S.F. / M.M. / T. C.

Hay un lamento general: los músicos y artistas consultados por LA NUEVA ESPAÑA aseguran desconocer qué criterio general explica la programación que propone el Principado para este primer trimestre en el Centro Cultural Internacional Avilés. A la vez, se aplaude la exposición de la fotógrafa Soledad Córdoba y alguno de los conciertos de la lista. Los políticos, por su lado, navegan desde el rechazo al calendario hasta la alabanza de parte de la propuesta de la empresa Recrea.

l Jorge Otero, líder de «Stormy Mondays». «La programación ni es muy buena, ni tampoco muy mala. De lo que estoy seguro es de que tendrá menos relevancia que la anterior. Pero, bueno, habrá que esperar tres meses para ver si me equivoco de verdad. Será el momento de contar a los espectadores. Los de Recrea no han tenido mucho tiempo para organizar el calendario y así sólo puedo decir que han hecho lo que han podido».

l Roberto Corte, codirector de la revista de teatro «La Ratonera». «El Centro debería ofrecer una programación alternativa. Cuando digo alternativa me refiero a otro palo distinto a lo que ya hay. La oferta teatral es la misma de otros espacios escénicos del Principado. Aunque, claro, eso está bien para algunos grupos, tal cual están las cosas. En todo caso, lo que proponen no me interesa nada».

l Carlos Coronas, artista visual. «Soledad Córdoba me parece una artista con una proyección nacional e internacional patente. Está muy bien que exponga en el Centro. Antes no existía un planteamiento claro de programación, un criterio coherente en el campo de las artes plásticas. Ahora lo que me gustaría es conocer qué plan tienen los nuevos programadores. Cuando conozca ese criterio podré discutir si es acertado o no».

l Enrique Patricio, promotor musical. «Falta todo: desde una infraestructura adecuada, hasta un criterio claro para organizar el calendario. Parece que presentan una programación por presentarla, para rellenar unos días y ya está».

l Jorge Moreno, actor, dramaturgo y director de escena. «Esta programación nos hace preguntarnos una serie de cuestiones: ¿Hacia dónde va el Niemeyer? ¿Hacia dónde va la cultura asturiana? ¿Hubo alguna vez una programación cultural en Asturias? Si nos dijeran que va de teatro asturiano, pues estupendo, es una idea. Podríamos discutir si es la buena, pero, por lo menos, tendríamos algo. En La Laboral pasaron de Angélica Liddell a Isabel Pantoja».

l Juan Cueto, polígrafo. «No resiste la comparación con la que anterior, que había conseguido crear una tradición en sólo unos pocos meses. Esto me parece decepcionante».

l Xulio Antidio, músico. «No voy a entrar en la programación musical, porque para gustos, matices. Me parece penoso que el auditorio del Niemeyer se preste a un humorista de la televisión como Daniel Martínez. En todo caso, yo entiendo por un Centro Internacional otra cosa».

l Nacho Artime, productor teatral y periodista. «¿Qué programación es esta? Parece una colección de saldos, un "totum revolutum", un barullo... Están muy orgullosos de los 100.000 euros que se han gastado, pero pueden presupuestar 1.000 euros y tirar el dinero o gastar cuatro millones y estar muy bien empleados. Parece la programación de unas fiestas patronales. Bueno, menos mal que hicieron caso a algunos y no pusieron gaita y tambor. Eso sí, Michael Nyman es magnífico, sobresaliente».

l Carlos Suárez, artista plástico. «Echo de menos, ahora y antes, un proyecto cultural que defina un sistema de gestión, unas líneas de trabajo y una filosofía cultural. No lo había antes y sigue sin haberlo. La elección de Soledad Córdoba me parece muy acertada, en todo caso».

l Pilar Varela, alcaldesa de Avilés. «Lo que espero es que la ciudadanía responda a la programación del mismo modo que lo hizo anteriormente. Le deseo mucho éxito. Anteriormente, fue extraordinaria y espero que por el bien del Centro y de Avilés siga siendo así».

l Román Antonio Álvarez, concejal de Cultura. «Hay que ofrecer el beneficio de la duda, pero un programa cultural es algo más que una suma de actividades. No conozco esos objetivos. El Centro Niemeyer tenía siete líneas de trabajo que completaban las que ofrecía la ciudad y no interferían con ellas. Se da la circunstancia de que alguno de sus actos coinciden con los que proponemos en la ciudad. Si me hubieran avisado hubiera podido dejar de programar algunos días: Avilés no es una ciudad en barbecho. Hablar de que gastan 100.000 euros, pero la cultura, lo sabe cualquiera, no sólo se mide por criterios pecuniarios: puedes tirar 100.000 euros e enriquecer a la ciudad presupuestando 400.000. Dada la situación política actual esta programación está de más».

l Pablo Sánchez Lorda, portavoz de Foro. «La programación cumple con creces los estándares de calidad de un centro de estas características. Además, hay que destacar la austeridad del coste, apenas 100.000 euros por un buen número de actividades. Y eso se consigue con una gestión profesional y eficiente. Por ejemplo, para contratar a Michael Nyman no se ha tenido que ir a Londres una semana y gastar en hoteles. Para eso existe un circuito internacional o la posibilidad de hablar con los representantes. Hay que resaltar, además, la celeridad con la que se ha conseguido cerrar la programación».

l Joaquín Aréstegui, presidente del PP de Avilés. «No voy a entrar a valorar la programación pero sí voy a dudar de las cifras que maneja Vallaure. Sólo los cachés del Sueño de Morfeo y José Mercé suponen la mitad de los 100.000 euros. Me preocupa, además, que en Avilés vayamos a tener dos Casas de Cultura con una actividad similar. La ciudad ya tiene una programación teatral consolidada y una de música aceptable y le van a hacer la competencia. Hay una falta de coordinación entre Principado y Ayuntamiento y un despilfarro de medios».

l Juan José Fernández, concejal de IU. «La programación nos parece bien, aunque insuficiente. La propuesta musical y artística es diversa, plural y con una buena relación calidad/precio, pero entendemos que el Niemeyer tiene que ser algo más. La anterior programación era multidisciplinar: ahora echamos de menos un momento para el debate. Estamos de acuerdo en que hay que optimizar los recursos económicos, lo que nos parece un error es renunciar al impacto mediático. Gracias a él, Avilés se llenó de turistas. Creemos que no podemos renunciar a la ambición de los grandes espectáculos».