Manuel Peña expresó ayer su confianza en que el «anquilosamiento» y el «mal talante» de Santiago Rodríguez Vega no se proyecten en la alcaldesa, Pilar Varela. Los temores de que pudiese ocurrir al contrario los razona Peña por la cercanía que Rodríguez Vega y Varela han mantenido en los dos últimos mandatos municipales, en los que esta última ejerció de portavoz socialista y de primer teniente de alcalde en uno de ellos.

Peña agregó que el ex alcalde había utilizado únicamente su experiencia en el Consistorio, donde permaneció veinticuatro años, para «quitarle la palabra a la oposición» haciendo un uso caprichoso de los turnos de intervención en los plenos. «Llegó el momento en que pensó que el Ayuntamiento era su casa», dijo el portavoz del PP.