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Los chinos ponen alarma a las bombillas

El incremento de hurtos de productos de primera necesidad en medianas superficies y bazares obliga a los vendedores a agudizar el ingenio

Los chinos ponen alarma a las bombillasricardo solís

E. CAMPO

Bombillas de 60 céntimos con alarma antirrobo. A este punto han llegado algunos bazares chinos de Avilés para intentar atajar una costumbre cada vez más frecuente, que en medios policiales se vincula a la crisis: los huertos de productos de primera necesidad. Junto a las tiendas chinas, las medianas superficies son otro de los lugares que están sufriendo esta oleada de pequeños robos que ya no se ceban, como hace años, en caras bebidas alcohólicas, sino en latas de conservas, queso, yogures y otros productos de tamaño moderado y consumo básico. En la mayor parte de los casos los hurtos no llegan a comisaría, ya que son muy difíciles de demostrar, y además cada sustracción es de poco valor. Por eso no existen estadísticas fiables de este tipo de delito.

Los comercios chinos suelen poner en marcha medidas de seguridad que antes sólo empleaban para productos relativamente caros. Ahora las chinchetas magnéticas están a la orden del día, y también las cámaras de vigilancia. En las medianas superficies, en cambio, no existen tantos sistemas para evitar los robos, ya que obligaría a un desembolso económico en sistemas de vigilancia que los responsables de momento no se han decidido a afrontar.

Un tercer escenario de los pequeños robos es la plaza de abastos. Según fuentes policiales, carteristas de fuera de Avilés se desplazan los lunes al mercado para hacer suyas carteras ajenas. El menudeo de monederos ha sido una constante en los últimos años. En algunos casos las carteras, vacías, fueron localizadas en contenedores de Mieres. Y con estos robos ocurre lo mismo que en los hurtos anteriormente descritos: pocas veces se denuncian. En muchos casos los monederos sustraídos no tienen documentación, sólo dinero en metálico, y las víctimas suelen dudar antes de denunciar porque piensan que lo han perdido u olvidado.

La otra cara de la moneda de la crisis es el descenso en las infracciones al volante, y también en el número de accidentes. Los profesionales del sector de los Seguros constatan cómo los lunes de hace unos años eran días de mucho trabajo, tras los accidentes del fin de semana. Sin embargo ahora esas cifras se han reducido considerablemente, extremo que también constatan fuentes policiales. El miedo a tener que pagar una multa en tiempos de dificultad económica y el menor número de salidas nocturnas para ahorrar son las dos primeras razones que explican este mejor comportamiento de los avilesinos al volante.

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