Entrevista | Jesús Casas Presidente de Tragsa, en el centro de la polémica por las adjudicaciones directas

"Crecemos porque todas las administraciones recurren a nosotros, pero no queremos competir con nadie"

"Hay que buscar un equilibrio: existe tensión con las empresas aunque intentamos mantener una buena relación y reconocer su actividad"

Jesús Casas, ayer en Oviedo.

Jesús Casas, ayer en Oviedo. / Fernando Rodríguez

Xuan FernándezX. F.

A Jesús Casas (Madrid, 1960) le ha pillado todo el "lío" –el mismo lo llama así– pasando unos días en Asturias por Semana Santa. Casas es el presidente de Tragsa, la empresa estatal de obras y servicios que esta semana ha estado en el candelero después de que el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) tumbase por primera vez una adjudicación que el Principado hizo a esta compañía, para construir el edificio de la Casa de la Música de Candás (Carreño). La sentencia considera que este encargo no estaba bien justificado y aceptó un recurso de la Confederación Asturiana de la Construcción-Asprocon, que sostiene que hay un exceso de contratación directa del Principado a este medio propio, en perjuicio de la iniciativa privada. Casas tiende la mano a los constructores en esta entrevista con LA NUEVA ESPAÑA.

–¿Qué hace Tragsa?

–Son dos empresas: Tragsa y Tragsatec. Tragsa hace obras y Tragsatec servicios y asistencias. ¿En qué ámbito? Agricultura, medio ambiente, desarrollo rural, agua, recursos naturales...El objeto social tiene capacidades de expansión y es ahí donde a veces surgen las dificultades.

–¿Por ejemplo?

–Tragsa es una empresa de emergencias y cualquier cosa que tenga que ver con ellas ahí está. Las emergencias suponen un diez por ciento de la actividad y luego está el cajón de sastre de las urgencias, que supone muchos encargos y hay una cierta indefinición, por la que a veces nos encontramos problemas.

–¿Cuál es la actividad principal?

–Temas medioambientales con el ministerio de Transición Ecológica: incendios, restauraciones, espacios protegidos...

–¿Qué papel tienen las comunidades autónomas?

–Son las dueñas y accionistas y forman parte de la comisión de tarifas y de la comisión de control conjunto, que controla todo el funcionamiento.

–Tragsa ha pasado de 12.000 trabajadores a 24.000 en unos seis años, ¿ a qué se debe?

–La actividad ha aumentado: el año pasado fue el que más se licitó en España. Somos una empresa cíclica. En estos años, además, se incorporaron las diputaciones a nuestro accionariado, por lo que crecen los encargos. Además, se ha generalizado el uso de Tragsa por el conjunto de administraciones. Antes había algunas que sí encargaban y otras que no. Hay 34 medios propios del Estado y de todo el dinero público gastan el 5 por ciento. Tragsa, de esa cantidad, se lleva el 2 por ciento, que es una cifra muy discreta en global.

–¿Cuánto facturó Tragsa el año pasado?

–1.700 millones de euros. Ha ido subiendo, porque además ahora estamos ejecutando unos fondos que tienen que estar finalizados en 2026. Hay bastante actividad y además subirá.

–¿Qué administración es la que más encarga a Tragsa?

–El ministerio de Transición Ecológica encarga unos 450 millones, Agricultura 200, la junta de Andalucía 210, la Comunidad de Madrid 130, Galicia 80...

–¿Y Asturias?

–Globalmente estamos en unos 20 millones de la comunidad autónoma y otros 20 de otras entidades del Estado, aproximadamente.

–¿Qué importancia tiene Asturias para Tragsa?

–Es importante, porque tenemos actividad muy diversificada. Trabajamos con varia consejerías, con Cadasa, Cogersa...Y también con Adif o Costas. Por ejemplo, arreglamos el argayo de Luarca de hace una semana. Tragsatec también lleva temas de saneamiento ganadero, como la vacunación de la lengua azul.

–¿Cuántos trabajadores hay en Asturias?

–Aproximadamente mil, más 250 proveedores.

–¿Le preocupa la sentencia de esta semana?

–Tragsa queda acreditada como medio propio, el tribunal tumba ese argumento del recurso y por eso creo que la sentencia nos refuerza. Hay otros dos argumentos que sí compra del recurso y la clave está en la "urgencia". Nadie discute que hacer una casa de música no está en nuestro objeto social, eso es evidente. Cuando el Principado nos planteó esta situación excepcional, con dos sentencias que obligaban a acabar al obra en un plazo, dije que había que plantearlo con urgencia. El tribunal considera que esta urgencia no está bien argumentada, pero no dice que esté mal hecho, solo dice que no se explica bien. El Principado tenía dudas, pero el Consejo de Gobierno lo autorizó. Tenemos que tener tranquilidad, nadie puede discutir que somos un medio propio de Asturias y en aquellos casos de urgencia habrá que explicarlo bien. Y, si no hay razones, pues no haremos la obra. En este caso había dos sentencias que obligaban al Principado, pero quizá no se explicó bien. Tendremos que explicar más y argumentar mejor.

–Los constructores dicen que el Principado les encarga demasiado, ¿eso es así?

–Creo que no. Nosotros tenemos ahora mismo un encargo importantísimo del Principado, que es la restauración de los cielos abiertos de la minería: Tormaleo, Buseiro y Cerredo. Estamos en una euforia inversora, para los medios propios y las empresas. La construcción subió un 60 por ciento y eso me parece bien: no quiero competir con nadie. Y además no entramos en el ámbito de los ayuntamientos, porque no son medio propio.

–¿Esta tensión tiene lugar en otras regiones?

–La tensión con las empresas existe, porque el medio propio es una capacidad que tiene la administración. Pero es perfectamente legal y lo que hay que buscar es un equilibrio. Nosotros queremos mantener una buena relación con los empresarios, reconociendo su actividad. Somos parte de la Confederación Nacional de la Construcción.

–¿Cómo se gestiona un encargo?

–La cosa suele empezar con una llamada. Te dicen: "Tenemos este problema y vamos a encargar esta obra". La administración inicia su procedimiento y luego se nos comunica. Un encargo es obligatorio, hay que hacerlo sí o sí. Se suele hablar entre las dos partes para ver si entra en nuestro objeto social.

–¿Tienen interlocción con las empresas asturianas?

–Tenemos bastante buena interlocución. Conozco a María Calvo, presidenta de la FADE, y nos llevamos muy bien con las Cámaras, por ejemplo con Carlos Paniceres (presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo). Tragsa es una empresa asturiana, porque el Principado es uno de sus dueños. Queremos contratar gente asturiana y por eso estamos aquí.

–¿Con la patronal de los constructores también hablan?

–Trato de hablar con todo el mundo. Con el propio presidente de la patronal, Joel García, charlo de vez en cuando. Me lo encontré hace poco en una cafetería. Creo que no tiene ningún sentido generar situaciones conflictivas en cosas que el sentido común pueda arreglar. Ni los medios propios quieren desplazar la actividad privada, porque esto no es un régimen comunista ni nada que se parezca, ni la empresa privada debe sostener que la administración no tenga un recurso para utilizarla.

"Asturias es una tierra estupenda, mi segunda casa; aquí me hice grande"

Jesús Casas, presidente de Tragsa, nació en Madrid, pero tiene una fuerte vinculación con Asturias, donde ha estado destinado por motivos profesionales en dos ocasiones distintas. Casas sacó la plaza de ingeniero de Montes del Estado con solo 25 años y muy joven inició una carrera ligada a los espacios protegidos. Estuvo en varios parques nacionales y en 1996 recaló en Asturias para dirigir el de los Picos de Europa. Luego fue nombrado director de Parques Nacionales, puesto dependiente del Ministerio de Medio Ambiente y que ocupó en dos ocasiones por nombramientos de gobiernos del PP y del PSOE. También fue subdirector general de Programas del Instituto de la Mujer, dependiente del ministerio de Sanidad. Ese puesto, que ocupó del 2012 al 2015, fue el último antes de recibir una llamada: –Me han dicho que sabes de desarrollo rural, ¿te quieres venir a Asturias? La proposición se la hizo María Jesús Álvarez, exconsejera de Desarrollo Rural y actual directora general de Igualdad. Casas aceptó y durante tres años, hasta 2018, fue director general de Desarrollo Rural, en el último gobierno de Javier Fernández. "Asturias es mi segunda casa , una tierra estupenda. Aquí me hice grande", sostiene Casas, que mantiene domicilio en Oviedo desde su etapa en el Principado. En 2018 fue nombrado presidente de Tragsa, puesto que ocupa en la actualidad.

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