MUNICIPALISMO

El futuro de Gijón se escribe ahora

Economía sostenible y cultura son los dos pilares y los ámbitos que definen la sociedad gijonesa actual y también la que heredarán las próximas generaciones

Sombrillas en la playa de San Lorenzo. | Cedida a Lne

Sombrillas en la playa de San Lorenzo. | Cedida a Lne / Elena Casero,

Olvidar nuestra historia nos condena a repetirla. Es un dicho popular que ha adquirido muchas variables a lo largo de los años y no por ello el mensaje ha perdido un ápice de verdad. Gijón es la suma de una historia, una tradición y una firme ambición de vanguardia. Un sello de identidad que, en ocasiones, ha pasado desapercibido, pero que ahora está más vivo que nunca gracias a los proyectos puestos en marcha por el nuevo gobierno local que lidera la forista Carmen Moriyón, los cuales se abren paso con fuerza para reivindicar Gijón como la ciudad grande que es. Un futuro que se escribe sobre dos pilares: economía sostenible y cultura. Dos ámbitos que definen la sociedad actual y también la que heredarán las próximas generaciones. La sostenibilidad es el equilibrio que debe lograrse entre lo económico, lo social y el medio ambiente para garantizar el futuro. Apostar por esta armonía permite construir ciudades productivas, estables y prósperas.

"Naval Azul"

"Naval Azul" es la piedra angular de ese futuro sostenible en Gijón. Un proyecto que nace con el ambicioso objetivo de convertirse en un referente de la Economía Azul en nuestro país y en un ejemplo social de unidad. En el año 2009 cesó la actividad industrial y el tiempo se paró en los terrenos del antiguo Naval Gijón. Ahora, 15 años después, el reloj se vuelve a poner en marcha. La compra de la mayor parte de los terrenos a la Autoridad Portuaria convierten al Ayuntamiento de Gijón/Xixón en propietario principal, dando así el primer paso hacia ese futuro que se escribe ya desde el Natahoyo con el mar como protagonista.

De hecho, el mar forma parte de la identidad misma de Gijón, una ciudad que despertó en el valle costero más amplio del Cantábrico, delimitado por los montes de Deva y Areo. Hasta la llegada de la industrialización, la economía pesquera imperaba en los mercados y puestos callejeros de la ciudad. Y precisamente este es el legado que sustenta la esencia de "Naval Azul" para posicionarse como un polo económico de primer nivel, con el mar como principal fuente de enriquecimiento, a través de un modelo sostenible y responsable que actúe como motor del futuro.

El sector de la Economía Azul tiene ya un peso importante en el ámbito económico nacional, que se traduce en casi 770 millones de euros de facturación y cerca de 14.000 trabajadores. Comprende todas aquellas iniciativas económicas sostenibles vinculadas con el mar y los recursos naturales, dibujando así un amplio abanico en el que se agrupan el turismo costero, la navegación recreativa y marítima, la biotecnología azul, la energía eólica marina, la pesca y los productos acuáticos marinos, entre otros. En la ciudad ya son más de 150 las empresas que forman parte de este sector y que, sin duda, cobrarán un papel protagonista en "Naval Azul".

Edificio de Tabalcalera. |Cedida a Lne

Edificio de Tabalcalera. |Cedida a Lne / Elena Casero,

"La vía gijonesa"

Por tanto, el primer pilar del futuro de Gijón ya está en marcha y el segundo, el de la cultura, lleva décadas aguardando un avance que el nuevo gobierno está decidido a materializar en el presente mandato y que conlleva un replanteamiento integral de sus equipamientos y de su interrelación.

La cultura es esencial, lo ha sido siempre y lo será en el futuro como fuente inagotable de información y progreso. Y el papel de las administraciones municipales a la hora de preservarla es fundamental. El desempeño continuo y constante que durante décadas se ha llevado a cabo desde los diferentes museos de la ciudad ha permitido la conservación, documentación, investigación e incremento exponencial de sus colecciones, además de lograr una meta primordial de cualquier institución cultural: conectar el patrimonio con la sociedad.

Ahora, la alcaldesa Carmen Moriyón busca dar un paso más, un impulso que vuelva a situar a Gijón como puntal cultural en España. Y la pieza clave en este camino es Tabacalera. Su historia y su ubicación convierten a este emblemático edificio en el corazón de ese nuevo modelo cultural de "la vía gijonesa". Representa una visión estratégica de la ciudad en la que los nuevos centros culturales deben ser una parte importante de la vida diaria de las personas y sobre todo emblemas orgullosos del entorno en el que se enmarcan. De ahí la importancia que cobra el triángulo formado por Tabacalera, Museo Jovellanos y Palacio de Revillagigedo.

Hasta ahora, Gijón partía en clara desventaja al no disponer de un espacio en el que albergar nuevas programaciones culturales. La Antigua Fábrica de Tabacos está llamada a acabar con esta desigualdad, ofreciendo un espacio expositivo nuevo de 8.195,88 metros cuadrados. El primer paso para lograrlo será iniciar la obra en su interior a finales de este 2024 y a partir de ahí comenzará la cuenta atrás para su apertura.

"La vía gijonesa" no se limitará a Tabacalera, pues precisamente una de las claves del nuevo modelo que representa es distribuir la cultura en el espacio y abarcar los barrios como forma de potenciarla. Uno de los ejemplos más claros de ello es El Palacio de Contrueces. El palacio de San Andrés de Cornellana, antiguo albergue juvenil que llevaba años cerrado y desatendido, ha recuperado la vida en forma de residencia artística con un programa piloto que incluye cuatro proyectos artísticos de la mano de Virginia López, García de Merina, Mario M. Martínez y Olimpia Oyonarte.

Este inicio del nuevo polo cultural en la zona sur de Gijón se verá asentado con la reconversión de los antiguos depósitos de agua de Roces en un espacio expositivo y de trabajo artístico. De esta manera, "la vía gijonesa" da respuesta a uno de los eslabones pendientes de desarrollar en todo su potencial como es la atención a los artistas emergentes.

El futuro de Gijón se está escribiendo ahora, de la mano de la ciudadanía, y con la sostenibilidad y la cultura como pilares fundamentales para volver a reivindicarse como la ciudad grande que es.