Frente al negacionismo, tomemos la calle, por Ángela Vallina (IU)

Ángela Vallina

Ángela Vallina

El 8 de marzo volverá a ser de reivindicación y denuncia, porque es difícil celebrar cuando, en lo que va de año, ocho mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas, con lo que ya son 1.188 crímenes desde 2003. ¿Alguien imagina que las víctimas fueran militares o políticos? No, la sociedad clamaría frente a cada muerte.

Asturias no es ajena y, a la semana, se producen cuatro nuevos casos de maltrato machista. Cuanto antes seamos conscientes, antes seremos capaces de acabar con esta lacra.

Hay una violencia estructural menos llamativa, pero igualmente deleznable, que menosprecia el valor de nuestro trabajo, porque solo el machismo justifica la enorme brecha salarial de género. Nos pagan menos y Asturias, lamentablemente, es la Comunidad más injusta: de media, 7.000 euros menos al año si eres mujer.

Tras décadas de lo que parecía un imparable avance hacia la igualdad, la realidad demuestra que ningún derecho permanece si no lo defendemos. Hoy hay un riesgo de regresión porque existen fuerzas que añoran el pasado.

Estamos ante un intento de involución, impulsado por la ultraderecha, pero que avanza ayudado por el silencio cómplice de la derecha democrática. Cuestionar la violencia de género es una guerra cultural contra los valores de la igualdad y la democracia, que minimiza la gravedad de atentar contra una mujer. Frente al negacionismo, todas y todos tomemos la calle y, como dice el lema de este año, "compañera, dame tira".

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