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ARMANDO FERNÁNDEZ | Director del colegio Alameda de Osuna (Madrid), visitó Avilés

"El profesorado necesita una atención urgente en formación y expectativas"

"El sistema prepara para nadar a crol y examina de mariposa, educamos de forma distinta de lo que pide la sociedad"

Armando Fernández. MARCOS LEÓN

Filósofo e historiador, máster en Ciencias de la Educación, autor de libros de texto, editor y director de proyectos educativos, Armando Fernández es director del colegio Alameda de Osuna (Madrid) y también formador de profesores en innovación, liderazgo y gestión del cambio educativo. Este tinetense ha regresado a Asturias para impartir en el colegio Luisa de Marillac de Avilés un seminario sobre nuevas propuestas metodológicas.

-¿Es necesario un cambio del paradigma educativo?

-Sí, absolutamente. Venimos de una tradición didáctica que realza el modelo de transmisión del conocimiento y hace falta pasar a prácticas de enseñanza de aprendizaje más activas, con un papel protagonista del alumno, siguiendo el modelo de "aprender del hacer" y con escenarios de aprendizaje por proyectos.

-¿Qué aspectos del modelo tradicional deben renovarse?

-El excesivo intervencionismo de las administraciones puede coartar la creatividad de los colegios; deberían tener una mayor autonomía. Además, se requiere la actualización del acceso a la carrera del profesorado; el modelo de formación no es el más idóneo. También es necesario un cambio de políticas en la estrategia del modelo de educación.

-¿Dónde se sitúan las claves de un nuevo sistema?

-En primer lugar, en el colegio como unidad de cambio; deberían ser los motores del desarrollo económico y social de la zona. En segundo, en el profesorado. Necesita de una atención urgente, no sólo en la formación, también en las expectativas de futuro. Y en tercer lugar, en las familias. Cada vez ponen más recursos propios para la educación de los hijos. Aumenta el número de alumnos que cursan un periodo fuera de casa.

-¿El sistema está enfocado hacia la evaluación de conocimientos olvidándose de la persona?

-Hay una metáfora interesante: nuestro sistema prepara para nadar a crol y luego examina a mariposa. Es estar toda la vida educativa entrenando de una manera y luego la sociedad exige comunicación, pensamiento crítico... Nos centramos en seguir un modelo basado en el contenido, al modo tradicional.

-Los profesores universitarios se quejan de la baja cualificación que tienen los jóvenes.

-Desde los primeros cursos universitarios, se reclama una falta de conocimiento profundo. ¿Por qué un alumno español cursa en primero y segundo de bachiller ocho o nueve asignaturas y los ingleses sólo cuatro en primero y tres en segundo? Tenemos que ver qué función se pretende conseguir al final del Bachillerato: un cerebro que acumula datos o un cerebro que puede tomar decisiones.

-En sus intervenciones incide en la idea de que los alumnos se conozcan a sí mismos

-La neurociencia está aportando mucho a la educación. Cada vez son más precisos los estudios sobre cómo aprende el cerebro. Funciona como un todo: la parte lógica y la emocional. Esto se hace desde el conocimiento de la persona de sí misma. Sólo así llegaremos a entender la evaluación.

-Los índices de fracaso escolar son altísimos. ¿Están ligados a la baja autoestima?

-Hay jóvenes de Secundaria que están fuera del sistema; se aburren. Los agentes de este sistema tienen mucho que decir al respecto; hay que plantearnos cómo enseñamos, cómo exigimos. El abandono es alto y no sólo obedece a la iniciativa del alumno.

-¿Se han perdido los valores en los colegios?

-Hay una pérdida de valores sociales. Estamos en una etapa muy superficial y, como dice el proverbio africano, para educar hace falta toda la tribu. No podemos delegar el cultivo de la ética y los valores al colegio. Todos somos responsables, todos deberíamos preocuparnos de cuidar los valores. Existe la tendencia de enviar al colegio aquello que no funciona en la sociedad. Los valores no son cuestión teórica sino de vida.

-En sus intervenciones, repite que sin amor no hay educación. ¿Cómo se debe dirigir este sentimiento a los alumnos?

-Educar es dar todo a cambio de nada. La educación es 99% amor y pasión. Hay que ser paciente. El objetivo es que los chicos aprendan. Tenemos que educar desde la cabeza del que aprende. Por eso hay que entenderlo desde las emociones.

-El mindfulness, la meditación o el yoga tienen cada vez mayor presencia en los centros. ¿Cree que favorece el aprendizaje?

-Todo lo que ayude a la estabilidad emocional es perfecto. El cerebro funciona como un todo: parte lógica y parte emocional. La persona alegre y contenta está más dispuesta al aprendizaje. El corazón invita a la acción. El estudiante no se mueve desde parámetros lógicos, sí desde la emoción.

-¿Nos encaminamos hacia una educación personalizada?

-Ése es el camino. Por eso, conocerse a uno mismo ayuda a que el profesor conozca a los alumnos. La tecnología permite personalizar la educación, hacerla casi a la carta, flexibilizando contenidos, horarios...

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