Félix VALLINA

Roberto Lazcano, una de las víctimas del doble crimen de La Maruca, aún vivía cuando el autor confeso de los hechos, Moisés F. M., le pasó por encima con su coche. Así lo estima el abogado de su familia, José Ramón Nistal, tras haber analizado los resultados de una autopsia que, según sostiene el letrado, es la prueba definitiva para conseguir que el propietario del club de alterne Los Arcos sea acusado por asesinato y cumpla la máxima pena en prisión. Lazcano recibió cuatro balazos antes de ser atropellado, uno de ellos en el corazón calificado en el informe forense como «mortal de necesidad», pero las pruebas determinan que las lesiones que le produjo el vehículo son «perimortem», es decir mientras la víctima todavía estaba viva.

«Está claro que hay un ensañamiento porque aumentó innecesariamente el sufrimiento de la víctima. También existe alevosía, ya que el autor confeso estaba esperando a las víctimas, no los avisó en ningún momento y realizó muchos disparos para asegurarse de que murieran», señaló José Ramón Nistal, que solicitará para Moisés F. M. «veinticinco años por cada asesinato y dos por tenencia ilícita de armas». En el tiroteo del pasado 16 de junio también perdió la vida el rumano Asan Osman, que según la autopsia recibió nueve disparos y uno de ellos, que le entró por la nuca y le salió por el párpado inferior del ojo izquierdo, resultó mortal de necesidad.

El abogado de la familia de Roberto Lazcano, después de analizar a fondo la autopsia, mantiene además que el disparo que acabó con una bala en el corazón del joven avilesino se hizo «a quemarropa», que Lazcano estaba tendido boca abajo en el suelo cuando Moisés F. M., que ya le había disparado otras tres veces en distintas partes del cuerpo, le colocó la pistola en la espalda para asegurarse de matarlo. «Le disparó con la pistola pegada al cuerpo y aún así no acabó con su vida en el momento», señaló el letrado.

Nistal confía en que los agravantes de alevosía y ensañamiento sean suficientes para que Moisés F. M. cumpla la máxima pena en prisión, aunque aún está a la espera de la confirmación de alguna de las pruebas para solicitar además premeditación: «Está por determinar de dónde procedían las supuestas amenazas que recibió Moisés F. M. de un número de tarjeta prepago» aseguró en alusión a las pruebas, aún sin confirmar, que sitúan a la mujer del autor confeso como la propietaria de la línea de teléfono a través de la cual le llegaban presuntos mensajes amenazantes a su marido. «No se sabe, pero podrían haber sido simulados», señaló el letrado.

El abogado de Moisés F. M., Ignacio Hernando, negó en su día la existencia de premeditación alguna e insistió en la situación de miedo extremo en la que vivía Moisés F. M. Hernando asegura que su cliente estaba medicado, que bebía en exceso y que había recaído en el consumo de cocaína, sustancia a la que había estado enganchado con anterioridad. Ayer, después de conocerse el resultado de las autopsias, no quiso realizar declaraciones y prefirió esperar hasta la celebración de la vista, para la que todavía no hay una fecha establecida.