"Asturias como escenario de nuevas empresas", una fórmula de futuro para esta candasina de corazón

"No estaría nada mal imitar la integridad de Jovellanos, su amor por la tierra que le vio nacer y sus deseos de mejorar las condiciones de vida de sus semejantes", afirma la escritora María Teresa Álvarez, afincada en Madrid

María Teresa Álvarez, a la entrada de la Biblioteca Nacional.

María Teresa Álvarez, a la entrada de la Biblioteca Nacional. / Tino Pertierra

Tino Pertierra

Tino Pertierra

María Teresa Álvarez (Madrid). Candasina. Licenciada en Ciencias de la Información. Primera presentadora del programa regional de TVE en Asturias, y primera mujer cronista de fútbol en la radio asturiana. En 1987 se fue a Madrid para ocupar la subdirección de cultura y sociedad de los Telediarios. Un año después dejó la información diaria para realizar documentales histórico-divulgativos. En 1999 publicó su primer libro, «La pasión última de Carlos V».

La moviola de la periodista y escritora María Teresa Álvarez viaja a Candás. Siempre Candás: "Las imágenes de mi niñez y primera adolescencia, todas están localizadas allí. Los barcos que llegaban al muelle, el olor a pescado, la sirena de las fábricas. El olor a cenoyo, que alfombraba las calles en el Corpus. Las tradicionales fotografías del Domingo de Ramos bajando por la escalinata de la iglesia, las chocolatadas en la Fuente de los Ángeles… Más tarde, La Baragaña y el parque de Santarúa, que eran los escenarios de nuestras primeras verbenas, con unas orquestas increíbles".

Pasó el tiempo: "Entiendo muy bien a los jóvenes que no tienen claro qué les gusta, que no se deciden a elegir una carrera. Yo hasta los 20 años no descubrí mi vocación. Sabía perfectamente que no quería dedicarme ni a la enseñanza ni a la abogacía. Un día, en Roma, descubrí lo que me gustaría ser. Desde ese mismo instante lo tuve clarísimo. Empecé siendo corresponsal de radio. Me matriculé en la Facultad de Ciencias de la Información, en la Complutense de Madrid. Me hice periodista. He trabajado toda mi vida en televisión".

"En mi época", recuerda, "no se viajaba mucho. Permíteme que recuerde mi primer viaje dentro de la propia Asturias, porque entonces era un auténtico viaje, ya que desde Candás se tardaba más de cuatro horas en llegar a Covadonga. Jamás olvidaré mi impresión al ver emerger las torres de la basílica. Fue tan emocionante que no conseguí contener las lágrimas. Mi primer viaje fuera de Asturias fue a Roma. ¿Qué me impresionó? Todo. Era otro mundo, me sentí fascinada por su arte, historia, belleza imperecedera. No quería irme de aquella ciudad maravillosa. Allí me encontré a mí misma. Fue un ‘flechazo’ al que no pude resistirme".

Le es muy difícil elegir un solo lugar de su tierra: "Toda Asturias es preciosa. Las playas de oriente y occidente, sin olvidar las del centro, son increíbles. La exuberante Naturaleza de Covadonga, los desfiladeros… y las montañas que contemplas al pasar el puerto del Palo. Nunca olvidaré su color al caer la tarde. A esa hora se vuelven azules…"

Como buena asturiana "tengo sentido del humor. Y no pierdo la oportunidad, en cualquier sitio que me encuentre, de decir que soy asturiana. Me siento orgullosa de ello. Creo que son rasgos que compartimos muchos de los nacidos en esa tierra. Asturias es para mí el lugar maravilloso en el que descansar y poder disfrutar de su increíble naturaleza. Dicho esto, que es verdad, me apena comprobar que Asturias, según he leído, es la comunidad autónoma más envejecida de España, con una tasa de natalidad muy baja. Pienso que habría que tomar medidas para incrementar este índice. Habría que buscar la fórmula para que Asturias fuera elegida como escenario de nuevas empresas. La mejora en las comunicaciones sin duda ayudará. Creo que Asturias posee un potencial inigualable para ofrecer un turismo rural único. Pero, eso sí, bien estructurado y de calidad. Otro de los aspectos preocupantes en Asturias se centra en la siderurgia, que siempre ha sido el motor de la región. Ante la complicada situación, deberían buscarse soluciones. Otros países lo están haciendo".

Hace una llamada de atención para cuidar "los pequeños núcleos de población aislados que todavía existen en Asturias. En ellos viven personas mayores que ni tienen coche ni conducen. Trataría de conseguir que su vida fuera más placentera y segura".

Su primer obstáculo fue "vencer mi timidez. He pasado por momentos complicados en los que dudaba de haber acertado con mi profesión, porque pensaba que no lo estaba haciendo bien. Gracias a mis compañeros lo fui superando. El cariño y el apoyo de mis compañeros reforzaron en mí el valor de la amistad. Por otra parte, el periodismo es una profesión, sin duda, enriquecedora. Conoces distintos ambientes, a muchas personas… Tu visión del mundo se amplía. Comprendes y entiendes mejor lo diferente. Después, en mi etapa dedicada a realizar documentales, la serie de TVE ‘Mujeres en la Historia’ me ha marcado personal y profesionalmente".

Maestros no ha tenido, "pero sí muchos y buenos referentes en el mundo de la comunicación. Tanto en prensa y radio como en televisión. Asturias siempre ha sido cuna de excelentes profesionales, y yo siempre he sido como una esponja intentando absorber todo lo bueno. En cuanto a los consejos, nunca olvidaré un día en el que estaba enfadada porque, a veces, me equivocaba en pantalla (no teníamos autocue o teleprompter). La verdad es que no sé si contártelo… Sí, lo haré, poniendo en práctica el consejo que entonces me dieron. Verás, era el lunes siguiente al Descenso Internacional del Sella y yo presentaba el programa, no era mi voz en off, sino mi cara que todos podían ver, y de repente cuando tenía que decir; ‘Ayer en el punto céntrico de Arriondas’, muy sonriente digo: ‘Ayer en el puto centro de Arriondas’, imagínate que espanto, quería morir de la vergüenza que sentía. Al salir del estudio le dije a mi querido Faustino F. Álvarez, lo dejo, esto no es para mí. Me contestó: ‘Teresina, tienes que aprender a reírte de ti’. Y lo cierto es que funcionó, fue un consejo eficaz".

Después, en Madrid, "ya más segura de mí misma, el horizonte profesional se amplió. Siempre digo que en Madrid trabajo, en Roma sueño y en Candás amo. En Madrid, con Rafa Avello, comenzamos una nueva aventura, los documentales históricos fueron nuestra ocupación. Eran un mundo nuevo. La Historia, que siempre me apasionó, se convirtió de pronto en el centro de mi trabajo. La Biblioteca Nacional, a la que sigo acudiendo en busca de información, era nuestro lugar de encuentro. Es curioso cómo el ambiente que se respira en este lugar me invita, todavía hoy, a comportarme como si fuera una jovencita sentándome a los pies de Alfonso X el Sabio". (Véase la foto).

Un asturiano para la Historia: "Puede sonar a tópico, pero inevitablemente pienso en Jovellanos. Eso que todos sabemos, escritor, jurista, político. Que se preocupaba, además, de la modernización económica, con una reforma agraria (su informe sobre la ley Agraria), de la cultura, de la instrucción pública. Creo que decía Jovellanos que ‘el origen de la prosperidad radicaba en la instrucción’. El ilustrado gijonés era partidario de una educación que alcanzara a todas las personas, con independencia de su origen social. Siempre recuerdo algo que leí de Marcelino Menéndez Pelayo sobre Jovellanos. Decía algo así; ‘Jovellanos poseía un alma hermosísima, quizá la más hermosa de la España moderna’. Me encantó esta apreciación porque sin duda Jovellanos era persona sensible y honesta".

Hay detalles de su vida que lo demuestran: "No cayó en los halagos y artimañas con los que la reina María Luisa de Parma pretendía envolverlo, a pesar de lo que su negativa podría suponer. Era amigo de la condesa de Montijo, María Josefa de Sales Portacarrero, que sufrió el exilio. Cuando la condesa murió olvidada de todos, solo Jovellanos se acordó de ella públicamente, dedicándole una poesía. Fue él quien defendió el ingreso de las mujeres en la Sociedad Matritense de Amigos del País. Me gusta leer sus diarios, en los que nos muestra su sensibilidad por todo lo que le rodea, y su romanticismo, del que no dudo, después de leer cómo nos relata una tormenta en el Cantábrico. La verdad es que no estaría nada mal imitar su integridad, su amor por la tierra que le vio nacer y sus deseos de mejorar las condiciones de vida de sus semejantes".

Suscríbete para seguir leyendo