Luanco,

Illán GARCÍA

En 2005, los capitanes de la marina mercante del concejo celebraron un encuentro en el Museo Marítimo de Asturias que se repite desde entonces cada año. Los marinos que se dieron cita ayer en esa reunión coincidieron en que este acontecimiento ha de ampliarse para acoger al mayor número de capitanes asturianos posible. «Así, daremos a conocer el Museo Marítimo de Asturias (MUMA) y las fiestas del Socorro de Luanco -que dan comienzo hoy- a todos los capitanes», justificó el capitán de la marina mercante Francisco Roces minutos después de la entrega de un detalle a varios de los asistentes.

El séptimo encuentro celebrado en el MUMA previa misa en recuerdo de los compañeros fallecidos culminó con un ágape ofrecido por la asociación «Amigos del Museo Marítimo», que preside Indalecio Ramón Artime, «Monchu». En ese ambiente distendido, los capitanes gozoniegos hablaron de sus cosas, de su actividad profesional y algunos ya jubilados repasaron sus años en la mar, una actividad que les impidió pasar todo el tiempo que hubieran deseado con sus seres queridos. El naufragio del «Costa Concordia» fue tema obligado de conversación y no faltó quien hiciera una defensa a ultranza del polémico capitán Francesco Schettino, cuyo comportamiento el día del fatal accidente está bajo sospecha.

«Estamos hartos de que se eche la culpa de todo a los capitanes; los directivos de la empresa le presionaron, no se puede juzgar asuntos que no se conocen», remarcó Francisco Roces. A pocos metros del también exalcalde de Gozón, otro capitán de la marina mercante y especialista en la investigación de accidentes, Manuel Herías, afirmó que lo primero es «defender la profesión por encima de todo» y añadió que se está prejuzgando la labor de Francesco Schettino en la tragedia del «Costa Corcondia» ya que «falta información, faltan pruebas» para inculparle o no.

Herías afirmó que las rocas contra las que chocó el barco no figuraban en las cartas usadas para trazar la ruta. «Poco se puede hacer ante eso, hay un plan de viaje previo», destacó el capitán luanquín, que remarcó además que el desastre pudo ser mucho peor si Francesco Schettino no hubiera decidido varar el barco junto a la costa. «De lo contrario, habría unos 2.000 o 3.000 fallecidos», añadió. El capitán del «Costa Concordia» es, a ojos de Herías, una figura representativa dentro del barco, ya que los tres oficiales que le acompañaban eran los verdaderos encargados de pilotar la embarcación. «Faltan pruebas», insistió Manuel Herías, que lanzó una pregunta al aire: «¿Si el capitán del "Costa Concordia" hubiera estado junto al timón hubiera sido un héroe? Seguramente sí».

Asuntos como el del «Costa Concordia», que está de plena actualidad, ocuparon muchos minutos de conversación entre los asistentes; personas como el portavoz del PSOE y capitán de la marina Jorge Suárez, el exportavoz de Foro, Enrique Fernández, el «cura de Bañugues», Ángel Fidalgo, que es uno de los fieles a esta cita, y otros lobos de mar como José Francisco Suárez, «Pichi»; Manolo Cachán, Alberto Rey y Arturo «Paxarina», entre otros. Estos solo fueron algunos de los 38 marinos que, una vez terminado el ágape en el MUMA, pusieron rumbo a Antromero para disfrutar de la gastronomía local. Hay que tener en cuenta que muchos marinos viven a cientos de kilómetros de Asturias y aprovechan estas fechas, las del Socorro, para empaparse del sabor luanquín. «A las tres, en la estación de autobuses», recordó Francisco Roces desde la sala del MUMA en la que se reunieron los capitanes gozoniegos.

El municipio de Gozón cuenta con un buen número de capitanes de la marina mercante. Aunque la mayoría de estos lobos de mar están retirados de sus funciones desde hace años, eso no les impide asistir a la cita con sus compañeros y vecinos en el Museo Marítimo. Tal cantidad de marinos en el concejo puede ser explicado por varios motivos: la indiscutible vinculación de Gozón y el mar, que Luanco contó durante varios años con una Escuela Náutica en el Instituto Cristo del Socorro y que, además, Gozón es uno de los municipios con más kilómetros de litoral de todo el Principado de Asturias, con un total de cuarenta y dos.

La mayoría de estos marinos tenían que estudiar durante tres años y realizar además unas prácticas para ser considerados capitanes de la marina mercante. Esas prácticas consistían en realizar 300 horas de mar; es decir, casi dos años de faena. Ahora, según describen los capitanes, la teoría ocupa cinco años de carrera y la práctica tan sólo uno, y, por ende, menos horas de mar. Pese a que la mayoría estén jubilados, su pasión por el mundo marino les llama a asistir a este tipo de reuniones en las que se repasa el estado del sector, los capitanes se ponen al día de sus respectivas vidas y también se habla de viajes y se recuerdan, como este año, desastres como el del «Costa Concordia».