La Fundación Metrópoli, junto con las empresas Arup y Tecnia (agrupadas como UTE), ultima el plan de la Isla de la Innovación "a toda marcha". Así lo indicó ayer el responsable del proyecto, Ignacio Alcalde, que valoró la "dinámica muy positiva de interacción con el Ayuntamiento y el Principado, avanzando para concluir el proyecto". La tarea que en su día encomendó la sociedad Isla de la Innovación a este equipo multidisciplinar es doble: por una parte, realizar la modificación necesaria en el Plan General de Ordenación Urbana para poder encajar la pieza correspondiente a la nueva centralidad, que es como se conoce a los más de 500.000 metros cuadrados de terreno en torno a la ría y con el Niemeyer como mascarón de proa. Y por otra, redactar el plan especial de la nueva centralidad. Ambos proyectos tienen que recibir las bendiciones plenarias.
En el último mandato, los trabajos de redacción sufrieron un impás, tanto por circunstancias políticas como económicas, pero ahora parece recuperada la dinámica de trabajo, según añadió Alcalde. "Los técnicos municipales tienen una interacción continua con nuestro equipo, para realizar los ajustes necesarios. Todo va sobre ruedas, es un momento dulce y todos estamos encantados", indicó el arquitecto, vicepresidente de la Fundación Metrópoli. Añadió además que los ajustes técnicos que se están acordando "clarifican mucho" la actuación global. "Tenemos el objetivo de cerrar esta etapa, las cosas están yendo bien", subrayó.
Alcalde valoró, por último, que las instituciones asturianas se hayan puesto las pilas en un momento en el que muchas administraciones mantienen sus proyectos urbanísticos congelados. "Así, están consiguiendo sacar algo adelante". El concejal de Urbanismo, Luis Ramón Fernández Huerga, señala, al hilo de la reciente renovación de varios consejeros de la sociedad, que ya desde hace unos meses se trabaja para poder presentar al Pleno los documentos urbanísticos, y aunque no se atreve a dar plazos, asegura que será en este año en curso cuando se conozca finalmente la propuesta.
La sociedad se constituyó en diciembre de 2008 con los siguientes socios: Principado, Ayuntamiento, Autoridad Portuaria y Sepides, propietaria esta última de buena parte de los terrenos afectados por el proyecto. En 2010, se convocó un concurso para seleccionar al equipo que debía desarrollar el planeamiento urbanístico correspondiente, un concurso que suscitó gran interés entre los profesionales de la arquitectura y del urbanismo. Finalmente, la elegida fue la UTE formada por Fundación Metrópoli, Arup y Tecnia, con Foster Partners y Garrigues como socios.
El capital con el que nació la sociedad fue de un millón de euros, de los que 700.000 se reservaron íntegramente para pagar estos documentos. El resto se destinó a logística y a los sueldos del gerente, Santiago Caicoya. La demora en el tiempo de la culminación del proyecto hizo que los socios decidieran prescindir de Caicoya y dejar la entidad latente, ya que de lo contrario se hubiera agotado el presupuesto. El siguiente paso, una vez que concluya la redacción de los documentos y su aprobación por parte del Pleno avilesino, será la disolución de la sociedad instrumental. Después, los socios acordarán los siguientes pasos. Una de las posibilidades es que después pongan en marcha una sociedad patrimonial para el desarrollo de los suelos afectados.
