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Los “micromachismos” se hacen muy grandes en el día a día

Alumnas y alumnos de la FP de Promoción de Igualdad de Género revisan las situaciones machistas que aún pasan desapercibidas en la sociedad

8M: Diez micromachismos con los que convivimos cada día

8M: Diez micromachismos con los que convivimos cada día Amor Domínguez

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8M: Diez micromachismos con los que convivimos cada día C. M. Basteiro

“Micromachismos”. Con este nombre los bautizó el psicólogo Luis Bonino Méndez, en el año 1991. Lo de “micro” no es por pequeños, es porque pasan desapercibidos. Situaciones machistas que, por cotidianas y por su apariencia “inofensiva”, fueron invisibles durante décadas. Los hay de cuatro tipos: utilitarios, encubiertos, de crisis y coercitivos. Algunos autores denominaron este fenómeno como “violencia soterrada”. Y aquí están ellas, alumnas de la Formación Profesional de Promoción de Igualdad de Género del IES Número 1 de Gijón, para desenterrarlas.

1. “Micromachismos utilitarios”

“Mujer, a tus labores”. Los “micromachismos utilitarios” son los más habituales y más fáciles de identificar. Hacen referencia a la asignación implícita de las labores del hogar para las mujeres. Siguen algunos ejemplos.

Coral Pablos (25 años): “La situación de micromachismo que he vivido en mi vida es que, cuando estamos sentados en familia, las mujeres nos sentamos siempre cerca de la cocina y los hombres alejados. De esta forma, las que nos encargamos de recoger los platos y demás somos nosotras”.

Laura Palacios (19 años): “Este micromachismo lo vi en mi padre, que rectificó. Cuando empecé a estudiar aquí me di cuenta de cosas que antes no me percataba. Yo le dije que en Navidad siempre ponemos la mesa las mujeres de la familia y, como se lo dije, este año la puso él”.

Tania Suárez (26 años): “He vivido en mi casa que, cuando mis padres estaban juntos, mi madre era la que hacía todo. Todo, todo, todo. Mi padre decía que estaba cansado de trabajar, ella se ocupaba de la casa, de pagar las facturas, de cuidarme a mí”.

2. “Micromachismos encubiertos”

“La ley del hielo”, “mansplaining”, “manspreading”.... Son los “micromachismos encubiertos”. Los más sutiles, los más difíciles de abordar. También los más peligrosos. Incluyen la manipulación emocional, la invisibilización de la mujer y la desautorización. Puede ejercerlos la pareja o la sociedad.

Sandra Abascal (24 años): “Mi familia es ganadera, de toda la vida. Y siempre pasa que la mujer es la que se ocupa del cuidado, las fincas, ser ganadera en sí. Pero el reconocimiento es para los hombres. El que hace los tratos es el hombre, el que va a la feria, el que va al bar y presume de ganadería. Y ellas se quedan en casa”.

Daniella Cohen (38 años): “Me pasa que como soy argentina y vivo aquí con mi novio, que es español, muchas veces percibimos una diferencia de trato cuando vamos a hacer un trámite o algo en administraciones públicas. También en algunos establecimientos. No es lo mismo cuando yo preguntó una cosa que cuando lo pregunta él. Pienso que es por ser mujer y extranjera”.

Francina Santiago (43 años): “Lo más doliente que viví fue cuando estás con tu pareja y él te paga con silencio absoluto. Eso es muy duro para mí”.

3. “Micromachismos de crisis”

“Mujer al volante, peligro constante”. Cada vez menos escuchada esta sentencia, pero todo un ejemplo de “micromachismo de crisis”. Se da cuando un hombre se siente amenazado por el logro de una mujer y responde con comportamientos tóxicos. Busca minar la confianza de ella.

Laura Palacios (19 años): “He practicado piragüismo durante mucho tiempo y hay muchos comentarios hacia las mujeres. Algunos hombres no soportan que compitas contra ellos siendo mujer y, si los ganas, te insultan. También los típicos comentarios de llamarte ‘marimacho’ por la espalda y decirte que mejor hicieras voleibol u otro deporte”.

Paula Arias (19 años): “Una vez quedé con mis amigos y salió un tema de política, estábamos tomando algo, y yo opiné y me dijeron ‘tú qué vas a saber de política si eres mujer’”.

4. “Micromachismos coercitivos”

Los “micromachismos coercitivos” son aquellos en los que la conducta del hombre consigue eliminar la autonomía de la mujer. Puede ser a través del control de la economía, o también demandando más cuidado e invadiendo el tiempo propio de la mujer con peticiones sutiles, con agresividad o amparándose en el sistema patriarcal.

Ismael Gómez (22 años): “Ausencia de responsabilidad de los hombres cuando la mujer está enferma, al contrario de cuando ellos lo están. Si un hombre se pone enfermo, la mujer se ve con la necesidad de tener que cuidarlo y que no le falta de nada. Mientras que, si ellas se ponen enfermas, ellos les dicen que se busquen la vida”.

Alejandra Fernández (19 años): “Un micromachismo que me gustaría destacar es la típica fiesta de ‘Baby Shower’ de las influencers en las que empiezan a diferenciar ya los bebés en función de colores. Rosa para niñas, azul para niños. Es importante destacarlo porque así se empieza a sexualizar cuando aún están en el vientre de la madre”.

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