Las empresas piden "menos burocracia y más armonización" para competir en la UE

Las empresas asturianas exigen simplificación en los trámites y normativas y una mayor armonización y coordinación entre los gobiernos autonómicos y estatales con la Unión Europea para poder ser más competitivas. Estas son las principales demandas que plantearon ayer representantes de firmas del sector de la construcción, el energético y el agroalimentario en una jornada organizada por la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) acerca del impacto que tiene la UE en la empresa asturiana. El sector empresarial dejó entrever cierto malestar por el hecho de que los dos eurodiputados asturianos, Jonás Fernández (PSOE) y Susana Solís (PP), que intervinieron en una de las mesas de debate de esta jornada, no se quedasen luego a escuchar sus inquietudes y preocupaciones.

Uno de los mayores problemas con los que se encuentran las empresas, sobre todo las de tamaño medio y pequeño, es el cumplimiento de las normativas regionales, estatales y comunitarias, según trasladó Susana García, gerente de Construcciones García Rama, que puso cifras a esa alerta. "En 2022 nos encontramos con 340 normas autonómicas, 849 estatales y más de 2.200 comunitarias. Es imposible digerir tanto reglamento y normativa. Supone una barrera", advirtió Susana García. "Es una pena que los eurodiputados no se hayan quedado a escuchar nuestros planteamientos", afirmó la gerente de la empresa constructora.

Ricardo Cabeza, director general de Sidra El Gaitero, cuestionó el grado de exigencia y condiciones que entraña la incorporación al PERTE agroalimentario. "Sus requisitos y complejidad nos hicieron renunciar. Por ejemplo, una de las empresas socias que optasen a esa ayuda tenía que ser de otra comunidad y las sociedades tenían que hacerse responsables solidarias si una de ellas fallaba", detalló Cabeza.

El responsable de Sidra El Gaitero también echó en falta "una coordinación entre las normativas nacional y europea" y puso como ejemplo la situación que se plantea ahora con el etiquetado de sus productos. "El reglamento estatal de envases y gestión de residuos nos obliga a cambiar todas las etiquetas y Europa hará lo mismo, con requisitos diferentes. Para las empresas esto supone un caos porque las etiquetas van a durar solo un año", expuso Cabeza, que reclamó también una armonización normativa. "Con el impuesto al plástico, las empresas españolas salimos a Europa con una mochila detrás, porque Alemania ya lo ha aplazado al año 2025 e Italia a 2026. En el mercado único europeo, esta situación nos lastra", concluyó el director general de Sidra El Gaitero.

No todo fueron palos. Claudia Fernández, responsable de ventas de la empresa SotySolar, del sector de las energías renovables, destacó el impulso que han supuesto las ayudas públicas para llegar a un universo mucho mayor de potenciales clientes, con repercusión directa en el aumento de actividad. "Nuestra empresa ha pasado de cinco empleados a 150", dijo Claudia Fernández, quien reclamó, eso sí, "mayor información a nivel autonómico" y llamó la atención acerca de que "los requisitos que pide Asturias para la concesión de las ayudas son diferentes a los del País Vasco, Madrid o la Comunidad Valenciana, pero se trata del mismo tipo de fondos".

La directora general para fondos europeos del Principado, Raquel García, reconoció que los fondos Next Generation "han tensionado a las administraciones públicas", pero recogió el guante lanzado por las empresas al resumir sus principales peticiones en "mayor coordinación, apoyos y simplificación".

Susana Solís y Jonás Fernández, cara a cara ante el empresariado

La FADE dedicó una de sus mesas sobre la UE a un debate, cara a cara, entre los eurodiputados Jonás Fernández (PSOE) y Susana Solís (PP), que vuelven a concurrir como candidatos en las elecciones del 9J. María Calvo, presidenta de la patronal asturiana, emplazó a ambos a que "luchen y tengan en cuenta las peculiaridades de Asturias y de nuestro tejido empresarial. Es muy importante el papel de los eurodiputados asturianos". En la imagen, Fernández, Calvo y Solís, durante el debate.