Del regalo de la ministra Robles a una ovetense, a la dieta de Barbón pasando por la recepción del Reconquista: lo que no se vio del desfile militar en Oviedo

La Ministra, recibida con cariño en el Reconquista, obtiene el reproche del Gobierno israelí por asumir "el discurso de Hamás"

Margarita Robles, poniendo su pañuelo a Ana María Sánchez. | D. C

Margarita Robles, poniendo su pañuelo a Ana María Sánchez. | D. C

La ministra de Defensa, Margarita Robles, elevó el tono del Gobierno español, en pleno conflicto diplomático con Israel, al afirmar que el estado israelí está ejecutando "un auténtico genocidio" en la Franja de Gaza. La respuesta no tardó por parte de la embajada israelí que lamentó que la ministra "haga suyo el discurso de Hamás". Esa fue la nota polémica en una jornada que tuvo cierto parecido con el día grande de los premios "Princesa de Asturias". No solo por la Familia Real. Ayer hubo dos Oviedos, bien separados. Unos tenían permiso para pasar y otros no. Esa era la gran diferencia. "Jo, papá, qué morro, yo quiero entrar a donde se puede ver a los Reyes". Una acreditación era un tesoro, porque venían los Reyes. La ciudad lo sabía y lo esperaba en un desfile por el Día de las Fuerzas Armadas que sobre todo destacó por calculador. "Así es la disciplina militar", bromeaba un miembro de la Legión. En el palco de autoridades, poco antes del desfile, había una mezcla variopinta. Desde el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, hasta el rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde, pasando incluso por el escritor Xuan Bello, prácticamente el único que no iba de traje, acompañando a su mujer, Sonia Fidalgo, edil socialista del Ayuntamiento de Oviedo.

Políticos de uno y otro lado mataban el tiempo antes de la llegada del Rey, foto va foto viene en una jornada con mucho calor, 22 grados y subiendo pasadas las doce. Junto con Mario Arias estaba Alberto Fabra, expresidente de la Comunidad Valenciana y actual diputado del PP.

Todos se pusieron de pie cuando llegó el Rey, con Adrián Barbón en su salsa, saludando a este y a aquel, y demostrando una gran afinidad con la Reina Letizia, que caminaba con cierta dificultad por una fractura en un dedo del pie. El público se percató. "Ministra, ¿qué le pasa a la Reina?", le preguntó una vecina a Margarita Robles, ministra de Defensa, que respondió franca. "Que está un poco coja, la pobre".

La Ministra fue en la entrada del hotel de la Reconquista, donde Alfredo Canteli organizó una recepción, en modo Premios, sin duda la más buscada, con permiso de los Monarcas. No se quitó las gafas de sol a causa de un herpes. En el salón, comentó con muchos de los presentes el cariño que le tiene a la región, a la que le unen vínculos familiares. El abuelo de Robles, nacida en León, fue mozo de maletas en la Estación del Norte de Oviedo

Le pidieron un sinfín de fotos y junto con Barbón atendió a todo el mundo. Un ovetense se dirigió a ella algo enfadado. "Por favor, que Sánchez se vaya ya". Ni caso.

Tras el grueso del desfile, el "establishment" asturiano se juntó para un pincheo y un brindis con el Rey en uno de los salones del Reconquista, con un emocionado Canteli como anfitrión. Solo el Alcalde y el Monarca hablaron delante de un micrófono. El Rey dio las gracias por el recibimiento y luego se dio un paseo por el salón antes de finalizar la visita. Para hacerse una fotografía con él había tiros. Incluso algún empujón, aunque todo estaba bien medido.

En la recepción hubo detalles que no pasaron desapercibidos, como cuando la Reina Letizia se dirigió, muy cariñosa, a saludar a Adriana Lastra, diputada socialista en el Congreso, hasta hace poco en primera línea política. Se sirvieron bebidas de todo tipo, pero para brindar con el Rey se optó por el vino blanco. Se alzó la copa dos veces: una por el Monarca y otra por España. Los corrillos fueron interesantes, con las elecciones europeas a la vuelta de la esquina. También había cierta piquilla local: muchos comentaban que en el desfile hubo pocos aviones, a diferencia de lo sucedido en Gijón, con festival aéreo. Había explicación oficial: debido al Naranco y a las montañas que rodean la ciudad, desplegar un gran número de aviones era complicado. Pasadas las tres de la tarde decenas de personas se agolpaban en las vallas de fuera del Reconquista para saludar al Rey. Como en los Premios, pero en vez de genios, con militares.

El regalo de la Ministra y el piropo a Barbón: "¡Vaya cómo adelgazaste!"

Margarita Robles, ministra de Defensa, le regaló ayer un pañuelo a Ana María Sánchez, una limpiadora del Hospital Monte Naranco que acudió a la entrada del hotel de la Reconquista para saludar a las autoridades que fueron invitadas a la recepción posterior al desfile por el Día de las Fuerzas Armadas. Robles fue la más buscada en el exterior del hotel y saludó a los presentes junto con Adrián Barbón, que también recibió el cariño del público. "¡Vaya cómo adelgazaste. Estás estupendo, Presidente", le dijo otra señora entre el público.

Barbón reparte saludos y selfies entre el público tras el desfile en Oviedo: "Vaya cómo adelgazaste"

X. Fernández/ A. Domínguez

Acto íntimo en Cabo Noval

Margarita Robles, ministra de Defensa, organizó ayer un emotivo acto privado que se celebró, a primera hora, en el Acuartelamiento Cabo Noval (Siero), en el que se homenajeó a los militares fallecidos en los últimos seis años. La iniciativa partió de la propia Ministra y juntó a familiares llegados de diferentes puntos de España de 88 soldados muertos en varias misiones a lo largo de todo el mundo. Los asistentes pudieron disfrutar también del desfile y le agradecieron a Robles, que se llegó a emocionar, el detalle del homenaje, al que acudieron también diferentes miembros del Estado Mayor de la Defensa, además de otras autoridades militares y civiles que estuvieron en Cabo Noval.

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