Primer retraso tras abrir la Variante por una avería en Madrid: "Es una vergüenza"

La incidencia, que demoró dos horas y cuarto la salida de un tren hacia Gijón, dejó "tirados" a cientos de pasajeros de varias líneas en Chamartín

La estación de Chamartín, en Madrid, ayer, abarrotada debido a la avería que afectó a miles de usuarios de los trenes de alta velocidad.

La estación de Chamartín, en Madrid, ayer, abarrotada debido a la avería que afectó a miles de usuarios de los trenes de alta velocidad. / EFE

Ramón Díaz

Ramón Díaz

Pitidos, silbidos, abucheos y palabras gruesas. Todo eso y más se oyó ayer en la estación de Chamartín en Madrid, donde, a las cuatro y veinte de la tarde, se registró una avería en el sistema de señalización que inutilizó la autorización automática de pase a los trenes para rebasar las señales de entrada de la terminal. Desde ese momento, los permisos tuvieron que ser emitidos desde el puesto de mando por personal de la estación, lo que provocó un monumental caos, con decenas de trenes atascados. Y miles de usuarios –decenas de ellos asturianos que acababan de cruzar la variante de Pajares en su segundo día de circulación comercial o que se preparaban para hacerlo– atrapados dentro de los convoyes y en la estación –abarrotada–, mostrando cabreo algunos y resignación otros. La frase más repetida: "¡Esto es una vergüenza!".

La avería afectó a todas las líneas de alta velocidad que partían, llegaban o transcurrían por la estación madrileña, que además está en obras, lo que incrementó aún más el enredo. A las seis de la tarde llegaba a Chamartín el político gijonés José Carlos Fernández Sarasola, con la intención de coger el tren que debía partir treinta y cinco minutos después hacia Asturias. Y aunque Adif informó de que la avería se solucionó a las siete de la tarde, el tren no pudo arrancar hasta las nueve menos diez de la noche. Así que estuvo "tirado" dos horas y cuarto. Y gracias, "porque anunciaron la suspensión de varios trenes a la zona de Levante", destacó.

La estación estaba "hasta arriba" y se oían al fondo "pitidos y silbidos", señaló Fernández Sarasola cuando estaba aún en la estación, "resignado, porque no se puede hacer nada", mientras contemplaba los paneles informativos que indicaban diez trenes con demora y otros varios que ni siquiera aparecían. En resumen, "un caos".

La circulación se fue reanudando progresivamente, primero un tren, después otro... "Era como la lotería de Navidad. Se anunciaba por megafonía una salida y los pasajeros de ese tren empezaban a gritar: ‘¡Bien!’ y a silbar, como si les hubiera tocado el ‘Gordo’. Ya se lo tomaban un poco a risa", señaló Fernández Sarasola.

Las quejas a través de la red social X –antes Twitter– eran incontables. En algunos casos, por la falta de información; en otros, quizá la mayoría, por la ausencia de protocolos para "rescatar" a los pasajeros que estaban ya en la estación, pero atrapados en los trenes, como les ocurrió a decenas de asturianos. "Una hora llevamos ya dentro del túnel de entrada a la estación y subiendo. Y alucinando de que no haya un protocolo para venir a por los viajeros y sacarlos del tren. Estando en el túnel ya, que podríamos ir andando a la estación… tremendo todo", reflejó una pasajera. "¿Alta velocidad? ¿En serio?", ironizó otro afectado.

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