La aparente calma postelectoral en los partidos políticos avilesinos encierra tensiones que hierven a fuego lento y quizás terminen por estallar en borbotones. En todas las casas cuecen habas y el momento de servirlas serán los procesos internos habituales tras los comicios.

Foro Asturias arrastra larvada una división que se ha acrecentado tras la pérdida del Gobierno regional. Sobre la mesa del debate interno en Avilés está cómo afrontar la oposición local sin un respaldo en el Principado y con la prueba del nueve de las municipales de 2015. Tiempo hay de sobra para prepararse y tiempo hay suficiente, también, para cambiar modos, criterios y hasta personas.

La figura de Manuel Peña, promotor del grupo avilesino y, en cierto modo, propietario de la franquicia, ha sido discutida desde el inicio por un sector de la militancia. Le achacaban escasa pericia política, falta de capacidad para integrar y escuchar y que optase por un candidato, Pablo Sánchez Lorda, que parecía en principio colocado para permanecer bajo su control. Hay que reconocerle a Lorda entusiasmo y seriedad en su labor, pero también aqueja cierto cansancio. ¿Hay alternativa? La otra cara de Foro en la ciudad ha sido Raimundo Abando, que pronto dejará el cargo de presidente del Puerto y que goza de las simpatías del sector forista que antaño fue núcleo del PP avilesino. Abando fue el eterno esperado por la entonces militancia crítica popular para ser candidato en aquel partido. No es descabellado, pues, que lo consideren ahora un buen gancho electoral.

Pero la necesidad de debate en Foro va más allá de las fronteras avilesinas. La experiencia de este año debería iniciar una discusión sobre los errores que deben ser enmendados para sobrevivir y con una imagen pública más moderada. Otra cosa es si la indiscutible (por definición autoritaria) voz de Francisco Álvarez-Cascos admite críticas.

También hay cocción a fuego lento en el PSOE. La agrupación socialista avilesina fue una de las plazas fuertes del arecismo y el relevo de Álvaro Álvarez como diputado aún resquema internamente. Por lo bajini, se cuestiona el escaso peso avilesino en el nuevo Gobierno regional, aunque en realidad esa crítica esconde la falta de nombres del sector oficial de Avilés en ese organigrama. A la vista está que quienes se han llevado el gato al agua han sido los ugetistas.

En la FSA hay firmeza sobre el impedimento de que Álvaro Álvarez vuelva a optar a la secretaría general. Es muy probable que en los próximos días se decida un destino para él, que podría pasar por el Puerto de Avilés, pero caben otras alternativas. Los ojos estarán en el congreso local que a finales de año deberá decidir quién toma las riendas del partido. Están las alternativas más evidentes para los oficialistas: Ana Concejo o Luis Ramón Huerga. Concejo parece, en principio, menos predispuesta a asumir el reto.

La clave para que no haya ruido de sables será la búsqueda de un candidato de consenso o que, al menos, no se interprete en clave bélica. La opción del ex alcalde Santiago Rodríguez-Vega (pese a sus reticencias a volver a la vida pública) sería jaleada por los afines a Álvarez, pero es innegable el desafecto entre Rodríguez-Vega y Javier Fernández. No sólo eso, sino que también las relaciones con Pilar Varela serían complicadas. Ante una alternativa así, los ugetistas y los afines a Varela tendrían que armarse para el enfrentamiento. ¿Estaría dispuesta Varela a postularse como secretaria general? Tendría seguramente las bendiciones de la dirección actual de la FSA, pero también habrá por medio un congreso regional del partido.

Donde sí es bastante palpable la fractura es en Izquierda Unida. Buena parte de la militancia de la comarca se ha mostrado contraria al pacto con el PSOE que ya había dado por bueno Jesús Iglesias, que no repetirá como coordinador regional. Dos sectores se enfrentarán, presumiblemente, por el control regional del partido. Y en la comarca avilesina esas diferencias se manifiestan entre el sector mayoritario de IU en Avilés y la dirección local de Castrillón.

¿Y en el PP? Tras la fuga de críticos a Foro los populares permanecen en una apacible calma, sólo a la espera de destino para su presidente, Joaquín Aréstegui. Pero ¿está claro quién será candidato en las próximas municipales? No hay paz duradera.