De soportar a un reventador a un baño de masas: el fugaz paso de extremos de Sánchez por Oviedo

Sánchez recibió un reproche soez por sus concesiones al independentismo, pero terminó entre agasajos públicos y una comparación con Melendi

Sánchez anuncia en el HUCA que el Gobierno ampliará las prestaciones para poder detectar más enfermedades en los recién nacidos

Amor Domínguez

Pablo Álvarez Amor Domínguez

Al principio, visible temor a los reventadores de actos. Después, un reventón de tono chabacano: "¡Pedro Sánchez, por siete votos tienes el culo roto, tienes el culo roto!", gritó desde uno de los corredores del atrio de HUCA un espontáneo que de inmediato fue bloqueado por el equipo de seguridad del presidente Sánchez y conducido al exterior del edificio. Y, al final, baño de masas, con trabajadoras del hospital ovetense y otras mujeres visiblemente enfervorizadas ante la presencia del jefe del Ejecutivo, que terminó marchándose casi de mala gana.

Pedro Sánchez se hace fotos con un grupo de trabajadoras del HUCA. | David Cabo

Barbón y el presidente mandan callar al espontáneo que increpó al jefe del Ejecutivo central. / David Cabo

Los 70 minutos que Pedro Sánchez pasó en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) en la mañana de ayer se distribuyeron entre una visita al laboratorio de cribado neonatal y una alocución pública en la que destacó que Asturias está "a la vanguardia en sanidad pública, con una inversión récord para el 2024" y puso de ejemplo la política de Barbón, a quien se dirigió como "querido Adrián". No pudo acudir al acto la consejera de Salud del Principado, Conchita Saavedra, a causa de una enfermedad oncológica de la que está siendo tratada.

Del reventador al baño de masas

Pedro Sánchez se hace fotos con un grupo de trabajadoras del HUCA. / David Cabo

Quizá los diseñadores del acto no contaban con que en un hospital puede entrar cualquiera sin mayores medidas de control (salvo que sea periodista y vaya a trabajar, en cuyo caso el marcaje es férreo). Desde la parte superior del atrio, un espontáneo afeó a Sánchez sus concesiones a los independentistas catalanes con el improperio antes citado. Lo hizo señalándole con el dedo de una mano, mientras con la otra grababa el momento con su teléfono móvil. Barbón levantó la cabeza para intentar localizar dónde estaba el hombre y le mandó guardar silencio, algo a lo que se sumaron más presentes. "Bueno, bueno", dijo Sánchez, sonriendo, con tranquilidad y restando importancia a lo sucedido. "Déjame hablar, ya te hemos escuchado. Déjanos hablar al resto", señaló, mientras se seguían escuchando los reproches de la voz crítica. "¡No te merecen los españoles!", se oyó.

Arriba, Pedro Sánchez saluda a Mateo Cozmuta, paciente del HUCA de nueve años y vecino de Grado. Debajo, Barbón y el presidente mandan callar al espontáneo que increpó al jefe del Ejecutivo central. | David Cabo

Pedro Sánchez saluda a Mateo Cozmuta, paciente del HUCA de nueve años y vecino de Grado. / David Cabo

Tras este momento de tensión, Sánchez pudo completar sin mayores problemas un discurso que acabó con el grito de "¡Pedro, guapo!" y supuso el pistoletazo de salida a la sucesión de fotos y saludos que el Presidente repartió entre el público.

Previamente, se le acercó uno de los capellanes del HUCA, José Antonio Gómez Haces: "Le expliqué brevemente nuestra función", comentó después. Mateo Cozmuta estaba feliz de haber saludado a Sánchez. Este niño de Grado, paciente habitual del HUCA, está a punto de cumplir diez años: "Nunca lo había visto por la tele y me apetecía mucho conocerle", indicó. Carmen Díaz del Río, vecina de Nueva de Llanes, venía "enfadada" por el madrugón para una cita médica, pero el signo de su día cambió radicalmente al saludar y dar un beso al Presidente: "Me siento como una quinceañera cuando tiene un ídolo; para mí, Pedro Sánchez es como para otras Melendi".

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