El nuevo motivo al que atribuye Salud el aumento de las listas de espera quirúrgicas: los pacientes tienen mucho que ver

Los retrasos voluntarios de intervenciones quirúrgicas no computan para las demoras oficiales y son particularmente frecuentes en Cabueñes

El nuevo motivo al que atribuye Salud el aumento de las listas de espera quirúrgicas: los pacientes tienen mucho que ver

El nuevo motivo al que atribuye Salud el aumento de las listas de espera quirúrgicas: los pacientes tienen mucho que ver / LNE

Pablo Álvarez

Pablo Álvarez

Se dispara el número de asturianos en lista de espera para operarse porque, supuestamente, ellos mismos habrían pedido un aplazamiento (al menos, así lo argumenta el Servicio de Salud del Principado, Sespa). Este epígrafe se ha duplicado en los dos últimos años. En este contexto regional, resulta particularmente sorprendente la elevada cifra de aplazamientos que solicitan los enfermos del Hospital de Cabueñes, de Gijón (el 60 por ciento del total). Asimismo, sorprende el testimonio coincidente de médicos de diversos hospitales de que estas decisiones no las gestionan ellos mismos, sino instancias ajenas a los servicios en los que desempeñan su tarea.

Pongamos cifras y conceptos a una de las tendencias más llamativas de la sanidad pública asturiana en los últimos tiempos. Estamos hablando de las listas de espera quirúrgicas y, concretamente, de los pacientes que el Sespa cataloga como "transitoriamente no programables", coloquialmente denominados "tenepés" en virtud de un acrónimo de esas tres palabras. Su inclusión en ese cajón provoca que automáticamente queden fuera de la llamada "lista de espera estructural", que es la que computa en todos los registros oficiales de cada región y también la que la sitúa peor o mejor en las comparativas entre comunidades autónomas que se establecen a 30 de junio y a 31 de diciembre de cada año. Además, esos pacientes, que suelen acumular demoras prolongadas, dejan de contar para las estadísticas de demora media de todos los usuarios pendientes de ser intervenidos.

Ahora pasemos a las cifras. Todas ellas figuran en la información que cada mes publica la Consejería de Salud en su portal de internet "Astursalud". Los datos de espera quirúrgica que habitualmente se difunden son los que corresponden a la ya citada "lista de espera estructural", que contiene a aquellos pacientes que están pendientes de ser intervenidos quirúrgicamente por un motivo "atribuible a la organización y recursos disponibles". O sea, por las limitaciones del servicio público de salud. A finales del pasado mes de febrero (últimas cifras disponibles) eran 24.275 en toda Asturias. Este apartado lleva muchos años al alza, pero en los últimos meses parece estar en fase de contención gracias al despliegue de horas extraordinarias de quirófano por las tardes.

Además de la lista de espera estructural, se publican dos grupos más de pacientes en demora. Por una parte, los que están en esa situación porque han rechazado la propuesta de ser intervenidos en un "centro alternativo" (distinto del suyo), de lo que el Sespa deduce que su espera "es motivada por la libre elección del ciudadano". A finales de febrero eran en toda Asturias 2.790, con una tendencia oscilante pero contenida en los dos últimos años.

Y otro subepígrafe de lista de espera, el que nos ocupa, lo configuran los denominados "pacientes transitoriamente no programables", que según el Sespa son usuarios pendientes de una intervención quirúrgica, pero que no es posible programarlos por dos razones: "motivos clínicos que contraindican o no aconsejan temporalmente la intervención" o "solicitud de aplazamiento de la intervención (motivos personales, laborales, etc.)". Solicitud formulada por los pacientes mismos, se entiende. No vienen desagregados estos dos motivos, sino que figuran en una única cifra, que a finales de febrero era de 5.020 enfermos, el doble que hace dos años (2.590) y el triple que hace cuatro años, justo antes del inicio de la pandemia (1.683). De esos 5.020, de traumatología son 1.681; de cirugía general y digestiva, 1.486; y de oftalmología, 806.

¿Puede deberse el aumento de este epígrafe a la proliferación de "motivos clínicos que contraindican o no aconsejan temporalmente la intervención"? Ante la falta de especificaciones oficiales, los médicos consultados por este periódico lo consideran altísimamente improbable. Y, entonces, lo que queda es la hipótesis de que lo que ha aumentado mucho es la cifra de usuarios que reclaman de manera presuntamente voluntaria que se aplace su consulta. ¿Es esto cierto? No hay datos.

En este epígrafe de pacientes "transitoriamente no programables", la cifra que llama mucho la atención es la del Hospital de Cabueñes, de Gijón, donde los pacientes quirúrgicos TNP son 2.843, frente a solo 71 por rechazo de centro alternativo y 5.107 de espera estructural. Es decir, el volumen de "tenepés" es muy elevado con relación a la cifra global de pacientes pendientes de quirófano.

Versión de los médicos

En el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), con un volumen de enfermos en espera estructural muy superior (casi el doble, 8.991), la de usuarios transitoriamente no programables es de 1.193 (muchos menos de la mitad que en Cabueñes), con una muy alta cifra, eso sí, de pacientes que han rechazado ser operados en otro hospital (1.698, más de la mitad de todo el conjunto de la red hospitalaria regional), y que automáticamente también quedan excluidos de la lista de espera estructural.

LA NUEVA ESPAÑA ha consultado el porqué de esta situación con médicos de varios hospitales, incluso con mandos intermedios. Y la respuesta generalizada es que carecen de información sobre este epígrafe y que se trata de un apartado "que nosotros no podemos gestionar" desde los sistemas informáticos, lo que en ocasiones impide "programar a pacientes que de repente vemos que no figuran en los listados de los que disponemos", y que en otras ocasiones "vuelven a reaparecer sin que nadie sepa muy bien cómo".

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