Entrevista | Juan José de Damborenea González Profesor de Investigación del CENIM-CSIC, su conferencia abre mañana, a las 19.30 horas, la Semana de la Ciencia «Margarita Salas» de LA NUEVA ESPAÑA

"Los recursos son finitos, no se puede cambiar de móvil cada año"

"La metalurgia se metió en mi vida porque me impresionaba ver frente a la ría de Bilbao los hornos altos sangrando el hierro"

El científico Juan José de Damborenea.

El científico Juan José de Damborenea. / LNE

María José Iglesias

María José Iglesias

El químico Juan José de Damborenea González (Bilbao, 1958), profesor de Investigación del Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas (CENIM-CSIC) y miembro honorario de la Federación Europea de Corrosión, abrirá mañana lunes a las 19.30 horas en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA la IX Semana de la Ciencia "Margarita Salas" , que patrocina el Ayuntamiento de Oviedo, el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, Bayer, Asturagua, Unicaja, Química del Nalón, Telefónica, Gilead, IEDUCAE y Fertiberia, y que subvenciona la Consejería de Ciencia, Empresas, Formación y Empleo del Gobierno Principado de Asturias. Juan José de Damborenea, especialista en el estudio de la corrosión de los materiales, abordará la relación entre los materiales metálicos y la sostenibilidad. Desde 1982 su actividad científica ha estado centrada en el campo de la corrosión y protección de materiales metálicos. Su conferencia seguirá al acto oficial de inauguración de la Semana de la Ciencia.

–¿De que hablará en la Semana de la Ciencia de LA NUEVA ESPAÑA?

–Reflexionaré sobre la importancia que los materiales metálicos han tenido en el desarrollo de la sociedad y los problemas de sostenibilidad que vamos a tener que afrontar en un futuro. Las aleaciones de uso tecnológico requieren elementos cada vez más escasos. Ese es el reto.

–Todo debe ser verde ahora, también el acero. ¿Cómo se consigue llegar a ese punto?

–Si queremos garantizar un futuro para toda la humanidad como marca la agenda 2030, es necesario cambiar el modelo actual basado en la quema de combustibles fósiles. Es necesario avanzar hacia una transición energética que nos permita tener un mundo habitable y con mayor equidad. Debemos reducir las emisiones de gases contaminantes. Por cada tonelada de acero producida se emiten, aproximadamente, el doble de toneladas de CO2. Según la Agencia Internacional de la energía, el sector siderúrgico supone el 8% del total de emisiones estos gases. Esta situación debe cambiar, y la industria es muy consciente de ello. Ya se han dado pasos muy importantes y se espera que empiecen a dar resultados en un plazo corto.

–¿Los costes de producción pueden ser un obstáculo para todo este proceso de transformación hacia la economía verde?

–Cambiar el modelo, con tecnologías disruptivas, encarecerá los productos, pero no hay alternativa. La Unión Europea y los gobiernos nacionales van a incentivar con ayuda económica dar pasos en esta nueva dirección.

–¿Qué queda por descubrir en el campo de los materiales?

–Hace unos años el director de una de las grandes siderurgias, comentaba que no éramos conscientes de que los aceros que utilizan ahora nuestros coches no existían hace 15 años, ¡y eso que el acero tiene más de doscientos años de existencia! Los materiales del mañana están todavía por descubrir.

–¿En qué nivel se encuentran las investigaciones en España?

–Cuando empezaba mi carrera a comienzos de los años 80, salir fuera era un imperativo porque las instalaciones eran muy precarias. Hoy lo difícil es no encontrar en cualquier consorcio europeo un grupo español trabajando en proyectos. Yo he tenido la suerte de desarrollar toda mi carrera en uno de los centros pioneros en España en investigación metalúrgica, el CENIM (que pertenece al CSIC) y que desde su creación en los sesenta ha tenido unos lazos muy importantes con Asturias. Aquí tanto la Universidad de Oviedo como el centro tecnológico Idonial compiten a nivel internacional en proyectos de investigación.

–¿Por qué se hizo químico?

–De pequeño empecé con juegos de química. La metalurgia se metió en mi vida porque me impresionaba mucho ver frente a la ría de Bilbao a los hornos altos sangrando el hierro.

–La metalurgia convive con el ser humano desde sus orígenes.

–Sí, lleva 10.000 años entre nosotros. No podríamos desligar la historia de la civilización de la historia de los metales y de cómo el ser humano ha ido sabiendo aprovechar sus propiedades. La investigación en otros materiales como los polímeros o los cerámicos abren nuevas perspectivas para su uso, incluso sustituyendo los metales en determinadas aplicaciones. Pero en el futuro vamos a seguir necesitando materiales estructurales en infraestructuras civiles, transporte o salud.

–¿Le hace ilusión participar en la Semana de la Ciencia?

–Es una iniciativa magnífica y muy transversal. Ha que intentar que las niñas y los niños se interesen por la ciencia, que vean que, además de imprescindible, es divertida. La sociedad debe darse cuenta de que invertir en un futuro y para eso tienen que conocer lo que se están haciendo las personas que se dedican a la investigación.

–¿Qué es la ingeniería de la corrosión?

–Todos los materiales metálicos están expuestos a la corrosión y por tanto todas las medidas que tomemos para frenarla, independientemente del sector industrial de que se trate, repercutirán en la calidad del producto y en la economía de la empresa.

–¿Cómo debe ser la gestión sostenida de los materiales?

–Los recursos de la Tierra son finitos, no podemos dilapidarlos. Hay que cambiar la cultura de usar y tirar, no podemos cambiar de teléfono móvil cada año.

–Es de Bilbao y del Athletic. ¿Está feliz?

–Sí, mucho. Soy muy del Athletic. Tuve la suerte de ir con mis tres hijos a La Cartuja a ver la final. Fue una experiencia inolvidable. Resulta curioso cómo el fútbol es capaz de coser a toda una sociedad independientemente de sus creencias políticas o religiosas. Si fuéramos capaces de poner esa pasión en otras cosas...