La restauración histórica que devolvió el color a "Las Meninas"

El Museo del Prado recuerda, a los cuarenta años, la exitosa intervención de conservación de la joya pictórica española, pese a la agria polémica que suscitó, mientras Javier Solana remarca el gran protagonismo que tuvo el astur-mexicano Plácido Arango

Visitantes ante el gran cuadro de «Las Meninas».

Visitantes ante el gran cuadro de «Las Meninas». / E. P.

A. Rubiera / Efe

El 14 de mayo de 1984, John Brealey, a la sazón jefe del Departamento de Restauración del Metropolitan Museum de Nueva York, comenzaba la limpieza de "Las Meninas" de Velázquez. Y durante 23 días, los que duró la intervención, estuvo en vilo el Gobierno de Felipe González. "Javier, los gobiernos pueden caer por muchas cosas. Si no hacemos bien la restauración de ‘Las Meninas’, desde luego nos vamos a casa. Haz lo que debas hacer, pero hazlo con la seguridad de que va a salir bien", recordaba ayer Javier Solana parafraseando lo que le advirtió Felipe González. Solana era entonces ministro de Cultura y hoy es presidente del Real Patronato del Museo Nacional del Prado.

Javier Solana, a la izquierda, con Plácido Arango, en una fotografía tomada  hace años. | LNE

Javier Solana, a la izquierda, con Plácido Arango, en una fotografía tomada hace años. | LNE / LNE

Con motivo del 40.º aniversario de la restauración de la gran joya pictórica del patrimonio cultural español, el Museo del Prado organizaba ayer un coloquio sobre los pormenores en torno a aquel hito, incluida "la polémica mediática que generó en su momento" la decisión de contratar a un extranjero para la delicada intervención, así como el éxito final con el que culminó toda la operación. Hasta el punto de que, según los expertos, se pusieron las bases más sólidas que "han permitido que esta obra maestra se encuentre hoy en un estado magnífico y extraordinario", indicó Enrique Quintana, coordinador jefe de Restauración y Documentación técnica del Prado. "La restauración de ‘Las Meninas’ fue un hito y un acontecimiento", señalaba Quintana.

Por entonces, el cuadro estaba cubierto por un barniz oxidado por el paso del tiempo, muy amarillo, que velaba y cubría absolutamente toda su superficie, restaba matices y hacía que, prácticamente, explicaron, la habitación apareciera a oscuras. "No se apreciaba nada, ningún tipo de detalle, era imposible entender la relación entre las figuras, el color, la composición, la profundidad, el espacio; el cuadro estaba apagado. No tenía posibilidad de comunicarse con el espectador", rememoró Quintana.

Decidida la necesaria restauración, el elegido fue el máximo experto del Museo Metropolitano de Nueva York, John Brealey. Una selección –muy mal llevada por los sectores artísticos españoles, que reprochaban que un extranjero tuviera en sus manos el destino de semejante joya– que Solana agradeció ayer expresamente al financiero astur-mexicano Plácido Arango, fallecido en el año 2020 y "quien mañana hubiera cumplido 93 años", dijo. "Era una persona con un amor y una generosidad hacia la pintura y hacia el Prado extraordinarios. Él era patrono del Metropolitano y conocía sus entresijos; nos puso en contacto con todo el mundo. Plácido hizo por el Prado lo que no está escrito; sin él, todo habría sido mucho más difícil. Él es una de las personas que tenemos que llevar en el recuerdo cuando se habla de la restauración de ‘Las Meninas’", indicó el exministro.

En la cronología de aquella intervención ha quedado registrado que John Brealey no recibió ninguna cantidad de dinero por aquel trabajo porque "nadie puede ser pagado –dijo– si va al paraíso". Los gastos del viaje y su estancia en Madrid fueron costeados por un donante que se dijo que era "anónimo". Solana ha contado que Arango, fundador de la cadena Vip’s, entre otros muchos negocios, "nos puso en contacto con Brealey y él pagó todos sus gastos".

La limpieza del enorme cuadro duró tres semanas. Y Brealey "lo hizo de una manera maravillosa", generándose además una gran relación entre el Museo del Prado y el Metropolitano de Nueva York que a día de hoy aún se mantiene y que ha ayudado a que el taller de restauración madrileño se encuentre entre la élite mundial.

Solana recordó también que, antes de que el cuadro se expusiera al público, "buscamos a personas que recordaran los colores y la luz de ‘Las Meninas’ antes de la Guerra Civil, para que valoraran cómo iban los trabajos de restauración. Fueron el poeta Rafael Alberti y el dramaturgo Antonio Buero Vallejo, dos buenos amigos, los que vinieron a verlo. ‘¡Esto sí son ‘Las Meninas’! ¡Esto sí son sus colores!’, salieron diciendo. Cuando vi cómo se emocionaron me quedé tranquilo, y respiré", concluyó Solana.

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