El músico Coque Malla aparca la guitarra y la canción porque quiere, entre otras cosas, pasar más tiempo con la hija que tiene con una mujer avilesina a la que conoció después de un concierto en Avilés en febrero de 2010 en un bar de copas de la calle Galiana. Coque Malla se convirtió a partir de entonces en casi un habitual de las calles de Avilés. "Quiero pasar más tiempo con mi hija" y "cocinar platos exquisitos y ofrecérselos desnudo a mi mujer desnuda", asegura el músico en un comunicado que colgó el pasado jueves en su página de Facebook.

"Llegó el momento de despedirse por un tiempo. Después de siete largos y apasionantes años sin parar, es hora de caminar otros senderos, vivir nuevas aventuras y deciros: hasta pronto", señala el músico. "Tranquilos, no es algo repentino e inmediato: va a ser una larga y divertidísima despedida, pero en algún momento entre julio y septiembre, este circo guardará a los elefantes, a los leones, a la mujer barbuda y enrollará la lona", añade

Desde hace cuatro años, el músico madrileño frecuenta bastante la ciudad, sobremanera, desde el recital que en el auditorio de la Casa de Cultura, en el que presentó "La hora de los gigantes", un álbum que contiene temas tan perfectos como "Berlín" o "Cuídate" o "Me olvido de ti".

Aquella noche cenó en un restaurante del parque del Carbayedo y, según algunos testigos, quedó prendado no sólo de la ciudad sino de una de sus habitantes. La noche se hizo pequeña para el antiguo líder de "Los Ronaldos". La relación establecida con la mujer que conoció en Galiana (de Miranda) explica el hecho de que el músico realizase numerosos viajes a la ciudad. Algunos avilesinos han visto pasear a la pareja con carricoche por las calles del casco histórico.

"Echando la vista atrás, me doy cuenta de una manera clarísima de que algo empezó cuando me puse a componer las canciones de "La hora de los gigantes" y que algo se terminará cuando este año, dé el último concierto de la gira de "Mujeres"", señala Coque Malla en su singular despedida.

Tan continuada es la presencia de Coque Malla en la ciudad que incluso una noche de 2012 participó en un concierto sorpresa en el pub Le Garage -en la plaza del Carbayedo- en el que se marcó dos temas. "Así por la cara", cuentan los que recuerdan aquella grata sorpresa. Coque Malla "estaba tomando algo a su rollo (era el aniversario de la apertura del bar)". Tocaba el dúo "Ludovico" -formado por Javi Méndez y Álvaro Bárcena-, y ambos músicos hicieron un descanso. En aquel interludio acabaron convenciendo a Coque Malla para que se subiera al escenario. "Se marcó un clásico del rock, no me acuerdo cuál. Y luego "No puedo vivir sin ti"". Y no hubo manera.

Malla piensa cerrar este año, que le ha servido también para participar "en unos cuantos encuentros increíbles y fundamentales, sin los cuales este viaje hubiese sido imposible, además de un aburrimiento. Saludo a Iván Ferreiro, a Mauro, a Nico, a Barry, a Eli, a Dani y al otro Dani, entre otros muchos. Y os saludo con toda mi alma, de verdad. Y os doy las gracias con todo el corazón".

La despedida de Malla es clara y es clara también la justificación de los años producidos: "Sé que todo esto suena muy melodramático y que muchos os estaréis acordando de aquel vídeo en el que os decía muy enfadado que dejaba la música y me marchaba a Nueva Zelanda a cultivar kiwis? pero no es para tanto". A esto añade: "Simplemente, esta vez sí, siento que se acaba una etapa y que voy a descansar un tiempo hasta la siguiente; y me parece que los que habéis estado ahí os merecéis saberlo. Cuando dentro de dos o tres años sienta la necesidad de transformar todo lo que me pase en canciones y conciertos, volveré... como el zorro".

"Quiero que me salga una larga barba con brillos y canas. Quiero encontrar diamantes y esmeraldas.Y sobre todo quiero que cuando vuelva a escribir canciones, hablen de algo que haya ocurrido de verdad, a alguien de verdad". Quizás Avilés y su hija sean protagonistas de alguna de esas futuras canciones.