "muy buenos indicadores del clima", pues responden a cambios de precipitación y temperatura "así como a los patrones de circulación del océano", por lo que aumentan o reducen su tamaño. "Estudiar el ritmo al que han desaparecido nos aporta pistas para entender cómo y a qué velocidad se reorganiza la circulación atmosférica y oceánica", argumenta la geóloga.

La Universidad de Oviedo se adentra en el pasado de los glaciares de la Antártida

Junto a estas líneas, uno de los glaciares en torno a los que se desarrollaron los trabajos de extracción de muestras en las islas Shetland del Sur. / L. R.

"Este tipo de trabajos son necesarios para mejorar las predicciones de cambio por el calentamiento global a causa del ser humano", explica la profesora de la universidad asturiana tras un viaje de regreso a España que ha durado más de un día. Durante los quince días de trabajo de campo, la geóloga llevó a cabo labores de reconocimiento de los terrenos para poder muestrear las formas de relieve, claves para conocer el ritmo al que cambió la superficie. "Si queremos predecir los cambios futuros, necesitamos modelizar los ocurridos en el pasado", enfatizó Rodríguez.

El equipo de la geóloga de la Universidad de Oviedo acudió a las islas Shetland del Sur el 28 de febrero, donde permaneció hasta el 11 de marzo. Previamente, y durante un mes, ya estuvo otro equipo en diferentes bases científicas para trabajar en la monitorización de los procesos. A bordo del buque BIO Hespérides de la Armada española, los científicos zarparon hacia las islas que conforman el archipiélago, incluidas Livingston y Decepción, donde España cuenta con las bases Juan Carlos I y Gabriel de Castilla, respectivamente.

La elección del archipiélago como punto focal de la investigación no fue al azar, y es que las islas Shetland del Sur se encuentran en una zona "menos hostil" climáticamente que el gran continente. Se trata de una región muy sensible a los cambios de circulación oceánica de la Antártida, donde se produce una confluencia de las aguas de los océanos. "Si por el calentamiento global las corrientes se ven afectadas o se producen cambios de circulación, en esos glaciares se verá antes que en otros", apunta Rodríguez.

Durante la estancia en las islas, los investigadores recabaron bloques erosionados por el hielo que forman parte de morrenas glaciares, que son pilas de sedimentos acumuladas en forma de cresta rodeando el glaciar y que marcan hasta dónde llegaban en el pasado. Las labores de extracción, con cincel y maza, se aprovechan de fracturas en las piedras. En los casos en que no existen grietas, se realizan cortes de un par de centímetros de profundidad en la roca para, una vez realizados, extraer con las herramientas. Cada muestra recogida es de entre 250 y 500 gramos.

Por otro lado, el actual retroceso paulatino de los glaciares es motivo de estudio por otros investigadores. La geóloga asturiana explica que el ser humano sólo conoce un mundo con glaciares. Su desaparición implicaría "imaginar" un ambiente "desconocido". "La concentración de partículas de dióxido de carbono está en cifras de hace 2,5 millones de años", advierte Rodríguez. Por ello, recalca la importancia de conocer el funcionamiento del sistema climático y el papel "clave" que juega la Antártida.

Los materiales recabados por la geóloga asturiana y el resto del equipo permanecen en el buque de la Armada en dirección a Cartagena, donde llegarán a principios de mayo para ser recogidos por los investigadores para su posterior procesamiento y recopilación de datos.

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