Manuel Sánchez | Director de la Delegación Norte de Aqualia

"Vamos a la descarbonización y digitalización del ciclo del agua"

"Aqualia incorpora el concepto de economía circular al prestar servicios de captación, tratamiento, almacenamiento, distribución, saneamiento y reutilización del recurso"

Manuel Sánchez. |  | LNE

Manuel Sánchez. | | LNE / L. L.

L. L.

Manuel Sánchez, director de la Delegación Norte de Aqualia, habla en esta entrevista de las actuaciones y planes de la compañía, puntera en tecnología y gestión del agua. Aqualia está implantada en Asturias desde los años 80.

–¿Qué proyectos lleva a cabo Aqualia con los municipios asturianos?

–Aqualia está en Asturias desde la década de los 80. Estamos en 40 de los 78 concejos, con una plantilla de 427 personas. Aqualia invierte y crea valor en el territorio. En Asturias, la empresa ha invertido cerca de 100 millones de euros. Sirva como ejemplo que el laboratorio más importante de la empresa se encuentra en Oviedo, donde llegan muestras de agua de toda España y que ocupa a 18 personas, sólo en este centro de trabajo. La empresa también apuesta firmemente por la innovación en el Principado, con el objetivo de que las depuradoras de aguas residuales puedan convertirse en biofactorías que rentabilicen subproductos que antes eran considerados residuos. Un buen ejemplo es el proyecto RE-CARBÓN, que aprovecha los fangos desecados para generación de biochar, carbones activos, fertilizantes y otros recursos.

–¿Qué retos plantea la gestión del agua en Asturias?

–El agua es un sector con un alto impacto económico y social. En Asturias, muchas empresas de gran relevancia en sectores como el agroalimentario, el del acero o el energético dependen directamente de su disponibilidad y calidad. Esta elevada necesidad del recurso hídrico, junto con el cambio climático que también empezamos a notar en Asturias, con períodos de estiaje más largos, unidos a las crisis energéticas recurrentes y al impacto de los combustibles fósiles, nos empujan hacia la descarbonización del ciclo del agua y a la eficiencia sostenible en el uso de los recursos. Es más necesario acometer obras que permitan optimizar las redes de abastecimiento, incrementar la regulación de recurso y cambiar el paradigma de consumo de agua por el de uso del agua, donde a un mismo agua se le pueda generar más de un uso antes de su devolución al medio natural. Tenemos por delante desafíos apasionantes como la renovación de las infraestructuras derivadas del envejecimiento y obsolescencia; mayor regulación sanitaria; mayor innovación en el sector. Debemos concienciar a la población de que el agua más saludable, con mayor control y menor huella de carbono, es la del grifo.

–¿Cuáles son las líneas de trabajo medioambiental?

–Vamos hacia la descarbonización del ciclo del agua y a la eficiencia sostenible en el uso de los recursos para mitigar los efectos del cambio climático. Aqualia incorpora el concepto de economía circular, al prestar servicios de captación, tratamiento, almacenamiento, distribución, saneamiento y depuración, incluyendo la reutilización y reinserción del agua en el ciclo natural. Aqualia apuesta por renovar el agua, fomentando el ahorro y la eficiencia del ciclo. Su objetivo es mejorar la conservación del recurso. Desarrolla líneas de investigación orientadas a reutilizar el agua o la recuperación y transformación de materia orgánica para convertirla en subproductos "bio" con una nueva vida. Convertimos las depuradoras de aguas residuales (EDAR) en estaciones circulares o biofactorías capaces de transformar los residuos en recursos aprovechables, para usos agrícolas valorización energética.

–¿Si tuviera que destacar algún proyecto reciente?

–El proyecto RE-CARBÓN es una iniciativa que busca comprobar la viabilidad técnica y económica de la regeneración de carbones activos agotados y de la producción de biochar a partir de biosólidos de depuración y biomasa forestal. Ambos productos se utilizan en procesos de purificación de corrientes de agua. El carbón activo agotado, hasta ahora un residuo, puede reutilizarse, reduce los residuos y el consumo de materias primas y promueve el ahorro energético. Los fangos que se generan en las estaciones depuradoras y la biomasa forestal sirven como materias primas para obtener biochar que se transforman en bioproductos de alto valor añadido, al utilizarse como absorbentes para eliminar compuestos indeseados en aguas residuales y potables. En Asturias se trabaja en colaboración con Cadasa y el Principado.

–¿Cómo es la relación de los asturianos con el agua?

–No se puede entender ni imaginar Asturias sin su estrecha vinculación con el agua. El Cantábrico proporciona alimento, ocio y desarrollo turístico. Nuestros ríos han contribuido al desarrollo industrial de la región y a generar asentamientos humanos que son nuestros pueblos y ciudades. La relación de Asturias con el agua es total y por ello la concienciación es máxima en el cuidado de nuestros entornos fluviales y marítimos.

–¿Se esperan muchos cambios en los próximos años?

–Tenemos un nuevo real decreto que establece los nuevos criterios técnico-sanitarios que regulan la calidad del agua de consumo; la modificación del Reglamento de Dominio Público Hidráulico; el nuevo reglamento europeo de reutilización de aguas, y la propuesta de nueva directiva de tratamiento de aguas residuales. Este nuevo marco regulatorio exige una mayor profesionalización del sector del agua, y en este contexto es donde las empresas que tenemos una basta experiencia en la gestión del ciclo integral del agua debemos de servir de herramienta a las administraciones para prestar este servicio esencial con las máximas garantías exigidas.

–¿Cómo trabaja Aqualia para lograr una gestión más eficiente?

–En España, el reto pasa por mejorar la eficiencia y la sostenibilidad en la gestión del agua, en el marco de la economía circular y en un situación donde la sequía se ha convertido en una cuestión de primer orden. La eficiencia implica disponer de una planificación hidrológica sostenida y una infraestructura eficiente, que incorpore las nuevas tecnologías y se renueve cada cierto tiempo. Las compañías especializadas podemos aportar tecnología, capacidad de innovación e inversión para ofrecer soluciones. La digitalización, una de las líneas estratégicas de la compañía, es vital para avanzar en la gestión eficiente y sostenible del agua. En 2023, nuestra inversión en transformación digital fue de 17 millones de euros. Aqualia promueve la eficiencia en la gestión del ciclo integral del agua, fundamentalmente en estaciones depuradoras, potabilizadoras y desalinizadoras, reduciendo el consumo de recursos materiales y energéticos. Además, identifica los "puntos críticos" donde las intervenciones tienen mayor incidencia y mejoran los efectos ambientales.

–¿Cómo influyen las nuevas tecnologías en su trabajo?

–En los últimos años, la transformación ha sido radical. Hemos cambiado nuestra forma de trabajar. Nuestra principal herramienta en este proceso se llama Aqualia Live y tiene como uno de sus objetivos digitalizar el parque de contadores. Vamos a digitalizar todos los datos que tenemos y vamos a gestionar los datos de forma inteligente. Otra tarea fundamental, en la que se aplica la inteligencia artificial, es la prelocalización de fugas y la detección de prealertas en instalaciones. Esta herramienta va aprendiendo y mejorando su precisión a la hora de generar órdenes de trabajo; aumentar el rendimiento de las redes, detectar consumos anómalos a tiempo real y reducir las pérdidas de agua por fugas o avisar cuando no se contabiliza ningún consumo en viviendas habitadas por personas mayores, son algunas de las nuevas prestaciones que ya ofrecemos. La digitalización llevó a activar durante 2022 el despliegue de nuevos centros de operaciones en España, uno de ellos ubicado precisamente en Oviedo.

–Aunque el agua no falta en esta región, ¿debemos pensar en ella como un recurso escaso?

–En los últimos años, se ha producido en Galicia y en el Cantábrico una declaración de alerta de sequía, circunstancia que puede extrañar, pero que se irá repitiendo. En Asturias, la dispersión poblacional y la escasa capacidad de regulación hídrica, como consecuencia de la orografía, debe incentivar el aumento de la eficiencia de nuestras redes. Estamos en peores condiciones para afrontar períodos largos de sequía. Urge anticiparse a la previsible crisis del clima y a la crisis del agua. Aqualia desarrolla múltiples acciones de concienciación para todo tipo de públicos.

–¿Vamos a un nuevo modo de consumir?

–El ahorro de agua no puede venir solo de un consumo responsable, sino de disponer de una infraestructura eficiente, que incorpore nuevas tecnologías y sea sostenible. La eficiencia de las plantas de tratamiento equivale a ahorro de agua, por eso es tan apremiante una mayor inversión. Cada vez tenemos infraestructuras más obsoletas, lo que a la larga implica cada vez con más costes de mantenimiento y más dificultades en la eficiencia en las redes. Para solucionar esta situación se precisa de colaboración público-privada y un marco adecuado que permita recuperar la inversión a largo plazo, para que las empresas puedan aportar capital y realizar actuaciones cuando sea preciso.