Gerente del Hospital San Agustín

Myriam MANCISIDOR

Alfonso Flórez Díaz (Gijón, 1948) dirige el San Agustín desde diciembre de 2003. Su trabajo, asegura, tiene como base la comunicación tanto con los pacientes como con las cerca de 1.350 personas que trabajan en el centro. El hospital avilesino, con más de 290.000 historiales clínicos, es el centro de referencia de Avilés, Castrillón, Corvera, Gozón, Pravia, Cudillero, Soto del Barco, Muros de Nalón e Illas. Flórez llama «casa» al San Agustín y desde su despacho, en días claros, observa los Picos de Europa, su otra pasión.

-¿Qué balance hace tras seis años al frente del San Agustín?

-Ya llevo seis años pero esto no se termina todavía. En este tiempo ha habido un cambio en la disposición de la gente y en la comunicación, que es en lo que yo baso la gestión de estas empresas tan grandes. Sin estas posibilidades de diálogo no podríamos haber hecho, por ejemplo, las obras de ampliación del hospital a la velocidad que se hicieron.

-También apostó por la inversión en nueva tecnología.

-Sí, tuvimos inversiones tecnológicas muy fuertes que ya nos están dando resultados muy satisfactorios. Hubo un adiestramiento de los profesionales para adaptarse a las nuevas necesidades. En el San Agustín predomina ahora la cirugía mayor y menor ambulatoria, que no precisa días de ingreso, gracias a la adquisición de la laparoscopia, la colonoscopia... Sólo en radiología invertimos 1,7 millones de euros y en cirugía medio millón.

-¿Qué retos tiene entre manos?

-En nuestra área sanitaria la población está muy envejecida, el 5,8 por ciento de los usuarios (alrededor de 10.000 personas) tienen más de 85 años, existen muchos pacientes crónicos y nuestro reto real es mejorar la trazabilidad de los tratamientos y revisar el trabajo que se está haciendo en consenso con primaria. También queremos que el estímulo organizativo sea un estímulo humano y profesional para dar soluciones rápidas a las necesidades de la población y también para difundir la cultura sanitaria.

-El San Agustín es uno de los hospitales de la región con menor lista de espera quirúrgica, por debajo de los 46 días.

-Sí, tenemos muy buenos números pero no nos podemos dormir, más aún conociendo el perfil de los pacientes. Tenemos a muchos enfermos con patologías invalidantes y nuestra misión es hacerles frente en el menor tiempo posible.

-¿Repercute en las listas de espera la cirugía sin ingreso?

-El año pasado se hicieron más de 8.100 intervenciones y el cincuenta por ciento, más o menos, no requirieron el ingreso de los pacientes. Esto es muy importante porque nosotros buscamos que el paciente pase el menor tiempo posible en el hospital: no es conveniente que el paciente permanezca en el hospital si ya está sano o puede estar en su domicilio. Actualmente la media de hospitalización es de seis días.

-¿Por eso mantiene cerrada una planta de hospitalización?

-La cuarta sur, con 32 camas, la abrimos cuando la necesitamos. De acuerdo a lo que decía antes queremos que el paciente esté el menor tiempo posible en el hospital: tiene que decrecer la estancia hospitalaria y aumentar el tiempo y el rigor en el tratamiento de los pacientes.

-De ahí la cirugía sin ingreso...

-Sí. Además de que hace sufrir menos al paciente nos permite dar altas en pocas horas sin necesidad de hospitalización. No obstante la cirugía mayor y menor ambulatoria nos está dando algún problema.

-¿Cuál?

-Al aumentar este tipo de intervenciones la gente se olvida de que tiene que venir a operarse: unos, por miedo y otros, por reticencias... Estamos hablando de que el cuatro por ciento de los pacientes con un quirófano preparado no viene. Esto multiplica por tres el tiempo perdido y el coste es importantísimo: perdemos la posibilidad de operar a otra persona con un equipo preparado para el enfermo que esperábamos, que ni viene ni avisa.

-¿En las consultas ocurre lo mismo?

-Sí, alrededor del diez por ciento de los pacientes citados tampoco acude pese a que les avisamos con antelación suficiente mediante llamadas, mensajes a sus móviles...

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«Nuestro reto es mejorar la atención de los crónicos y revisar el trabajo actual en consenso con los médicos de familia»

«La lista de espera quirúrgica es baja, pero no nos podemos dormir: el 5,8% de nuestra población tiene más de 85 años»

«Hemos invertido en tecnología y ya tenemos buenos resultados gracias al adiestramiento de los profesionales»